La vida de Antonio Palma está atravesada por el fútbol. Tiene un origen de raíz, que se concibe en la vida y obra de su padre, José Luis, un dirigente histórico que ha liderado los hilos de su amado Liverpool desde el 2001 hasta ser campeón uruguayo por primera vez en 2023.

Él, sin embargo, le salió hincha de Nacional, compró su primera butaca en 2009, se metió en la comisión directiva en 2015 y ya no cede por nada en el mundo. También le ganó la batalla con la elección de los nietos y alguna que otra vez se animó a cuestionarlo públicamente por el precio de las entradas cuando, por ejemplo, fijó a $1.500 el costo el día que Luis Suárez visitó Belvedere.

Ambos parecen haber aprendido de la lección y ahora prefieren dejar a un lado las chicanas. Saben que hoy uno gana, mañana el otro pierde y tarde o temprano tendrán que volver a ser padre e hijo.

—Yo soy muy hincha de Nacional y siempre quiero que gane, pero también tengo a mi señora, que es hincha de Liverpool, a su familia, todos mis hermanos, cuñados, padre y, por supuesto, a mis hijos, que son enfermos de Nacional como yo. Obviamente que el año pasado me alegré por todos ellos, aunque quería que Nacional salga campeón. Se dio la casualidad de que justo le ganaron la final a nuestro tradicional rival, entonces fue una alegría doble. Pero te puedo decir que en el 2022 cuando le ganamos la final a Liverpool no había nadie más contento que yo.

Palma reparte sus días entre la familia, el trabajo y ocupa la mayor parte del tiempo posible en las formativas de Nacional, que es su área asignada. Después del fallecimiento de José Fuentes, todos los directivos se reunieron por primera vez en la sala ubicada en la Tribuna Atilio García del Gran Parque Central y acordaron tratar de poner un “poquito más” de cada uno para suplir lo brindado que estaba al club el expresidente. Él, en particular, se prendió mirando básquetbol y escapó en alguna travesía al exterior, como lo hizo hace tres semanas cuando acompañó a la delegación rumbo a Venezuela.

Del viaje -dice- se trajo como principal conclusión positiva la convivencia de esos días y la “armonía” que encontró en el grupo.

—Hay una muy buena comunión entre todo lo que es Nacional: plantel, cuerpo técnico, directivos, gerencia deportiva. Creo que eso es muy positivo y ojalá que nos traiga grandes cosas a futuro y grandes triunfos.

Foto: @Nacional.

Además de tener las expectativas altas por lo que será el 2024 de Nacional y el partido de mañana frente a Always Ready, el dirigente también tiene los ojos puestos en las futuras joyas y ya le echó un ojo al que, para él, será una de las principales revelaciones del club en los próximos años.

Se trata de Pavel Núñez, un chico categoría 2006, que hizo más de 60 goles con Gonzalo Petit y hoy es el número 9 de la Sub 19 tricolor.

—A los que ya estuvieron en Primera los conocen todos. Te lo nombro a él porque no ha tenido la oportunidad de debutar y, lamentablemente, al igual que Renzo Sánchez, se rompió los cruzados el año pasado, en un partido contra Racing, en noviembre. Está en plena recuperación y es el otro goleador de esa categoría. Es un toro, un 9 que si bien no es muy alto, tiene una potencia bárbara y es muy goleador.

Francisco Flores/Archivo El Pais

Acerca de la localía en los clásicos, la posición personal de Tony Palma -al punto de que subraya su nombre antes de emitirla para aclarar que es propia- es que Nacional tiene que jugar “siempre” en el Gran Parque Central cuando oficie como locatario. Sin embargo, entiende que ahora “no están dadas las condiciones” para que sea con visitantes y su prueba más clara es el antecedente del “operativo fallido” en 2022.

—La última vez, en los ómnibus que vinieron del mercado modelo, entraron cosas que no tendrían que haber entrado, casi se suspende el partido y a Nacional le costó una fecha de suspensión cuando estaba jugando Suárez y la gente no podía verlo. Ojalá que en el futuro se hagan bien los operativos y los hinchas de Nacional no estén 12 horas para ir al estadio de Peñarol.

—¿Esa decisión de no querer ir al Campeón del Siglo no se presta para la chicana fácil de que Nacional “abandona”?

—No, abandonar es otra cosa; es querer suspender un partido, como pasó en el de Suárez, o tirar una garrafa antes de empezarlo.