Ya tenía definido que a fin de año regresaría a Uruguay por asuntos familiares, pero llegó una llamada que esperaba hace mucho y que le cambió la vida. Peñarol se interesó por Alfredo Arias y todo cerró.

El entrenador dejó Independiente Santa Fe de Bogotá para transformarse en nuevo técnico mirasol y mañana comenzará la pretemporada luego de haber trabajado ya más de 10 días con el plantel carbonero en diciembre.

El entrenador de 64 años habló con Ovación acerca de cómo vive este momento tan especial en su carrera, de su idea de juego, del potencial del club, del disfrute de la profesión y de los objetivos para el 2023.

-¿Qué estabas haciendo cuando te llamaron de Peñarol para ser el entrenador?
- En primer lugar quiero decir que en Colombia nos estaban tratando muy bien a mí, a mi familia y al cuerpo técnico, pero por una decisión personal yo ya había optado por volver a Uruguay a fin de año. Y ese día que recibí la llamada de Pablo (Bengoechea) fue un regalo de la vida más allá de que me aclaró que querían saber mi situación porque estaba dentro de los candidatos. Y ahí se inició todo.

- ¿Y cómo siguió todo?
- Ese día no dormí. Me acuerdo que estábamos en un hotel porque íbamos a jugar un partido, pero llamé a mi señora y le decía “tengo que disimular pero me dan ganas de saltar de felicidad”. Es increíble. Capaz que a otra edad no lo hubiese hecho porque a veces pensamos que todo viene porque tiene que tocar y no es así. Hay que agradecer cada cosa que nos pasa. Yo agradezco todo. Hoy me despierto cada día y agradezco. Me acuesto y agradezco. De verdad te lo digo. Y esto que me pasó, el llamado de Pablo para ser técnico de Peñarol es uno de los regalos más lindos que recibí porque se dio en una circunstancia especial. Yo no esperaba el llamado de nadie por mi decisión y mirá ahora... Estoy acá.

- ¿Cómo fueron los primeros días cómo técnico de Peñarol?
- En lo sentimental muy emocionantes, sobre todo el primer día porque volver a Los Aromos me hizo ir a buscar recuerdos, pero también ver la evolución que tuvo este lugar ya que en 42 años hubo muchos cambios. También hay cosas que se mantienen y las recuerdo.

Enzo Santos / Prensa Peñarol.

- ¿Qué fue lo primero que fuiste a ver cuando volviste a Los Aromos?
- Fui a buscar un árbol que planté en mi etapa como jugador. Lo encontré y me hice sacar una foto con el árbol ahí.

- ¿Dónde está?
- Alrededor de la cancha principal. Saliendo de los vestuarios es el tercero. Me acuerdo porque me lo hizo plantar el profe Jorge Kistenmacher. En aquel momento me preguntó “¿cuál es su árbol?”. Yo se lo señalé y le dije “ese que está ahí profe, pero ya está plantado”. A esa edad no valoramos mucho las cosas y él me dijo “bueno, cuéntelo, sepa cuál es porque un día va a volver y lo va a querer”. Increíble. Increíble lo sabio que fue y lo que yo sentí el día que volví. Nunca pensé esto. Planté árboles en otros lados, en casas mías y en lo de mis padres, pero este tiene un significado especial.

- ¿Por qué?
- Porque recuerdo que Kistenmacher nos dijo: “Algún día van a tener mi edad y van a volver a Los Aromos o le van a contar a sus nietos o los van a traer y los van a poner abajo de esos árboles para decirles ‘ese árbol lo planté yo’ y van a ver el significado que tiene eso. Y yo al volver tomé realidad de lo que ese señor tan sabio nos quería decir.

- También te reencontraste con Walter Olivera. ¿Qué significó eso para vos?
- Mirá, me acuerdo que cuando Ruglio confirmó que el Indio volvía al club dije entre amigos “qué lindo eso”. Porque los monumentos en vida son los que realmente valen. Y llegar y ver al Indio, que fue nuestro capitán y compañero, es una muestra de lo que es Peñarol porque él está igual. Siempre humilde. Él llevaba muchísimos años en Peñarol y vos llegabas de otro equipo y te recibía como a uno más, no hacía diferencias con nadie y te demostraba toda su jerarquía para con el grupo. Hoy sigue igual que en esa época y eso es muy importante para que las nuevas generaciones lo vean y lo palpen porque hoy dentro del club trabajando están Bengoechea, Cedrés, Miguelito Santos, el Gallego Ferro y muchos otros. Todos ahí, trabajando en Peñarol. Por eso nosotros tenemos que ser agradecidos porque no siempre ocurren estas cosas. Gente que le dio tantas cosas al club, que ya cumplió su ciclo como jugador y que hoy le siguen dando buenos ejemplos a las nuevas generaciones.

- ¿Y qué significa para vos tener a tantos referentes históricos dentro del club?
- Hacía 42 años que no estaba en el club y desde que llegué me hicieron sentir como si nunca me hubiese ido. Me están apoyando y ayudando. La verdad solo puedo hablar cosas buenas. Después van a venir los partidos, los resultados buenos, malos o regulares, pero a mí no me va a cambiar esto que yo pienso de las personas.

ENZO SANTOS BARREIRO / PRENSA PEÑAROL.

- ¿Qué encontraste en este Peñarol actual?
- Encontré una institución que te brinda todo. Tenemos todo lo que nosotros creemos que necesitamos para entrenar deportivamente a un equipo porque Peñarol está a primer nivel. Me ha tocado trabajar en clubes importantes y también grandes de otros países y hoy Peñarol está a ese nivel. Pienso que no nos va a faltar nada para lo que yo creo que es necesario en un equipo de fútbol y eso es fundamental.

- ¿Qué es tener todo?
- Me refiero a preparadores físicos institucionales, nutricionistas, doctores todo el día a disposición, cocineros, empleados del club. Vos llegás y tenés todo. Después está el tema de los espacios para entrenar y a partir de febrero o marzo ya vamos a tener en la ciudad deportiva que está construyendo Peñarol dos o tres canchas más. Por eso digo que la veo muy bien a la institución. Está sólida desde aspectos fundamentales que son la infraestructura y las posibilidades que nos dan.

- ¿Con qué plantel te encontraste desde lo técnico, táctico y sobre todo anímico después de una mala temporada?
- La verdad encontré muy bien a los jugadores desde el aspecto táctico y técnico, pero también desde la actitud para enfrentar este desafío maravilloso que tenemos por delante. Veo jóvenes con una ilusión bárbara y con sueños. Y los sueños y la ilusión, como siempre digo, son un motor difícil de frenar. Lo que pasa es que a veces suceden cosas como las de 2022 en las que no pudimos ganar y eso en un equipo grande se siente más. Y se castiga. Pero ahora está en nosotros y en nuestro trabajo poder recomponer esto y recordarles a ellos por qué están en Peñarol. Lógicamente nadie está contento y las fiestas no fueron las mejores, pero todos saben que hay revancha y en ese camino estamos.

- ¿Cómo fueron los días de evaluaciones al plantel?
- Fueron días de evaluaciones y análisis. Sé que vamos a ser injustos, pero la idea era tener un criterio porque nos obliga la situación del club: venimos de perder y hay que ganar. Lo que yo pretendía era ser justo y tener a los jugadores, verlos en persona, trabajar con ellos y ver cómo se comportan ante nuestra idea de juego porque lo importante en un equipo es el entrenamiento diario. El partido es un examen que das, pero si no estás preparado, es difícil que te vaya bien. Y en Peñarol te tiene que ir bien. Es históricamente un club ganador, pero no ganó siempre. Y cuando le tocó perder no se rindió nunca. A eso apuntamos nosotros, a que el nuestro sea un equipo que no se rinda en la cancha, que cada vez saque una fuerza nueva y redoble el esfuerzo si las cosas no están saliendo. Y por supuesto, tratar de jugar mejor que el rival.

ENZO SANTOS BARREIRO / PRENSA PEÑAROL.

- ¿Cómo definirías tu idea de juego?
- Es ir a la esencia del juego, tratar de atacar más y mejor que el rival. Tratar de que cuando no tenemos la pelota, defender mucho para recuperarla rápido. Todo eso tiene conceptos y entrenamientos de por medio que van a ir generando hábitos para que el equipo se sienta cómodo, sabiendo que hay rivales que intentan hacer lo mismo. Pero vamos a tratar de mirar más hacia nosotros que al rival porque quiero que mi equipo tenga las ganas y el deseo de ganar. Quiero lograr que Peñarol juegue sin miedo a perder. De esto yo estoy convencido y ahora tengo que convencer a los jugadores de que pueden hacerlo sabiendo que si ganás está todo bien y si perdés, todo mal. Pero eso no nos puede llenar de miedos ni condicionar la idea. La idea es una y va más allá de lo que pase. Si estamos convencidos, unidos y redoblamos esfuerzos sin rendirnos, seguramente vamos a tener más chances de ganar que de perder.

- ¿Para eso también considerás que el plantel debe seguir reforzándose?
- Ese tema estuvo sobre la mesa desde el principio y es evidente que tenemos que renovarnos. También renovarle la ilusión y la esperanza a la gente de Peñarol. Y ahí entra lo de renovar al plantel desde la ilusión, la esperanza y las caras nuevas, con refuerzos que ayuden a mejorar lo que se hizo y a redoblar el esfuerzo. Es por eso que van a llegar más jugadores.

- ¿Cuál es el desafío que te planteás como DT de Peñarol?
- No se cuál es, pero sí sé cómo es. Si te lo tengo que resumir en una palabra, es maravilloso. Es único. Y lo voy a tratar de aprovechar, de hacer honor a esto y por supuesto tratar de estar a la altura porque no es algo de todos los días. ¿Sabés cuántos querrían ser el técnico de Peñarol? Hoy me toca a mí. Lo agradezco, lo disfruto y ahora tengo que devolverle al club toda la confianza que depositó en mí.