Nahuel Casuriaga
Héctor Assir, nuevo presidente de la Federación Uruguaya de Básquetbol, dialogó en exclusiva con Ovación acerca de un "pilar" que planea crear durante su mandato, se refirió a la no clasificación de la selección uruguaya al Mundial a celebrarse en Filipinas, Japón e Indonesia durante 2023 y dio su visión "realista" del básquetbol nacional.
- ¿Cuál es el balance que hacés de tus 12 años en la directiva de Larre Borges?
-Inicié en Larre Borges en minibasket, pasé por todas las etapas de jugador y terminé hace 13 años integrando la directiva a pedido. El primer año fui vicepresidente, al segundo año el presidente que estaba se fue y desde ahí en adelante quedamos al frente del club. Es un desafío muy lindo Larre porque no solo crecimos desde el punto de vista deportivo, sino también a nivel edilicio. Pudimos generar a través de esos años 400 metros cuadrados de edificación, a través de una cancha alternativa y un biogimnasio multipropósito, lo cual visualizamos que el club como club de barrio tiene poca vida, entonces hay que transformarlos en clubes sociales y de básquetbol. Entonces encaramos esa actividad de transformación y pudimos acercar de alguna manera a la mujer al club, que tiene actividades físicas que antes eran impensadas y generó un nicho de socios a otro tipo de cuota que antes no tenía.
- ¿Y a nivel deportivo?
-En los 12 años que estuvimos participamos seis veces en la Liga Uruguaya y en dos de ellos clasificamos a los playoffs finales en el Palacio Peñarol, que es como el Teatro Solís del básquetbol. Por lo general siempre lo daban como descendidos por el tema del presupuesto, pero se hicieron las cosas con inteligencia en el sentido de generar jugadores con ansias de crecer. Y bueno, también tocó descender dos años, no fue trágico, el primer año al siguiente se subió y después el último Metro que ganamos en 2021 nos costó unos tres años, pero siempre apostando a ganar, aunque se dieron esas rachas de lesiones que impedían que se pudiera culminar. Lo esencial es que la victoria deportiva se goza dos minutos o tres; al otro día tenés que saber cómo vas a encarar para pagar, y lo principal junto con mis compañeros de directiva fue poder transformar un club de básquet en un club social y de básquetbol. El club está por cumplir 100 años y creo que tiene los cimientos como para ir a más. Todo eso me fui vinculando a la Federación al participar y acompañar y era como que podía tener el perfil para quedar al frente de la Federación, supliendo a Ricardo Vairo, que dejó la vara muy alta.
- ¿Cuáles son los objetivos principales para tu mandato?
-Hoy estamos en plena gestión de transformación. Desde el punto de vista deportivo nosotros queremos instalar la figura del director deportivo como tal, es un vínculo entre la gestión deportiva y el Comité Ejecutivo. Con el nuevo estatuto es un Comité Ejecutivo. A veces pasa que vos sos dirigente de básquetbol, pero podés equivocarte. Entonces queremos nutrirnos de las diferentes opiniones de un director deportivo que maneje las diferentes áreas, que tenga contacto con el cuerpo técnico de la selección nacional, las formativas y el femenino, e impulsar un plan de desarrollo que vaya más allá del mandato que tenemos nosotros. Los proyectos no son a un año, son a ocho o 10 años por lo menos.
- Además de estas tareas, ¿participaría de la elección del DT de la selección?¿En qué medida?
-Sí, va a colaborar con nosotros, aunque la última palabra va a ser del Comité Ejecutivo. Queremos nutrirnos de la mayor cantidad de insumos para tomar las decisiones correctas, que eso no implica acertar, pero creemos que eso va a ser un servidor como para estar más cerca.
- ¿Qué opciones se barajan para el cargo de director deportivo?
-Nosotros prácticamente lo tenemos definido, creo que en una semana se dará; ya tenemos la persona. Obviamente que vamos a querer transmitírselo primero a los estamentos de cuerpos técnicos que hay en la Federación, vamos a trabajar como una unidad, un comité de desarrollo.
- ¿De qué manera se optimizará el trabajo que dejó hecho Ruben Magnano?
-Trabajaremos con todos los insumos que tengamos del proyecto Magnano porque fue de muchos años y, de repente no terminó con el éxito que queríamos de clasificar al Mundial, pero tenemos que ser realistas: esa es nuestra posición mundial, no nos tiene que asustar. Cuando nosotros éramos exitosos había un montón de países que no existían o no tenían trascendencia en el básquetbol; hoy hay un montón de selecciones que, ya sea por biotipo de jugadores o posibilidades económicas, han crecido. Y está más parejo. Entonces tenemos que hacer un proyecto serio de a qué queremos jugar, a qué vamos a apuntar.
- ¿Cuándo tienen pensado comunicar al nuevo entrenador de la selección uruguaya?
-La próxima semana se comunica al director deportivo y ahí empezamos a trabajar. Con el tema de la pandemia el calendario se apretó y hubo un montón de actividades en poco tiempo. ¿Ahora qué pasó? A nivel de selecciones no había nada; pero apareció que hay una repesca del Preolímpico entre el 12 y el 20 de agosto. Y también que a partir de noviembre comienza una ventana de Eliminatoria de la AmeriCup. Entonces, si bien no estamos apurados, ni bien se designe vamos a empezar a trabajar en esas cosas.
- ¿Tienen algún plazo definido para nombrar al nuevo técnico?
-Ahora los plazos de preparación son bastante cortos, empezamos a trabajar y de repente en un mes tendríamos que tener el perfil para estar eligiendo el técnico.
- ¿Cuáles pensás que fueron los errores para no clasificar al Mundial?
-Es parte de la competencia, también a veces se dan lesiones de jugadores. Estamos bastante acotados en materia de jugadores. Es parte del juego, durante el proyecto hubo un desempeño en Canadá cuando se perdió ahí cerquita con Turquía y Checoslovaquia, pero después es parte del juego y los demás van creciendo también. Tendríamos que ver y convencernos de cuál es nuestro lugar. No es convencerse con poco, sino mirar la realidad y ver hasta dónde podemos ir.
- ¿Y eso qué significa?¿Que es natural no haber ido por actualidad deportiva?
-Por algo hace 36 años que no vamos. Debe haber un cúmulo de razones desde ahí para acá. Para mí pasa también que los demás crecen, como decía con los biotipos, y están más cerca de Estados Unidos; es más fácil ir a probarse en otro lado. Hoy hay un montón de chicos que están allí jugando en universidades y vamos a ver los resultados en las próximas temporadas.
- ¿A nivel nacional hay algún plan de integración del básquet para potenciarlo?
-Desde el año pasado hay un proyecto que es un campeonato experimental de integración en el cual clasifican los dos primeros de la liga de Soriano y de Paysandú y juegan un torneo entre ellos. Y los dos primeros la idea es que entren en Play-In en la próxima Liga. Nosotros viajamos la semana pasada para ver si podemos supervisar y requiere un montón de cosas. El año pasado desde el punto de vista de la Federación se hizo todo, se consiguieron los sponsors, todo, lo que pasó es que terminaron a destiempo las ligas. Soriano en lugar de terminar en diciembre terminó pasado enero; otra terminó mucho antes, entonces hay que coordinar los calendarios para que terminen, clasifiquen y estén participando en Play-In. Es una forma gradual de integración.
- ¿En el caso de las ligas de Montevideo, hay algún plan para sincronizar el Metro y la Liga Uruguaya?
-Sí, no sé si en simultáneo, pero de repente en algún momento tocarse a los efectos de que pasaba muchísimo qué jugadores con procesos de selección en sus clubes no podían jugar, entonces de esa manera podemos abrir el abanico para que todos puedan desarrollarse. Y en un futuro hacer un Metro más largo. Tenemos torneos muy cortos. La DTA juega dos meses, el Metro juega cuatro con buena voluntad. Hay ideas como un Metro con un clasificatorio y que después terminen compitiendo más tiempo de lo que lo hacen, pero tenemos que apuntar a tener competencia más larga en el tiempo de esas ligas.
-¿Ya hay un proyecto al respecto o es una idea?
-No, todavía no, está hablado y la gente del Metro también quiere lo mismo, pero es algo para visualizar a partir de 2024.
-¿Hay algún otro proyecto que consideres un pilar de tu gestión?
-A fines de febrero dejamos el Centro de Entrenamiento de la Federación Uruguaya de Básquetbol ubicado en la Unión General Armenia de Beneficencia del Uruguay (UGAB) y nosotros en simultáneo firmamos un comodato con la Intendencia de Canelones para hacer el CEFUB en El Pinar. De forma transitoria, dado que el proyecto va a llevar entre dos años y tres, hicimos un acuerdo con el club Waston para hacer una inversión ahí porque es diferente transformar una cancha en un centro de entrenamiento. Creemos que es fundamental la función que ha tenido la CEFUB para generarles a los chicos pertenencia. Ahí voy y me cruzo con la selección mayor, con el femenino, es algo importantísimo que simboliza como proyección del básquetbol y de futuros valores vitales, que no es poca cosa.
-¿Cuánto estiman que será el costo?
-Tendrá un costo mínimo de US$1.500.000. Creamos una comisión en la que está al frente Ricardo Vairo, que con gusto aceptó, para conseguir el financiamiento a nivel privado y nacional empezando por la estructura mínima suficiente.