"Pensé que las cámaras estaban para el otro lado, ni sabía que me estaban filmando”, confesó Evaristo González en diálogo con Ovación luego de la imagen que se hizo viral y que el propio presidente del básquetbol de Peñarol compartió en redes.

Con la emoción a flor de piel, la camisa arremangada y alentando a los jugadores que estaban logrando una gran victoria clásica ante Nacional, como visitante, uno de los 11 directivos que tuvieron permitido asistir al encuentro mostró su pasión por el club.

Las imágenes dejaron “varios comentarios de mi familia y de gente que trabaja acá conmigo diciéndome ‘se desacató el jefe’, pero es como se vive el básquetbol, es un deporte con una intensidad enorme y uno viene a dejar el alma y el corazón”.

Los dirigentes llegaron junto al plantel, el staff y el cuerpo técnico en el mismo ómnibus, ese que partió desde el Palacio Peñarol y que fue acompañado por un banderazo de los hinchas que no pudieron acompañar en el Polideportivo del Gran Parque Central. “Fue tremendo porque la hinchada acompañó con una fuerza bárbara alentando y llenando de fuerza a todo el equipo”, admitió.

González confesó que a pesar de tener del otro lado 1.000 hinchas de Nacional no hubo ningún problema, “algún insulto, pero eso es parte del folklore, fuimos bien recibidos y cero problema en la ida a la cancha de Nacional”.

“Se despierta la locura. Los clásicos no son un partido común, no son un partido más y este, al ser el primero en el gimnasio de Nacional, tenía un significado muy especial. Es el primero que jugamos en la casa de ellos y ganarlo es increíble. El último también se lo habíamos ganado, pero este se lo ganamos con 20 puntos de diferencia, habiendo empezado perdiendo el primer cuarto por 10. Fue una locura”, confesó el dirigente aurinegro pocas horas después de la victoria.

“Era todo un reto ganarles a ellos y no dejaba de ser un partido duro porque Nacional había ganado nueve de 10 partidos, estaban líderes, firmes, teniendo un juego sólido y arrancamos abajo, pero no decayó la confianza, siempre sabiendo de que Peñarol puede revertir esa situación y los jugadores lo tomaron así y por eso fue esa pasión”, dijo.

González también entendió que “era una prueba fuerte para el nuevo cuerpo técnico de Marcelo Signorelli y Edgardo Otatti como gerente deportivo” así como para superar el trago amargo de la Liga Sudamericana: “Habíamos trabajado muchísimo para eso con el plantel y toda la estructura que se había armado. Fue una inversión muy grande y una participación muy mala y había que revertir”.

¿Seguirá en su actual cargo? “El Consejo Directivo lo va a decidir. Está presidido por Ruglio y él ha dicho, por lo que me enteré por la prensa, que va a tratar de cambiar la presidencia del básquetbol. Conmigo nunca habló de este tema. Mi interés es seguir trabajando como hasta este momento”, afirmó.