"En Welcome me siento local, siento el apoyo constante de la gente, estoy en mi casa”, dijo Gustavo ‘Panchi’ Barrera a Ovación, horas después de haber conseguido la primera victoria de la temporada, que tanto se hizo desear, y nada menos que en el clásico frente a Cordón.

“La verdad que fue un punto que esperábamos desde hace tiempo. Si bien sabíamos que iba a ser una temporada difícil, se nos venía escapando el triunfo en varios partidos que se definieron en el último cuarto o en alargue”, señaló sobre la victoria agónica en el gimnasio Óscar Magurno, gracias a un triple espectacular en el aire y casi sin ángulo, del extranjero Brandon Beavers, al que él mismo asistió.

“Los partidos contra Cordón siempre son especiales, la gente te lo hace sentir en la semana. Lo mismo que cuando jugamos contra Aguada, con el que también se generó una rivalidad muy importante desde la época de Magurno".

El Panchi Barrera debutó en primera precisamente en el Welcome tetracampeón federal (1997, ‘98, ‘99 y 2000), que ese 2001 se quedó sin quinquenio tras perder las finales justamente contra Cordón. “Ese quinto año ya no había tantas ganas de invertir”, acotó entre risas, pero lo recuerda como “una experiencia fantástica”.

“Welcome me trae para jugar en juveniles con 16 años, pero por diferentes motivos terminé jugando muchos partidos de titular en primera, con jugadores campeones y de selección, como Osky Moglia, Gustavo Szczygielski, Nicolás Mazzarino, Hebert Núñez, el Bicho Silveira... Solo faltó la frutilla de la torta, pero comenzar la carrera en ese equipo fue algo fantástico”, aseguró.

Este es el cuarto ciclo del Panchi en la W. Luego de aquel debut tempranero que le valió el rápido pase a España, volvió en 2006 para ascender como campeón de aquel Metro, el único título que obtuvo con el club de sus amores. Después para jugar la LUB 2015 —después de haber sido campeón con Hebraica Macabi en 2012— y ahora para esta etapa final de su carrera, con 39 años y un rol de líder. “Lo estoy disfrutando muchísimo porque me hacen sentir local. Cuando llegás a un equipo siempre tenés que demostrar, pero hoy en Welcome me siento y me hacen sentir en casa, con un apoyo incondicional”, sostuvo.

Welcome, que volvió a la Liga Uruguaya de Básquetbol para esta temporada luego de ascender segundo en el Metro 2023, es de los equipos de menor presupuesto de los 12 que compiten este año. Así que el objetivo está claro:mantener la categoría. “No es imposible porque nuestra liga es la de abajo, nuestros rivales directos tienen tres triunfos cada uno (Trouville y Urupan)”.

Si bien la primera rueda fue dura “por un conjunto de factores”, Panchi asegura que de a poco se están acomodando: “Arrancamos con un solo americano, lo tuvimos que cambiar, llegaron Brandon, el ‘hombre récord’ y Sam Desouza, hoy entrenamos mucho mejor y vamos en busca de la permanencia”.

Sobre los jóvenes extranjeros que se sumaron al equipo, dijo que están “fascinados” por el talento de cada uno —uno con las manos y el otro con su fortaleza física—, porque “entienden muy bien el juego” y porque son “muy positivos para el grupo por las ganas que demuestran todos los días”.

Foto: Ignacio Sánchez.

Como referente del básquetbol uruguayo, Barrera también opinó sobre las enormes diferencias de presupuestos en la Liga, que se reflejan adentro de la cancha:“Siempre hubo dos o tres equipos de mayor presupuesto, pero desde que se permitió una tercera ficha extranjera la diferencia es abismal. Ahora el torneo se parte en cuatro equipos y los demás peleamos por entrar a playoffs y por el descenso. Le saca competitividad a la Liga y también oportunidades a nuestros jóvenes".

"Yo creo que no nos beneficia, que ya no hay sorpresas ni equipos revelaciones. Conozco a muchos jugadores con nivel de Liga que se fueron a jugar al Litoral o directamente dejaron de jugar, y eso es a causa de la tercera ficha extranjera, que antes era una ficha nacional".

Y siguió en la misma línea: "Los pocos jugadores grandes que hay se quedan sin lugar o pasan muchos años tapados por ese tercer extranjero”, dijo también en relación a la exuberancia física de los extranjeros, que están transformando al juego a un estilo poco apto para el biotipo de los uruguayos y juega en contra del desarrollo del básquetbol local.