"Sabíamos que este partido era de vida o muerte y que iba a ser un panorama parejo, que debíamos llevarlo minuto a minuto” dijo Emiliano Serres luego de la victoria 95-78 de Peñarol sobre Aguada por la tercera final de la Liga Uruguaya de Básquetbol, en la que él fue la gran figura de la noche en el Palacio Peñarol: terminó con un doble-doble de 27 puntos (con 70% de precisión en lanzamientos de campo) y 10 rebotes.

Y fue tal como lo describió que el Carbonero se quedó con el primer punto de esta serie final, y el que más necesitaba para llegar con margen al próximo juego en la cancha del Aguatero (próximo viernes a las 21:15 horas). Si bien el visitante comenzó con una descabellada racha de nueve triples en 12 intentos en el primer cuarto, el aurinegro mantuvo la calma y “minuto a minuto” fue emparejando el trámite.

Aunque de nuevo no pudo hacer mucho para frenar a Sims (que otra vez fue el máximo anotador del partido con 30 puntos), logró incomodar a Rudd y los demás tiradores aguateros, incluso a Santos en la zona de la pintura, donde generalmente es el que domina.

Las primeras dos finales habían sido igual de parejas, pero Peñarol no las había logrado cerrar de la mejor manera y llegó a esta tercera con un incómodo 2-0 en contra. Anoche el equipo mostró una faceta diferente, y empujado por un Palacio al rojo vivo desde el primer minuto hasta el último, pasó por arriba a Aguada en la segunda parte y terminó ganando el partido por la mayor ventaja de 17 puntos.

Foto: Estefanía Leal

El equipo de Signorelli dominó con solvencia en tres estadísticas claves: rebotes (45 a 28), puntos en sobre la pintura (50 a 20) y puntos tras pérdidas (21 a tres).

Pero la clave del triunfo aurinegro pasó porque tuvo muchos puntos altos: Serres, Granger en el armado, Vargas reboteando, Washington y Johnson lastimando desde media distancia, y Xavier y Zanotta desde la banca. Mientras que salvo Sims y Santos, el resto del plantel aguatero prácticamente no estuvo en partido.