Alex Silva (30) las pasó todas: estuvo un año donde solo jugó cinco partidos en su primera salida al exterior en San Martín de San Juan de Argentina, pensó en dejar todo, volvió al fútbol uruguayo y en la actualidad disfruta de un gran presente en el club de su vida, que es Progreso. “Apuntamos a lo máximo”, dijo el lateral.
El Gaucho tiene puntaje perfecto en el Apertura porque ganó los dos partidos que jugó (3-2 ante Miramar Misiones y 3-2 contra Cerro). Esto a raíz de que Progreso postergó su encuentro frente a Rampla Juniors por la primera jornada del torneo.
Otro hecho importante es el momento goleador que atraviesa Silva: lleva anotados tres goles, la misma cantidad que hizo el año pasado en Segunda División.
“En la posición que juego hago el trabajo para que avancen los delanteros, pero cuando estoy adentro del área o cerca me gusta rematar y hacer goles”, afirmó.
Ante el Villero, Silva anotó dos y frente al Cebrita hizo un golazo desde la mitad de la cancha. El lateral mencionó un aspecto clave para convertir ese gran gol y fue que conocía a Lucero Álvarez, golero de Miramar Misiones, ya que sabía que iba a estar adelantado tras su mala salida.
“La pelota me quedó justa y rematé. Si en ese momento miraba a Álvarez, él iba a volver al arco y no sé si me daba para hacerle el gol”, dijo.
El peor año de su carrera
A mediados de 2018 Silva tuvo su primera salida al exterior: se fue a San Martín de San Juan, en Argentina. El lateral estaba muy emocionado por lo que significaba este hito en su carrera, aunque la historia no tuvo un buen final debido a que solo disputó cinco partidos y eso se debió a las lesiones que padeció. “Tuve cinco desgarros y en las últimas fechas me lesioné la rodilla”, recordó con mucho dolor.
“Pensé en volverme para estar con mi familia y ver si el otro año volvía a jugar al fútbol profesional”, comentó.
Se quedó y al final pasó a Racing para regresar al fútbol uruguayo y seguir con su carrera cerca de su hija.
Su etapa en Peñarol
El primer gran pase en la carrera de Alex Silva fue a mediados de 2016 cuando arribó a Peñarol.
El lateral derecho logró proclamarse campeón Uruguayo en 2017 y al año siguiente dejó el club mirasol. “No me afiancé en el equipo por un tema mental: era muy joven y no tuve la madurez suficiente. Eso llevó a que, tal vez, no asumiera las responsabilidades que tenía como debían ser”, describió.
En tal sentido, Silva evidenció que todavía tiene un gran anhelo en su carrera y es “volver a Peñarol”. “Para tratar de demostrar que no soy un jugador más y que por algo llegué ahí”, añadió.
En la actualidad, Alex solo piensa en un ítem: prepararse de la mejor forma para que le vaya bien a Progreso. Es muy especial la conexión que tiene con el club de La Teja, no solo porque lo formó como futbolista profesional, sino que lo contrató cuando quedó libre en Racing y porque su padre, Víctor Silva, se consagró campeón Uruguayo en 1989.
Todos los días Silva aguanta la emoción cuando ingresa al Parque Paladino ya que está la gigantografía de los campeones Uruguayos y ahí ve a su padre. “Es muy lindo llegar a mi trabajo y ver la foto de mi viejo; es invaluable”, indicó con gran efusividad.
En 2022 jugó en Deportivo Maldonado y al año siguiente se fue Progreso para pelear el ascenso a Primera: lo consiguió y ahora sueña “con lo máximo” en el equipo del que es hincha.