HISTORIAS
El "Bicho" Luis Silveira y Cliff Morgan con su proyecto de básquetbol para todos en clubes, municipios, plazas y asentamientos.
"El básquetbolha sido mi motor y mi vida. En un momento tuve que elegir entre mis estudios de medicina, estaba en cuarto, o el básquet. No me arrepiento y no por los títulos que pude haber conseguido, que siempre son un mimo al alma, sino porque me ha llenado el alma. El básquet me ha completado. Conozco muchos chicos que hoy no juegan pero el básquetbol les enseñó cosas muy importantes para la vida”, dijo el “Bicho” Luis Silveira, quien junto a Cliff Morgan intentan que el deporte de la naranja llegue a todos.
“A mí el básquet me cambió la vida y me permitió conocer el mundo. En Nueva York es muy fácil agarrar para el lado malo, en Brooklyn es normal. Pero mis sueños estaban en el básquet”, afirmó mientras tanto Morgan.
Se conocieron a fines de los 90’ cuando ambos defendían a Welcome, en una exitosa etapa del club de la calle Frugoni.
“Fuimos campeones juntos, nos llevamos bárbaro en la cancha e hicimos una buena amistad. Después Cliff se fue a recorrer el mundo y quedamos medio desconectados, hasta el año pasado cuando volvió y nos reencontramos. Hizo un clínica en Welcome y me invitó a acercarme. Quedó por ahí porque se volvió a ir por su trabajo con los New York Knicks pero me dijo que este año quería venirse para hacer base y realizar campus y clínicas acá y en América del Sur”, explicó el “Bicho”.
En realidad Cliff tiene el “knowhow” del asunto porque ya lo viene haciendo en diferentes partes del mundo. “Tengo campus en Chile, en Bolivia, Argentina y China. En los últimos tres años he hecho campus por todo el mundo”, aclaró. “Por eso cuando volví nos juntamos y empezamos a planificar esto. Él estaba en el cuerpo técnico de Defensor Sporting, pero se fue interesando con la idea. Es algo que sólo podía hacer con el ‘Bicho’ porque me gustan sus ideas y su forma de pensar, que es muy parecida a la mía. Queremos transmitir el básquet simple, pero con mucho trabajo. Los dos creemos mucho, muchísimo en el trabajo”, añadió el norteamericano.
“Las historia de nuestros inicios en el básquetbol son parecidos. El salió del Brooklyn humilde y yo del Prado humilde, en el límite con Sayago. Y con mucho trabajo, Cliff jugó en 18 países. Y yo me di el lujo de jugar en la selección uruguaya y salir campeón Sudamericano. Y de estar jugando en Las Vegas contra el Dream Team de Lebron James y Kobe Bryant. Y todo eso fue con trabajo. Por eso nuestras camisetas dicen: tu sueño, tu sudor, tu sacrificio. Es lo que le queremos transmitir a los chicos, que con trabajo pueden llegar a donde ellos sueñen”, afirmó el “Bicho”, quien reconoció a su vez que aunque ambos son muy competitivos, quieren desarrollar el básquetbol comunitario.
Morgan sigue trabajando para los campus de los New York Knicks por lo que en junio debe regresar a su país. “Es algo que hago hace muchos años. Mi único trabajo es básquet. No tengo otro trabajo ni lo quiero. No me gusta estar sentado en una oficina. Yo soy esto. Era un chico de Brooklyn y pude cumplir el sueño de vivir del deporte”, dijo quien está casado con una uruguaya y eso también influyó para que quisiera regresar a volcar su conocimiento acá.
A pesar de su experiencia de años realizando un trabajo similar en diferentes partes, admitió que está aprendiendo en Uruguay. “Este país es diferente, estoy yendo paso a paso para aprender de la gente y las costumbres. Acá todo es más lento y yo estoy acostumbrado a ir un poco más rápido. Por ejemplo, yo llego a China y ya está todo listo para el campus. En Chile lo mismo. Acá estamos aprendiendo a hacer las cosas”.
Silveira estuvo dando sus primeros pasos como entrenador, pero el trabajo que están realizando ahora también lo apasiona. “Me gusta todo lo que esté relacionado con el básquet. En realidad lo que más me gusta es jugar, pero ya no se puede. El reloj biológico pasa para todos, je. Lo que quiero es estar en contacto con el básquet y me gusta mucho el trabajo con niños. Siempre quise volcarles algo y más que nada transmitirles que no importa de donde se salga, siempre se puede llegar”, señaló convencido.
Morgan y Silveira ya realizaron clínicas en Aguada y en Defensor Sporting. En las mismas participaron juveniles, varones y mujeres, que podían ser socios o no de la institución. “Hoy hay un gran crecimiento en el básquet femenino, pero hay que apoyar mucho más e incentivar mucho más. Traer cosas diferentes para que se entusiasmen y que estén el tiempo suficiente practicando deporte porque eso los va a alejar de otras cosas. No hay nada más viejo, pero más cierto que el dicho ese de que el ocio es la madre de todos los males. Y en Uruguay pasa mucho. Y casi no tenemos políticas deportivas. Nosotros no vamos a sentarnos a esperar por la política. Arrancamos y cuanto más gente se prenda con esta propuesta de básquet para todos, mejor”, manifestó el “Bicho”.
Arrancan en el Municipio B y dos plazas
Tienen actividades planificadas con el Municipio B y con las plazas Seregni y plaza Uno para trabajar en deporte comunitario. “No nos queremos quedar en Montevideo, queremos ir al litoral y al norte”. La idea es seguir después en contacto con los jóvenes a través de Zoom para realizar un seguimiento de sus entrenamientos. También para hablar de otras cosas. “La vida no es sólo deporte, son otro montón de cosas sanas que están vinculadas. Es algo que todavía tenemos en pañales, y no sabemos cómo implementar, pero queremos algo mucho más integral que solamente ir a los clubes a dar un campus, una especialización o un master”, añadió Silveira.
Hoy son un poco nómades, pero el sueño es instalarse con su propia academia. “Tengo muchos contactos y una idea es traer jugadores de la NBA para hacer campus y que le cuenten a los niños sus experiencias y se saquen fotos con ellos. Eso los va a motivar a seguir aprendiendo, entrenando y jugando”, acotó Morgan.
En el Nuevo comienzo
Los dos exbasquetbolistas estuvieron trabajando con los gurises del asentamiento “Nuevo Comienzo”. Allí la idea fue plantar la semilla del básquetbol.
“Llegamos con una cantidad de ideas y nos dimos cuenta que no teníamos ni un aro. Entonces vimos que en un arco de fútbol la red estaba rota y ese fue lo que nos permitió al menos hacer ejercicios de pases. Había niños muy pequeños y esa es otra cosa que nos interesa: desarrollar el deporte en edades tempranas. Acá les escuelitas empiezan a los seis años y Cliff ya tiene experiencia con niños de tres a cinco años. Yo he visto videos y es impresionante todo lo que hacen. Por lo general creemos que son muy chicos para aprender, pero a través del juego pueden lograr una cantidad de cosas”, aclaró el “Bicho”.
“La idea es que en Nuevo Comienzo tengan un centro deportivo. Puede ser con básquet u otro deporte. Pero nosotros vamos a seguir en contacto y estaremos siempre disponibles para ellos”, aseguró Silveira.
"La sonrisa de un niño es muy importante"
Para Cliff Morgan colaborar con los más necesitados es muy importante. Es algo normal en la idiosincracia de los norteamericanos y él lo ha hecho en los lugares donde tiene sus campus de básquet. Uruguay no fue la excepción.
En Navidad compró la cena para 150 niños y sus familias en la olla popular “La casa de enfrente”. Para Reyes estuvieron en el asentamiento Nuevo Comienzo y ahora en marzo, para el inicio de las clases, donará 350 mochilas con todos los útiles para la escuela Japón. “Siempre tengo proyectos para donar. Estoy acostumbrado a eso que es algo que se hace mucho en Estados Unidos. Y me gusta traerlo para acá. Son cosas que para mí son muy necesarias e importantes. Ver la sonrisa de un niño cuando le acercás algo que no tiene o nunca tuvo, es muy lindo. Estamos trabajando en el básquet, pero donar nos permite tener un buen balance”.