Existen varias puntas para analizar el éxito o el fracaso de un entrenador. Por ejemplo, hay quienes dicen que Marcelo Bielsa, pese a haber sacado poco más del 50% de los puntos en su extensa carrera profesional, supo dejar un legado, una huella, una filosofía que no se puede borrar y hoy se evidencia en los buenos resultados de la selección uruguaya en Eliminatorias.
Pero también están los que se fían únicamente de los números y sostienen que, con su corto recorrido, Zinedine Zidane -tres veces seguidas campeón de Champions y 70% de efectividad- ya es uno de los mejores entrenadores de la historia del fútbol, con éxitos que se emparentan a los que tuvo como jugador.
Álvaro Recoba es un paréntesis entre estas dos escuelas. Trae el mote de crack impuesto desde el día en que quemó los últimos cartuchos de futbolista y se puso el traje de entrenador, pero también se abraza a un estilo inocente, paternal, que apela mucho a la sinceridad y tropieza con la estadística fría (61,4% de eficacia). Tanto así que, a fines de 2023, soltó que si Nacional no mejoraba, iba a dar un “paso al costado”.
Su rol, en ocasiones, excede a lo que pasa adentro de la cancha. El Chino, a cinco meses de su asunción como DT, es protagonista con conferencias de prensa en las que reconoce errores, da pistas del equipo titular y carga el peso de las derrotas. Además, mantiene el objetivo de “hacer crecer” juveniles y sacarles el máximo provecho, como está haciendo con su hijo Jeremía y Lucas Sanabria.
El recambio es su talón de Aquiles y la conversión goleadora una virtud.
La sinceridad, un punto a favor
Muchas veces, Recoba dice mucho sin decir. En sus conferencias de prensa ha soltado sin problemas el equipo titular del fin de semana y en otras tantas da pistas que ayudan. Desde la gerencia deportiva y el plantel destacan su “honestidad intelectual” en los intercambios y su rápida autocrítica para reconocer errores.
Aciertos: Sanabria, Recoba y la chance a Galeano
El seguimiento a Lucas Sanabria como entrenador de Tercera facilitó la evolución del juvenil hasta su llegada al primer equipo en enero. Hoy deviene en una de las grandes apariciones de la cantera. Jeremía Recoba es la otra. También es para aplaudir la decisión con Antonio Galeano, que se quedó y mostró una versión mejorada.
El poderío ofensivo
Pese a que su promedio de gol no alcanza los dos goles (1,78) por partido, Recoba tiene la virtud de que sus equipos no se achican y salen a proponer. Solo ha así ha podido conseguir que sus futbolistas conviertan en 18 de los 19 encuentros oficiales que dirigió, con la única excepción a la regla en la altura de La Paz ante Always Ready.
Los cambios son uno de los principales cuestionamientos
Desde que Nacional ganaba 2-1 en el GPC, Recoba cambió a línea de tres y Peñarol se lo empató 2-2, una parte de la hinchada cuestiona sus cambios. Pasó contra Always Ready y otras veces que rotó el equipo. Acertó contra River, Wanderers y Defensor, que sus elegidos respondieron con gol. 11 de los 16 goles del equipo en este 2024 fueron en el segundo tiempo.
La falta de una defensa segura
Los números dicen que Nacional recibió 20 goles durante la era Recoba y que no tuvo una racha mayor a dos partidos seguidos sin que le conviertan. Velázquez, Chagas y Fredy Martínez no le han dado el mismo resultado al DT que Izquierdo, Lozano y Báez, que son titulares. No así Antoni, que le pisa los talones a Polenta.