HISTORIAS
Nació en Sidney, pero fue criado como un uruguayo más, al punto que en los repechajes de 2002 y 2006 fue al estadio, pero a alentar a la Celeste: "Imposible hinchar en contra de Uruguay".
Son las nueve de la noche en Montevideo. Anthony le avisa al periodista que ya está disponible y luego de desayunar, porque en Australia ya era la mañana del día siguiente, se dispone a conversar. “Es mi primera entrevista en español así que te pido algo de paciencia”, ruega, pero no hizo falta porque habla casi perfecto.
Anthony se apellida Cáceres. Nació en Sidney hace 29 años y es australiano, pero lo disimula muy bien: “Acá en Australia si la gente me pregunta de dónde soy digo de Uruguay, no digo que soy australiano, me identifico como uruguayo”.
¿De dónde viene ese arraigo con nuestro país? Por sus padres. Ambos nacieron en Uruguay, pero siendo chicos emigraron a Australia con sus respectivas familias, se conocieron en el país oceánico y con Anthony no dudaron: lo criaron como uruguayo.
“En casa se hablaba español. Viví mucho tiempo con mis abuelos que solo hablan español y todos los domingos era asado y fútbol. En casa se toma mate, se compran bizcochos, vivimos de la manera uruguaya”, sostiene Anthony que hoy intenta hacer lo mismo con su pequeña hija Sofía de tan solo 15 meses. “Le intento hablar en español y lo que significa ser uruguaya y le quiero pasar las costumbres de allá”, agrega quien está casado con Helen, australiana de herencia griega.

Entre esas costumbres que quiere que su hija herede está el amor por Nacional, ese que a él le transmitió desde chico toda su familia: “Cuando era chico mi padre me ponía fútbol en la televisión: videos de Uruguay, de Nacional, de Ruben Sosa cuando pegó la vuelta. Soy hincha de Nacional y lo es toda la familia, cuando viajaban siempre me traían alguna camiseta. Tengo varias camisetas y la última que tengo es la del año pasado. Cuando era chico coleccionaba un poco más”, pero a su vez, también lo lleva a querer cumplir el sueño de vestir algún día la casaca tricolor: “Es el sueño de toda mi vida jugar en Nacional. Por lo menos un año, pero lo tengo que hacer. Siempre imaginé de chico poniéndome la camiseta y jugando en Nacional. Era el sueño de mi viejo y de toda la familia y si me llaman no lo dudo, me voy enseguida”.
De todas maneras, admite que lo vivió como fanático hasta el día que le tocó la oportunidad de ser profesional en el fútbol ya que “ahí ves el fútbol de otra manera”. “Antes lo veía como hincha, pero ahora lo veo con otros ojos y lo disfruto de otra manera, pero siempre apoyando al Bolso”, dice.
Y fue esa carrera como profesional la que inició hace nueve años, cuando Anthony tenía 20. A los cuatro empezó en un cuadro del barrio, pero luego de jugar en divisiones inferiores le tocó la oportunidad. El Central Coast Mariners lo sumó a sus filas, primero para jugar en la Reserva y un año después (2012) para la Primera División, pero admite que no fue tarea fácil: “Me costó llegar. Mi estilo de juego para el fútbol australiano no es el ideal. Baso mi juego en mantener la pelota, jugar con paciencia, tratar de encarar y buscar soluciones con pelota al pie. Acá el fútbol te exige mucho estar bien físicamente y a mí siempre me costó un poco más que a los demás”. Pero fue precisamente en su ascenso a Primera División, en un año donde ya fue campeón, que pudo “entrenar más, conseguir más físico, más ritmo” y pudo quedarse “unos años más en el club”.
Si hablamos de Nacional y de Australia, lo primero que puede venir a la mente es Bruno Fornaroli y el Tuna precisamente fue su compañero en su siguiente club: Melbourne City. “Me contrata Manchester City (2016), por intermedio del Grupo City, con un contrato a cuatro años y enseguida me cedieron a préstamo al Melbourne y ahí jugué con el Tuna por dos años y ganamos un título de copa”, recuerda Cáceres.
“Somos grandes amigos. Hace poco nos juntamos a cenar con las familias y él es un crack como persona y como jugador. Es de lo más grande que encontré en mi carrera. Para mí era increíble porque me acuerdo de verlo jugar en un clásico de verano que marcó dos goles contra Peñarol y unos años después estábamos jugando juntos, para mí era algo increíble”, confiesa Cáceres dejando en claro una vez más el fuerte vínculo con Nacional.
Su carrera siguió en Al Wasl de Emiratos Árabes Unidos (2017) donde fue dirigido por Rodolfo Arruabarrena un hecho que admite que lo motivó: “Me vino muy bien por mantener el idioma y trabajar con alguien que estuvo en Nacional y en Uruguay y me enseñó mucho. Cuando pegué la vuelta a Australia vine con mucha más madurez”.

Y precisamente ese regreso lo llevó a vestir la camiseta del equipo, según él, “más grande del país” y en el que está demostrando su “mejor fútbol”: Sidney FC. Llegó al club para la temporada 2018/19 y poco a poco se fue afianzando al punto que ganó dos títulos de liga y hoy continúa defendiéndolo. Sin ir más lejos, a inicios de febrero, Cáceres recibió el premio a mejor jugador del mes tras lo hecho durante enero de 2022: “Yo soy un jugador más ofensivo y este mes, luego de resultados que no se dieron en el cierre de 2021, el DT me adelantó y con eso me motivé mucho y tuve la suerte de anotar cuatro goles y dar dos asistencias en tres partidos además de conseguir que el equipo consiguió buenos resultados y con eso me gané el premio”.
Lo que nunca imaginó es que jugar en Sidney le iba a dar la posibilidad de conocer a uno de los máximos ídolos del fútbol uruguayo: Edinson Cavani. Llama la atención que cuando uno entra a las redes sociales de Cáceres encuentra que el Matador es uno de sus seguidores y que en más de una foto está marcado el “me gusta” del salteño. Cáceres contó cómo ocurrió y lo que le genera: “Jugamos un amistoso con el Paris Saint-Germain en China hace un par de años cuando yo ya estaba jugando en Sidney. Siendo uruguayo le pedí la camiseta y después del partido charlamos y la verdad que muy bien Edi. Todo el tiempo del mundo para charlar y me pareció una persona muy humilde, profesional, yo lo seguí por Instagram y él me siguió y cada dos por tres me pone ‘like’ en mis fotos y a veces me fijo si lo sigue haciendo”, cuenta entre Anthony entre risas.

Al momento de definirse como futbolista, Cáceres admite: “Yo siempre pensé que era 10, que me den la pelota y yo crear”. Aunque la realidad lo llevó a tener que ser un poco más mixto: “Para sobrevivir en Australia es difícil para un 10 que solo quiere jugar y para que me den la oportunidad empecé a cambiar mi juego para tener más chances y me encontré jugando más defensivo y ahora me considero un volante mixto que puede hacer de todo. Obvio que me gusta jugar más que nada, pero colaboro en la marca, tengo mucha entrega y me considero un jugador completo, pero mi fuerte siempre es crear”.
A sus 29 años, Anthony Cáceres se considera un uruguayo más. Prácticamente es un extranjero que vive en Australia. Sus costumbres, sus raíces y su día a día lo llevan a ser más uruguayo que australiano. Mucho ayudó el vínculo con sus padres y el hecho de que en su casa siempre se hablara en español, más allá de que no duda que se le complicó al momento de estudiar porque “era todo en inglés”. “Todos mis amigos eran de otras raíces porque no solo había australianos, hay muchos árabes, griegos, italianos, de todo”, cuenta. Vivir como un uruguayo fuera del paisito fue lo que lo llevó a que hoy se sienta un compatriota más y que incluso quiera inculcarle eso a su hija.
El día que no alentó a Australia, hinchó por Uruguay
Toda la vida en Australia lo llevó a vivir dos momentos muy importantes para el fútbol de ese país como fueron los repechajes de 2002 y 2006 ante Uruguay para pelear por un cupo en la Copa del Mundo. La primera fue victoria Celeste, pero la segunda se fue para los Canguros, aunque Cáceres no duda: “Fuimos a los dos partidos con toda la familia para alentar a Uruguay. Yo siempre me identifiqué con el fútbol uruguayo y era imposible hinchar en contra de Uruguay”.