Dentro de la cancha se sintió excelente, “10 puntos”. Aunque el panorama fue completamente diferente fuera del verde césped. “De los siete días de la semana, seis había problemas. Uno de los más importantes fue que muchos compañeros no tenían para alimentarse”, le confesó Rodrigo Amaral a Ovación. Su resolución fue obvia: irse del Jorge Wilstermann al terminar el campeonato boliviano.
Hace un tiempo atrás, Amaral expuso la dura situación económica que vivía el Aviador. No cambió e incluso empeoró. “Los chicos no tenían para trasladarse a los entrenamientos y eso era duro”, enfatizó.
En 2024, el futbolista surgido de las divisiones formativas de Nacional disputó un total de 27 encuentros: anotó cuatro goles y brindó seis asistencias. “Fue de mis mejores años en lo deportivo. El tema fue lo extra futbolístico; convivir con ese día a día era feo”, describió.
En tal sentido, llegó a armar colectas con los futbolistas más experimentados y así colaborar con los jóvenes y necesitados del plantel.
Amaral también perdió en lo económico. “A los extranjeros, que por lo general son los que tienen mejores contratos, nos pagaban un 10 o un 20 %”, instó. “No era lo que habíamos firmado”, continuó.
A mitad de año barajó irse de Bolivia. Finalmente no lo hizo por su hija, quien cursaba primero de escuela. “Lo hablé con mi pareja y entendimos que lo mejor era quedarnos”, soslayó.
El cambio de sus hábitos alimenticios
A lo largo de su corta carrera como futbolista profesional, Amaral tuvo un tema que siempre fue foco de crítica y se trató de su peso corporal.
En varias oportunidades no se lo vio en su mejor condición física, algo que el propio futbolista reconoció. Sin embargo, logró modificarlo. “Cambié mucho la masa muscular”, comentó.
En esa misma línea, enumeró algunos de esos cambios que llevó a cabo: “Los hábitos de alimentación, de ir al gimnasio y eso me pone muy contento porque, obviamente, me ayuda mucho en lo futbolístico”.
Ese clic que pegó para generar hábitos saludables para el bien de su carrera deportiva lo generó durante el complejo periplo que atravesó en el Jorge Wilstermann.
“En las horas de tristeza me aferraba a mi familia y al gimnasio con amigos para que ellos también salieran de los problemas que tenían en la casa. Por lo que trabajábamos lo físico y nos alimentábamos con lo que nos mandaba la nutricionista del club y eso me llevó a cambiar muchos hábitos”, agregó.
Las ofertas que tuvo y su sueño de volver a Nacional
El contrato de Rodrigo Amaral con Jorge Wilstermann vence este 31 de diciembre. El talentoso futbolista está en Montevideo y ya rechazó la posibilidad de extender el vínculo. “El 2024 fue duro y sé que el año que viene va a ser peor”, profundizó sobre el angustiante momento del Aviador.
Tuvo sondeos de otros equipos bolivianos, ya que también jugó en el The Strongest de ese país. No los aceptó porque su intención es quedarse en Uruguay.
Al mencionar la posibilidad de volver a jugar en su país, inmediatamente nombró su anhelo de calzarse otra vez la camiseta de sus amores: la de Nacional.
Frente a un posible llamado de Flavio Perchman, vicepresidente y encargado de la parte deportiva tircolor, respondió: “Voy mañana y concentro en Navidad”, lanzó con una carcajada.
Además, comentó la promesa que le hizo a su hija. “Le dije que en algún momento vamos a entrar juntos al Parque Central”, contó.
Rodrigo Amaral espera. No se impacienta, aunque pretende que el tema de su futuro se solucione rápido con el propósito de poder trabajar en su nuevo equipo del Uruguay o el exterior.
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