HISTORIAS

PABLO CUPESE

Sebastián Soria atiende el teléfono pocas horas después de ser figura en el Qatar SC, anotar dos goles y darle los tres puntos a su equipo en la QSL Cup.

Y es que a sus 38 años sigue haciendo de las suyas adentro de la cancha y según afirma “lo estoy disfrutando un montón. No sé si está bien decir que más que antes, pero con más experiencia, más tranquilo, tomándome las cosas con mucha más calma que en otro momento y tratando de aprovechar cada momento”.

De los casi 40 de vida, 17 los lleva viviendo en Catar porque es en el fútbol de ese país en el que se desempeña desde 2004 con gran éxito y lo que hoy le permite vivir desde cerca la previa de la fiesta mundialista.

La Copa Árabe, por el hecho de no disputarse la Copa Confederaciones, es la que se está desarrollando por estos días en Catar y Soria admite que “el ambiente ya es de Mundial. Se vive en la calle, en la competencia y en los estadios que están casi siempre llenos, sobre todo cuando juega Catar. Los estadios que han construido acá son impresionantes y si bien la organización va a tener que mejorar algún detalle va a ser un muy buen Mundial”.

“Fue un sueño que se les hizo realidad, que lo tienen merecido y por el que han trabajado enormemente. Se merecen tener un Mundial muy lindo y creo que va a ser de los mejores de la historia”, afirma Soria.

“Es impresionante lo que cambió el país. Desde que llegué se proyectaba para ser un país muy lindo”, afirma Soria que en 17 años viviendo en Catar vivió todo el proceso de un crecimiento en todos los aspectos. “El equipo nacional ha mejorado un montón, después de haber ganado la Copa Asia en 2019”, sostiene sobre la selección que fue semifinalista tras ser invitado en la Copa de Oro de Concacaf.

Para él, no cabe duda que será especial teniendo en cuenta que Sebastián Soria jugó 123 partidos con la camiseta de la selección catarí y marcó 40 goles que lo tienen hoy como el máximo goleador histórico.

“Llegado aquí me lo ofrecieron y creí que era una buena posibilidad porque había muchas cosas para alcanzar en lo deportivo y después de dos años acá surgió la chance y dudé bastante porque en ese momento tenía 22 años, pero al final creo que tomé una buena decisión”, afirma.

Su último partido con la selección fue en marzo de 2017, pero nadie le quita la ilusión de disputar el Mundial. “La ilusión y el sueño siempre está. Entiendo que hay generaciones de jugadores que están llegando, que lo están haciendo muy bien y hay que darles la oportunidad. Sería un sueño poder ser parte, pero también se hizo un recambio y hay que respetar”.

De todas maneras, Soria no solo aguarda el Mundial para ver por primera vez a Catar en una Copa del Mundo, sino que también quiere que Uruguay diga presente porque “más allá de haber jugado con la selección de aquí, mi corazón siempre estuvo con Uruguay y mi familia, mis hijos, todos hinchamos por Uruguay y esperemos que sea parte de este Mundial”.

“Se puso difícil la clasificación, pero no tengo duda que va a dar lo mejor para poder clasificar y es lo que todos esperamos”, sostuvo.

Consultado sobre cómo vivió la salida de Tabárez admitió: “Opinando como un hincha más, no sé si fue el mejor momento. Creo que hizo un gran trabajo, puso a Uruguay en un lugar que hace mucho no estaba y no hay que olvidarse que competimos con selecciones que son potencias mundiales”.

Uno de los posibles sustitutos es Diego Aguirre quien lo dirigió en el Al-Rayyan y afirmó: “Me parece un técnico que conoce bien a los jugadores y tiene un staff muy preparado y sería una muy buena opción para la selección uruguaya. Hay otros nombres, pero él podría cumplir perfectamente con lo que se necesita”.

“Si bien tenemos muy buenos jugadores no hay que olvidarse de los rivales. Se entiende que hay momentos en los que se necesita un cambio, pero no era el momento, tal vez antes, pero no ahora. Todavía no se ha decidió quién va a tomar el cargo, así que tampoco estaba organizado o programado lo que iba a ser el futuro”, sostiene Soria quien lleva una vida en Catar, pero que no se aleja de Uruguay y que aspira con recibir a la Celeste en su segunda casa.