SELECCIÓN
El zaguero venía de disputar pocos minutos con la Celeste, pero Alonso lo mandó a la cancha ante Chile como titular en lugar de Giménez y él respondió de forma muy satisfactoria.
Aunque juegue poco en la selección, Sebastián Coates siempre está. Callado, de bajo perfil, con un gesto positivo en su rostro, serio, el espigado zaguero es uno de esos referentes silenciosos en la Celeste. No en vano es el capitán y gran referente de Sporting de Lisboa, equipo en el que está desde 2015 tras su paso por la Premier League.
Coates jugará su tercer Mundial (es imposible no pensar que estará en la lista final del Tornado), ya disputó cinco Copa América, una Copa Confederaciones, totalizando 45 partidos oficiales con la Celeste, con 28 triunfos, ocho empates y nueve derrotas.
Contra Chile, Diego Alonso lo mandó a la cancha como titular en lugar de José María Giménez y completó una actuación con un muy buen nivel. Su zancada larga le permite sacar ventaja de ciertas situaciones del juego, así como el largo de sus piernas. Es que en San Carlos de Apoquindo cortó algunos avances de esa manera interceptando pases que eran peligrosos. En general controló a Alexis Sánchez y a Ben Brereton.
Suele sufrir algo más cuando lo sacan de su zona de influencia y sale a cortar arriba en la cancha, aunque contra los trasandinos no pasó zozobras, porque no dejó girar a los atacantes o volantes.
Coates, de 31 años, es un futbolista que en los últimos tiempos ha estado en la sombra de Diego Godín (a excepción de la Copa América 2011, donde jugó y fue elegido el mejor futbolista joven) y Josema, pero siempre es la primera opción de recambio. ¿Está para ser titular en el Mundial? Seguro que sí, pero todo dependerá de cómo llegue el Faraón a noviembre; si sigue con continuidad en Atlético Mineiro y con un nivel óptimo. El capitán tuvo un rendimiento correcto el martes a la noche.
Lo que está claro es que Coates aprovecha sus minutos.