Ya es un hecho. El partido del próximo miércoles será el último del regreso -sin pena ni gloria- de Gastón Pereiro a Nacional. Ahora está en manos del entrenador Álvaro Gutiérrez darle (o no) la posibilidad de despedirse a lo grande: jugando, siendo aplaudido y reivindicándose frente a su gente si se da que el equipo obtiene la tan ansiada clasificación a los octavos de final de la Copa Libertadores ante Metropolitanos.
Lo que sucede es que, al menos hasta hoy (cuando se cumplen tres meses desde que el DT llegó a Nacional con la misión de enderezar el barco), el jugador no le ha dado una sola muestra de ser garantía a su referente técnico.
En su primer día, visiblemente emocionado, Pereiro no supo responder a la pregunta de si entendía el regreso a Uruguay como un “retroceso” o una posibilidad de “revancha”. Le ganaron la emoción y las lágrimas. Desde entonces, se hundió en un pozo futbolístico que tuvo luces en oportunidades contadas, una de ellas por Libertadores y con el Gran Parque Central como testigo. Gutiérrez lo esperó, lo respaldó públicamente, pero ni así pudo exhibir un nivel acorde al de un futbolista con chapa europea. Todo lo contrario.
Su nivel con Liverpool el pasado viernes, donde se lo vio cabizbajo y con serias muestras de cansancio, fue una señal más. Pero también le dio la razón a Sergio Rochet, quien dijo que el “subconsciente” de pensar en la copa les jugaba en contra. Entonces, ¿se animará Gutiérrez a darle la confianza nuevamente? ¿Se destapará la mejor versión copera del número 20? En la mente del entrenador, la fórmula Trezza-Martínez por las bandas no es una opción, por lo que, con Fagúndez bajo, crecen las chances de que el último baile de Pereiro sea como titular.
Lo mejor de Pereiro en Nacional
La mejor versión de Pereiro, curiosamente, se despertó cuando tuvo a Cerro enfrente. Su estreno en las redes fue en el Estadio Luis Tróccoli, por la quinta fecha del Torneo Apertura, cuando clavó el 2-2 definitivo bajo la conducción técnica del argentino Ricardo Zielinski.
Luego, a fines de marzo, Gutiérrez heredó el puesto y dijo que veía con buenos ojos la posibilidad de utilizarlo junto a Franco Fagúndez. El tiempo le demostró que no y en su tercer partido lo dejó en el banco.
El enganche convirtió el siguiente -y hasta ahora único- gol de su vuelta en el GPC contra Independiente Medellín y prácticamente un mes y medio después volvió a mojar otra vez frente a los albicelestes entrando como relevo en Jardines.