Sin desmerecer a los hinchas de Arsenal y al club en sí, está claro que en los bares y cafés de Argentina, los temas de la semana serán la vuelta de River Plate a la A y la continuidad de San Lorenzo -al menos por dos partidos más- allí mismo.
Los de Boca Juniors, que perdieron el campeonato de manera increíble y hoy piensan en la final de la Libertadores, le dedicaron el tema "BolBer" a sus enemigos íntimos con afiches en las calles. Y los de River festejaron como locos, haciendo del "23J" -23 de junio- el día de la resurrección, leyenda que tenían estampadas las remeras con las que el plantel festejó el ascenso.
El siempre cascoteado césped del Monumental luce desde el sábado como trofeo de guerra en un montón de casas de hinchas "millonarios". Decenas de fotos de parciales con lágrimas en los ojos llenaron páginas y páginas de los diarios argentinos. River volvió a la A 363 días después de descender. Y lo festejó a lo grande.
"Estos goles son más importantes que el que metí en la final de la Euro" reconoció David Trezeguet, cada vez más argentino que francés.
"Hice un curso intensivo de entrenador", tiró aliviado Matías Almeyda, capitán el día del descenso y técnico del "River de la B", mote del que se le va a hacer difícil escapar a los de la banda en los próximos años, por culpa de los de Boca, claro.
River jugó 38 partidos en la B Nacional. Ganó 20, empató 13 y perdió 5. Fue campeón y volvió a la A. No sin sustos, no sin sufrimiento. "Ya está. Ya cumplieron. Solo nos devuelven al lugar del que nunca nos tuvimos que ir. Ahora a recuperar la historia", tuiteó Jorge Rial, uno de los hinchas más conocidos y picantes de River.
"Son pocos los que hubieran hecho lo que hicieron ellos, de venir a poner el pecho a este momento difícil", dijo con autoridad el gran Amadeo Carrizo sobre Trezeguet, el "Chori" Domínguez y Cavenaghi, que volvieron del exterior para dar una mano y anotaron 34 de los 66 goles que devolvieron a la A a River, el club de los 34 títulos en Primera.
River no jugó lindo prácticamente en ningún partido de la B. De hecho, con un plantel capaz de pelear el título en la A, logró el ascenso recién en la última fecha. Pero de nada importó ese paladar especial de sus hinchas. Sólo había que ganar y volver. "Fue la etapa más tensionante de mi carrera", dijo sin avergonzarse Leonardo Ponzio, otros de los que volvió para ayudar.
El equipo de la banda dejó de ser "Riber"; volvió a ser River, el de siempre.
LAS ESTRELLAS
El "Chori"
"Me quiero quedar", sostuvo Alejandro Domínguez. El préstamo se termina y tiene que volver a su club, Valencia.
El capitán
"Hubiera cambiado cualquier título que gané por este ascenso", dijo Fernando Cavenaghi, el goleador.
Un pibe
"Crecí ocho años en uno", admitió Lucas Ocampo, un chico de 17 años ascendido por Almeyda para jugar el B Nacional. Estuvo en todos los partidos de River.