Casi una semana después de haberse consagrado campeón de la Divisional Tercera de Ascenso (DTA) y el DT Guido Fernández sigue dándole vueltas a la final: “Todo para seguir aprendiendo, qué cosas hicimos bien porque fuimos todo el partido perdiendo y hubo un quiebre en el que lo remontamos”, dijo a Ovación mientras miraba la repetición del partido que su Atenas le ganó a Marne (90-81) y coronó con el título el objetivo de un club histórico de “volver al Metro lo más rápido posible”.

Los dos finalistas ascendieron directamente a la Liga de Ascenso 2025, mientras que el tercer y último cupo para subir de categoría lo definen Yale y Albatros en una serie a tres partidos (Yale gana 1-0 y anoche, al cierre de esta edición, se jugaba el segundo punto que pudo ser definitivo).

Más allá del título en juego, el último contra Marne era un partido especial porque fue el único equipo al que no pudieron derrotar en la temporada: “Habíamos perdido las dos veces con ese equipo y como que no se había agarrado el punto, eso psicológicamente pesa y más cuando empezás el primer tiempo perdiendo”. Pero el equipo se recuperó anímicamente y con un parcial de 29-18 lo remontó en el tercer cuarto: aparecieron el extranjero Anthony Danridge y Camilo Colman, que metió tres triples en momentos claves y fue el MVP de la final, y con este alcanzó su noveno ascenso en el básquetbol uruguayo. “Fue uno de los jugadores más parejos del año. Quizás no es de los más anotadores, pero defiende un montón e incide mucho en el juego del equipo”, dijo el entrenador sobre el experimentado jugador de 34 años.

“Atenas es un club muy popular y lo que hablamos con los jugadores fue que no es lo mismo ascender, que volver al Metro como campeón. Para el currículum de cada uno y para el registro en la historia del club”, aseguró Fernández. Tal fue la importancia de este partido para el DT que en la charla técnica previa sorprendió con un método para motivar a su plantel: “Escribí una palabra en el pizarrón y la tapé con una hoja: ‘Imposible’. Los dejé pensar en que no les habíamos podido ganar durante la temporada, pero después borré el ‘im’ y les dije por qué habíamos sido el mejor equipo de la DTA. Ahí rompimos filas y salimos motivadísimos al calentamiento”.

Según dijo, fueron el “mejor equipo defensivo” del torneo y el que más rotó: “el que utilizó más cantidad de jugadores con buena cantidad de minutos para todos”. Fue uno de los objetivos que se trazaron, contó: tratar de gestionar al plantel para sacarle jugo a todas las figuras. Y les dio resultado porque más allá de puntos altos como Danridge, Colman o Rogelio De León —el uruguayo más alto del medio local, que con sus 2,10 metros marcó la diferencia en la pintura—, prescindieron de un jugador que hiciera 25 o 30 puntos por partido: “Nos repartimos muy bien el goleo”.

Foto: DTA

Fernández (34 años) llegó a Atenas para dirigir esta temporada, después de salir campeón con Nacional de la Liga de Desarrollo, tras derrotar en la final a Biguá precisamente en la cancha de su actual club. Hace 11 años que trabaja dentro del básquetbol, primero como asistente de varios equipos y como entrenador principal lideró a Danubio, Stockolmo, Marne, Auriblanco y Miramar. Su futuro seguirá ligado al básquetbol, próximamente en Chile, aunque Atenas ya lo apalabró para que dirija la Liga de Ascenso del año que viene. Y aunque no es formal, esa propuesta lo seduce: “Atenas no es un club más. Es muy popular, los hinchas van a todos los partidos, hasta a las prácticas y amistosos, y hacen fiesta con bombos y percusión. Caminás por el Centro y la gente te saluda. Me sorprendió la visibilidad que tiene, es un club muy grande”.