por Mariana Malek
Sería un sueño, pero la veo difícil”, confiesa Álvaro “Chino” Navarro entre risas. Tiene 38 años y aún se da el gusto de entrar en los partidos de Defensor Sporting y sumar tantos para avanzar en la historia de los máximos goleadores de la violetas. El Chino se ríe de nuevo, mira a Lautaro, su hijo de 15 años, y repite: “No creo que llegue”. Comparten sangre, pasión y profesión.
“Estamos lejos, él tiene 15 recién y yo ya tengo 38. Tal vez si yo estuviera jugando en otro equipo sería más fácil; en Defensor es difícil, porque te exigen todo el tiempo y tenés que andar bien. Yo iba a jugar hasta mitad de año y como me fue bien estos seis meses, hice goles y tuve continuidad, voy a jugar seis meses más, pero esto depende del rendimiento. A veces uno no quiere tampoco pasarse de confianza, porque sé que Defensor no me va echar nunca. Para estar en Defensor quiero estar rindiendo, jugando o haciendo algo, pero no de colado”, asegura.
En diciembre, luego de que el equipo del Parque Rodó ganase la primera Copa AUF Uruguay de la historia, el delantero violeta lo meditó y decidió renovar seis meses más.
“Pensaba retirarme y lo conversé con la familia y hablé con amigos. También con Marcelo Méndez que me dijo: ‘Si estás bien y no te cuesta ir a entrenar, seguí jugando y seguí jugando seis meses’. Hice algunos goles, entonces sigo seis meses más y así voy, de a seis y seis, en una de esas llego”, señala.
Por su parte, Lautaro comparte el sueño y lo visualiza: “Para mí tiene que jugar y que no se retire nunca. Yo pienso que debuto y él se retira en el mismo partido”, comenta entre risas. El Chino intenta convencerse de que el sueño no se cumplirá, Lautaro podría debutar en Defensor con 17 años, pero para eso aún falta poco más de un año.
Hay complicidad entre padre e hijo, hablan el mismo idioma y parte de eso lo vive también Álvaro en el plantel joven que tiene Defensor: “Yo comparto con ellos, les conozco los gestos y los gustos. Es como estar con mi hijo, por eso me siento muy cómodo”, revela.
Los tres hijos de Álvaro Navarro se llaman, Luzmila, Luana y Lautaro, por eso el Chino festeja haciendo la “L”. Lautaro aún no tiene su sello personal: “Yo salgo corriendo al córner y señalo a donde estén mis padres”.
En su rol de referente dentro del plantel violeta también se desenvuelve muy bien: “Uno siempre trata de aconsejarlos; sabés que a veces aconsejás y lo toman y otros no. Entonces, siempre se parte de la base de que lo que dice será lo mejor para el compañero. Después, si lo toma o no es cuestión de ellos. Siempre estoy dándoles para adelante y dándoles buenos consejos porque esto es largo”, enfatiza.
Como padre también le da consejos a su hijo y el principal es que disfrute de lo que vive en el presente.
“Quiero que disfrute en el momento que está, que no piense en mañana. Que no piense en los 16 o 17, que disfrute el hoy. Que si tiene un cumpleaños de 15 que vaya por más que juegue el otro día, porque eso no va a volver a pasar. Cada cosa en su momento y a su lugar, yo no quiero que tenga 19 años con 15. El año que viene va tener 16 y van a pasar cosas diferentes, entonces paso a paso que las cosas van a ir llegando”, subraya.
Sobre los consejos de su padre, Lautaro tiene una actitud de escucha: “Todo lo que dice papá lo tomo, porque él es un ejemplo para mí. Todo lo que sé es gracias a él”, reflexiona.
Cuando estamos en los partidos tenemos señas para ayudarlo. De afuera de la cancha se ven cosas que el que está adentro no ve, entonces él ya sabe cuando le marco algo
De selección.
Lautaro es uno de los goleadores de la Sub 15 del conjunto violeta, suma seis goles en el campeonato con un tanto cada 143 minutos jugados, según datos de AUF.
Su buen rendimiento le significó ser citado a la selección uruguaya Sub 15. Siguiendo los pasos de su padre que también hizo el proceso en la AUF.
“El día de mi cumpleaños, salió la citación y salí citado yo. Eso fue lo mejor”, cuenta con ilusión.
De su primer día en el complejo recuerda: “Fue divino. No sabía cómo era, nunca había ido y veo las canchas cortitas, el pasto divino; la infraestructura, el gimnasio y la merienda. La ropita doblada, todo los que nos pueden dar nos lo dan”, destaca el más chico de los Navarro.
⚽️ 𝐂𝐨𝐧 𝐞𝐥 𝐠𝐨𝐥 𝐞𝐧 𝐥𝐚 𝐬𝐚𝐧𝐠𝐫𝐞
— Selección Uruguaya (@Uruguay) April 11, 2023
Lautaro Navarro, hijo de Álvaro, uno de los goleadores que tiene la 𝘀𝘂𝗯-𝟭𝟱. #ElEquipoQueNosUne pic.twitter.com/mPgA6GSYQg
“Voy tres días con los compañeros de la selección y voy la otra mitad con los compañeros de Defensor, está bueno”, dice Lautaro.
Aunque también tiene sus desafíos, porque implica trabajar con compañeros y entrenadores distintos
“Tengo técnicos diferentes y algo que me pasa es que en Defensor me piden una cosa y en la selección otra, entonces me mareo un poco. Aprendo en los dos lugares, pero me marea un poco, por ejemplo: en la selección me piden que presione y en Defensor no, entonces llego al partido y no sé que hacer”, confiesa.
Su vida en la semana implica ir al liceo, actualmente cursa cuarto año en un colegio de Ciudad de la Costa, y por la tarde toca entrenar. Sus jornadas arrancan temprano en la mañana, pero con el apoyo de sus padres hace el esfuerzo para que su vida estudiantil y deportiva avancen juntas.
“En el liceo vengo bien, esta semana creo que viene el carnet, así que vamos a ver”, detalla Lautaro mientras Álvaro apunta: “Sino la madre le corta todo”.
De todos modos, el Chino reafirma la importancia de que su hijo continúe estudiando. “Es sacrificado porque sale a las ocho de la mañana, vuelve a las dos de la tarde, come se va a la selección y después vuelve a las siete y media. Al otro día de nuevo. Todos pasamos por eso, pero él tiene la facilidad que la madre lo lleva, lo trae, lo va a buscar. Yo me tomaba dos ómnibus y es un sacrificio del futbolista que tiene que pasar”, reconoce.
Soy re hincha de Defensor, me lo pegó papá
Lautaro piensa en seguir estudiando y enfocarse en una carrera vinculada con el deporte. “Me gustaría ser profe de Educación Física o algo de eso. No sólo me gusta el fútbol, sino todos los deportes y me gustaría hacer algo con eso”, agrega.
De todos modos, se permite soñar con el fútbol. El más cercano es poder jugar el Sudamericano Sub 15 con la selección uruguaya. “Después como cualquier gurí quiero llegar a Primera División y más adelante dar el salto a Europa, pero primero lo primero”, destaca.