SELECCIÓN

Un repaso de lo que fue la actuación de cada futbolista celeste en el compromiso número 11 en esta Eliminatoria rumbo al Mundial de Catar 2022 en el clásico contra Argentina.

Responsable en el primer gol albiceleste. Calculó mal en la salida: siguió a Nicolás González y perdió referencia en la pelota. Por eso, el tímido centro de Lionel Messi terminó en el arco. En el segundo tiempo tuvo tres buenas intervenciones con el partido ya liquidado que evitaron que la goleada fuera histórica.

Ganó un cabezazo en ofensiva y luego, junto al resto de la defensa, quedó mal parado en el retroceso en un mano a mano que tuvo Giovani Lo Celso con Muslera y donde el hortizontal salvó a la Celeste. En el segundo tiempo, principalmente en el inicio del mismo, la pasó mal como toda la última línea de Uruguay.

Se paró como zaguero central entre Godín y Arújo. Hasta el primer gol la venía llevando bien, luego entró en el descontrol general. 

Impreciso a la hora de salir con pases largos. Cada vez que quiso arriesgar, mandó la pelota afuera. En el complemento terminó como una especie de lateral.

Activo por el andarivel derecho en el ataque durante la primera media hora. Ganó en casi todas las acciones que pasó la mitad de la cancha. Perdió la pelota en la jugada que inicia el segundo gol de Argentina. Después del primer gol de Argentina, como el resto del equipo, no pudo desnivelar más.

Correcto en la distribución de la pelota, pero discreto en la recuperación. Tras los goles de Argentina, se desordenó al igual que todo el equipo. No pudo filtrar pelotas ni adelantarse en la cancha, una de sus mayores virtudes.

Metió un zapatazo desde afuera del área que rechazó Dibu Martínez cuando el partido todavía estaba 0-0. Aceptable en la distribución de la pelota, pero regular en la recuperación. No fue su mejor partido.

Al igual que Nández, en lo que refiere al aspecto ofensivo, cumplió una buena actuación en su andarivel. Asistió a Suárez en las dos chances más claras que tuvo. Terminó fundido y salió sustituido.

Le faltó entrar más en contacto con la pelota. Cometió alguna que otra infracción por querer colaborar en la marca. Salió en el entretiempo.

Poca participación en la ofensiva celeste. No pudo repetir el nivel de los últimos encuentros. También fue sustituido en el entretiempo.

Al igual que contra Colombia, el jueves pasado en el Gran Parque Central, Luis Suárez fue el punto más alto de la selección uruguaya. Y eso que no pudo converir ni contra el conjunto cafetero ni ayer contra Argentina. Fue una de las figuras del primer tiempo. Tuvo tres chances claras: un remate que le quemó las manos al Dibu Martínez, otra con un tijera espectacular que también salvó el arquero y luego un remate que se estrelló en el palo. En el segundo tiempo el Pistolero entró poco en contacto con la pelota aunque siguió haciendo un gran desgaste y peleando cada pelota como si fuera la última.

Otra vez, como contra Colombia, ingresó en el segundo tiempo. Casi no entró en juego. Se notó la falta de rodaje.

Las corrió todas, pero no pudo desnivelar. Estuvo algo entreverado. Muchas ganas, pero la faltó un socio en ese momento del partido.

Ingresó por Viña cuando estaba fundido y con el partido ya liquidado. Priorizó la marca para evitar que la derrota sea todavía mayor.

Poco y nada. Entró para intentar darle estabilidad al mediocampo en el peor momento del partido.

Pocos minutos en cancha.