A Nicolás Vigneri le faltaba jugar en la C y lo hizo por amor al barrio

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Vigneri

HISTORIAS

Nació, se crió y sigue viviendo en Pueblo Victoria. Se dio el gusto de jugar en Uruguay Montevideo con el que fue campeón y ascendió. Jugar amateur fue una experiencia que lo enriqueció y recomienda.

Hoy Uruguay Montevideo cumple 100 años. Y no puede celebrarlo de mejor manera: con el campeonato y el regreso al fútbol profesional tras 12 años en la Primera Amateur, ex-C. La emoción se apoderó de Pueblo Victoria tras el segundo partido frente a Colón, que terminó con triunfo 2 a 1, festejando el título y el ascenso.

Nicolás Vigneri nació y se crió en Pueblo Victoria, donde sigue viviendo. Nunca había jugado en la C y allí, en el club de su barrio encontró la motivación que necesitaba. Y vivió una experiencia maravillosa, que le recomienda a los futbolistas profesionales.

“La posibilidad de jugar en Uruguay Montevideo surgió por sentimiento puro. En este año, que fue complicadísimo por la pandemia, me pasaron mil cosas por la cabeza, hasta dejar de jugar. Necesitaba una motivación que solo podía encontrar acá en el barrio, con Uruguay Montevideo o con Fénix. Este es un barrio que sigue mucho al club y yo conozco a todo el mundo. Siempre estaba la posibilidad de venir a jugar antes de retirarme y ahora se dio. Vine al club con mucha responsabilidad porque se trataba de gente amiga y no quería pasar inadvertido. Por suerte salió todo muy bien”.

Llegar al club del barrio iba de la mano con jugar por primera vez en el fútbol amateur. “La C era la divisional en la que me faltaba jugar en el fútbol uruguayo. Y resultó muy enriquecedor desde todo punto de vista. Encontré lo que venía a buscar: la pasión por el fútbol, el sacrificio de jugadores y cuerpo técnico y de toda la gente que ayuda al club. Jugadores que trabajan pero siempre están con buena cara y un vestuario bárbaro. Sería ideal que jugadores profesionales en algún momento de su carrera pasaran por un equipo como Uruguay Montevideo: es volver a la esencia del fútbol”, dijo sumamente convencido.

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Nicolás Vigneri feliz cono la copa de campeón.

En el fútbol amateur conoció una experiencia muy diferente a la que vivió a lo largo de su carrera. “El 80% de los jugadores trabaja, lo mismo que el cuerpo técnico y Martín el equipier. En el caso de los jugadores, me saco el sombrero. Viví momentos de mucha emoción, que sin duda ellos se merecían”.

Para esos futbolistas amateurs tener a Vigneri -que vistió las camisetas de los dos grandes y la de la selección; que tuvo varias etapas en México, además de pasar por España, Argentina, Ecuador y Perú- como compañero fue muy positivo. “Desde el primer día fui uno más. Reconozco que he jugado en determinados equipos y en la selección, pero acá era uno más del barrio que quería conseguir algo con este equipo que hacía mucho no se le daba, más en este año en que cumple 100 años”.

Uruguay Montevideo no era candidato cuando comenzó el torneo de la Primera Amateur y Vigneri sabía que la empresa era difícil. “Pero lo conseguimos a base de un muy buen trabajo, de corazón y de un sentido de pertenencia al barrio que muy pocos equipos tienen. Hay jugadores que llegan de otros lados y se enamoran del club. Fue muy lindo conseguir esto para la gente”.

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Recién en los playoffs se dio cuenta que el título y el ascenso eran posibles. “Fue un año complicadísimo también en lo deportivo. Es raro que en la C haya tan buenos equipos como hubo este año. Había tres clubes que estaban gerenciados y se habían armado muy bien. Nosotros no éramos favoritos, pero nos fuimos haciendo fuertes partido a partido y todos teníamos claro lo que queríamos. Después del partido con La Luz, en el playoff, nos dimos cuenta que teníamos chance de salir campeones. La Luz tenía un equipazo y los eliminamos”.

Tiene 37 años y tras esta gran experiencia tiene ganas de seguir defendiendo a Uruguay Montevideo en el fútbol profesional. “Sentirse bien en lo físico es muy importante. Si bien tuve un par de lesiones, creo que fue porque estuve 10 meses parado con la pandemia y con esta edad no es lo mismo que estar un mes de vacaciones. Uno cuando termina el año pasa raya y aunque ya tengo el curso de técnico hecho y me sigo preparando para lo que pueda venir, sería lindo jugar en la B con Uruguay Montevideo”.

Fénix

 Cuando regresó de México hace tres años, lo hizo con la idea de jugar y de retirarse en Fénix. No fue posible y ahora la idea de hacerlo en el club del barrio le seduce. “Podía haber seguido en México, pero quería venir a Uruguay y a Fénix. Capurro está pegado a Pueblo Victoria, hice las formativas en Fénix y es un equipo que quiero mucho. Cuando volví fue para que el equipo se salvara del descenso y lo logramos. Cuando jugué, rendí, pero Juan Ramón (Carrasco) decidió no contar conmigo para el otro año, aunque creo que yo era importante para Fénix. Son decisiones que acepté, pero no compartí. Y tuve que seguir por otro lado”, se lamentó.

Nicolás Vigneri. Foto: Archivo El País

“¿Cómo es Pueblo Victoria? Como todo barrio de gente trabajadora, con vecinos de toda la vida. Este es mi lugar. Soy medio raro. Cuando estaba en el extranjero y vivía en lugares bárbaros, estaba esperando que terminara el torneo para venirme al barrio; para estar en la cuadra de casa. Es un barrio tranquilo, de gente humilde y laburadora. No sabés lo que fue el festejo. Sobraban las emociones. Llorar de alegría en el fútbol es lo más lindo que hay”, explicó quien sigue viviendo en la casa donde se crió.

“Nací acá y viví con mis padres y mis hermanos. Después mis padres se separaron, mi madre se fue a vivir a Maldonado y nosotros nos quedamos acá con mi padre. Ahora hicimos una reforma, construimos arriba, donde vive mi papá, pero es la misma casa de siempre”.

Picos altos y bajos

Ya cerca del final de su carrera admite que sus mejores momentos fueron en Fénix, en Peñarol y en México. “Como todo jugador tuve picos altos y otros momentos para el olvido, en los que no pude encontrar mi rendimiento. Mis primeros tres años en Fénix, cuando ganamos la Liguilla, jugamos la Libertadores y yo fui a la selección fueron muy buenos. Como mi pasaje por Peñarol. Y afuera, en México, siempre rendí muy bien. En Puebla, Cruz Azul y Murciélagos: en los tres equipos donde jugué anduve bien y rendí. Fui logrando objetivos; siempre a lo largo de mi carrera la palabra objetivo estuvo en mi cabeza”.

Reconoció que jugar en Europa más tiempo fue uno de los objetivos que no pudo cumplir. O consolidarse varios años en un equipo. “Algunas veces fue responsabilidad mía, porque me faltó rendimiento o resolver mejor, y otras no dependieron de mí”, culminó mientras terminaba de preparar el almuerzo para sus hijos, Ignacio de 11 años y Facundo de casi siete, ambos jugadores de las infantiles de Bella Vista.

“Algo básico: hamburguesas con arroz”, explicó Vigneri, quien cumple bien con las tareas de amo de casa, mientras su esposa Victoria, a quien conoció en el casamiento de Omar Pouso, trabaja.

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