Redacción El País
Corrían 92 minutos de los 100 que decidió jugar el argentino Leandro Rey Hilfer cuando Bruno Antúnez, el arquero de Boston River, con un vendaje en la cabeza, se estiró como si fuera uno de handball y le tapó con el pie un cabezazo a quemarropa a Pedro Sánchez que había tenido que ingresar por Martín Rodríguez, figura y autor del gol de Ñublense, que salió lesionado en el primer tiempo del partido por Copa Libertadores.
Antúnez, que pudo haber respondido mejor en el gol, se quedó en el piso, le llovieron proyectiles y se demoró el partido que era precisamente lo que buscaba el equipo de Jadson Viera que no había arrancado el partido de la misma manera en que lo terminó.
Una de las máximas en las copas internacionales es poder aguantar el primer cuarto de hora sin recibir goles en los partidos de visitante, pero a Boston le dieron un golpazo a los nueve minutos. Ñublense tuvo un córner a favor y Antúnez dio un rebote corto que Rodríguez capturó para abrir la cuenta. La serie estaba empatada y parecía que el equipo uruguayo solo podría tener una chance de contragolpe o con alguna personal de Juan Manuel Gutiérrez que generó un tiro libre sobre el final de la primera parte, pero en los descuentos, se fue lesionado.
A los 66 minutos Jadson Viera se agarró la cabeza con algo de desesperación, pero Boston estaba bien. Baltasar Barcia había ganado de cabeza en el área rival y Nicola Pérez había tenido una atajada fantástica frente a Marcos Gómez que definió en el área chica.

Para el segundo tiempo estaba todo a merced del local, pero el joven equipo del Sastre iba a aprovechar justamente eso. El promedio de edad de los once titulares de Boston River fue de 24 años mientras que Ñublense tuvo una media de 33 y se quedó sin piernas.
Viera mandó a la cancha a Agustín Anello en lugar de Gutiérrez, ya había ingresado bien en el partido de ida y estaba llamado a ser el héroe de esta película que busca su desenlace en fase de grupos. Agustín Albarracín y Agustín Amado entraron enseguida y fueron más problemas para los Diablos Rojos que no podían con Fredy Martínez y Juan Acosta en los laterales, ni superarlos ni contenerlos, y sobre el final llegó el golpe de gracia.
Anello recibió sobre la banda izquierda, encaró a su rival, lo dejó desairado para meterse al área con una diagonal hacia afuera para su pierna derecha, sacudió y la metió en el segundo palo de Pérez que nada pudo hacer para evitar el golazo.
Boston River tuvo más de 15 bajas para esta temporada, pero la idea se mantiene, da garantías y Anello sostuvo el sueño de meterse a la fase de grupos de la Copa Libertadores.
El próximo rival será el Bahía de Brasil que viene de empatar en la ida ante The Strongest y de golear 3-0 en la vuelta con gol de Luciano Rodríguez para sentenciar la serie.
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