Con las manos en los bolsillos, Luis Suárezreapareció sonriente en un video casero con la intención de calmar a las miles y miles de voces que desde Uruguay aclamaban su aparición pública.
Por sí o por no, había un ejército de hinchas de Nacionalque querían una respuesta cuanto antes. Era una manada de gente que pedía ponerle fin a una telenovela que empezó con un simple hashtag (#SuarezANacional) y que se convirtió en la campaña virtual más masiva de todos los tiempos al punto que le prendió la lamparita al entonces presidente José Fuentes para viajar a España a buscarlo después de una nota que el Pistolero le brindó a Ovación.
La poca expertiz del futbolista para expresarse —y los nervios y ansiedad que se le notaban— quedó expuesta a la primera de cambio a partir de un balanceo que de repentino pasó a ser permanente. Siguió con un extraño "era inevitable rechazar esta oportunidad", una frase que, para los más entendidos, fue en el sentido contrario de lo que en realidad quiso decir y, sin querer, levantó cierta sospecha.
Pero, casi del mismo modo que fue su etapa final en Uruguay, lo pudo cerrar de la mejor manera. Sin temor a levantar sospechas, Suárez apuntó con el dedo y deslizó un simple "nos vemos pronto" que borró cualquier confusión posible que se hubiera generado con sus palabras del principio. Fueron 56 segundos de video en los que el corazón de cada uno de los hinchas de Nacional latió al triple de lo común. Fueron 56 segundos que pasaron hace exactamente un año.
— Luis Suárez (@LuisSuarez9) July 26, 2022
Lo demás es historia conocida. Suárez llegó a Nacional vigente, con 35 años y un rígido caparazón de más de 500 goles que en poco tiempo se supo acoplar a una herradura inquebrantable, guiada por Pablo Repetto y encabezada por varios soldados (Felipe Carballo, Sergio Rochet, Emmanuel Gigliotti, entre otros).
Puso un pie en Uruguay y a los pocos días apareció la primera piedra. Porque así como aterrizó un domingo 31 de julio, y los hinchas le dieron una multitudinaria bienvenida, ya el martes 2 de agosto se tuvo que volver a poner los cortos para saltar a la cancha contra Atlético Goianiense (derrota 0-1 por la ida de los octavos de final de la Copa Sudamericana).
La revancha en Brasil, siete días más tarde, terminó por confirmar lo que a todas luces ya era una sospecha antes de ese doble enfrentamiento: que el fútbol uruguayo está a años luz del brasileño y que difícilmente un jugador, así tuviera la jerarquía de Suárez, podría achicar tan semejante diferencia.
Por el campeonato local el barco siguió su curso derecho y Nacional lideró de principio a fin la Tabla Anual durante la Era Suárez. El clásico volvió al Gran Parque Central después de 92 años y también lo sorteó sin barreras. Pasó lo más esperado, que fue verlo festejar un gol con el club que lo formó nada más ni nada más que contra Peñarol, su tradicional adversario.
La última moña llegó justo al final, en la definición del Uruguayo contra Liverpool, donde encontró la llave del gol en dos oportunidades y le resolvió al equipo un partido que en el juego tuvo muchísima más paridad que en el resultado (4-1).