Con justo un mes de temporada, la NBA ya empieza a perfilar a sus favoritos para el título con unos Boston Celtics que asustan. Además, dos novedades han marcado estas primeras semanas de competición: el fenómeno Wembanyama y la irrupción de la Copa de la NBA.
Queda un mundo y el curso pasado empezaron igual y se desinflaron en los playoff, pero los Celtics han arrancado con excelentes sensaciones, una imponente sensación de poderío y el mejor balance de la liga (líderes del Este con 12-3).
Jayson Tatum comanda un plantel soberbio con incorporaciones clave como Porzingis, que ha encajado de maravilla en Boston, y de Jrue Holiday, que cubre el vacío dejado por Smart.
Con Jaylen Brown, bajo lupa por su renovación récord de 304 millones por cinco años, Derrick White y el incansable Al Horford, Boston tiene a la mejor unidad de seis hombres de la NBA y solo despierta ciertas dudas por la profundidad y calidad de su banco.
En cambio, los Bucks, el otro titán del Este forjado este verano, ha comenzado con altibajos pese a un sólido registro de 10-5. Con destellos de lo que puede dar la fastuosa dupla Antetokounmpo-Lillard, Milwaukee también acumula interrogantes sobre su entrenador Adrian Griffin y el estado físico de Khris Middleton.
En el Oeste, a priori una conferencia más abierta, los Denver Nuggets (10-5) han iniciado la defensa de su título con una química envidiable, pese a la lesión de Jamal Murray, y un Nikola Jokic estratosférico.
No todos los aspirantes al anillo han empezado con sonrisas de oreja a oreja. Ahí están los Phoenix Suns (9-6), que ya han jugado casi un 20 % de sus partidos de fase regular. Los Grizzlies tenían una papeleta muy complicada con la sanción de 25 partidos para Ja Morant, pero la situación en Memphis, con un escalofriante 3-11 ha pasado de grave a crítica. También resulta preocupante el 7-9 de los Warriors con Stephen Curry como sostén. En tanto, lo único fiable de los Lakers hasta ahora es el rendimiento de LeBron.