Se jugaba la etapa clasificatoria para el Mundialito Danone de 2012 en elEstadio Charrúa. Un niño de 12 años del Marconi FC corría por la punta izquierda y mandaba la pelota al medio para que el número 7, quien era su hermano, anotara el gol de la victoria. Ese tanto le significó al equipo ganar la final y clasificar al Mundialito de Varsovia, en Polonia. Fue la primera vez que muchos de esos niños pudieron viajar.

Once años después ese mismo niño, hoy un joven de 23 años, corrió por la punta izquierda, se sacó de arriba a Marquinhos -uno de los mejores defensas del mundo- y dejó de cara al gol a Darwin Núñez para empezar con lo que terminó siendo un triunfo histórico de Uruguay contra Brasil por 2 a 0.

Ambas historias hablan del mismo protagonista: Maximiliano Araújo. Ese lateral devenido en extremo, que fue una de las principales apuestas de Marcelo Bielsa, así como para Diego Alonso lo fue Facundo Pellistri.

Maxi está recogiendo todo lo que fue sembrando a lo largo de su vida. Receptivo para recibir consejos, observador, de bajo perfil, con ganas de crecer y motivado por ser el mejor. Hoy es figura en Toluca y se ganó la titularidad en la selección, ese mismo equipo con el que añoraba apenas un año y medio atrás. “A la camiseta celeste me la pongo siempre para dormir. Como tengo varias camisetas de la selección, una la uso para dormir y otras para ir al gimnasio. Cuando me la pongo, los compañeros me joden”, le había confiado a Ovación en una entrevista del 2022.

“Él quiere seguir trabajando para ser mejor, tiene el sueño de llegar a Europa. Siempre le digo que para afuera no muestra nada pero para adentro tiene la confianza de creerse que es el mejor de todos, él se lo cree y eso es una virtud para la autoestima y para jugar un mano a mano y saber que le puede ganar a Marquinhos. Le dije que este partido contra Brasil le tiene que haber servido, más allá de que a la gente le sorprenda, para darse cuenta que puede jugar en cualquier liga del mundo y que puede ser mejor. Jugó contra los mejores -ya no eran Panamá y Cuba- e hizo la diferencia. Cuando un jugador tiene esa sensación no tiene techo y es lo que yo siento de él”, analiza Diego Riolfo, que conoció a Maxi cuando subió a Primera y a partir de ese momento fueron forjando una amistad.

Aunque firmó un muy buen contrato hasta 2026 con Toluca, es poco probable que lo pueda cumplir. Es que ya hay dos equipos importantes de Europa que se interesaron en el más grande de los Araújo. Uno de ellos es el Napoli, que ya plasmó su interés. El otro, de magnitud en el Viejo Continente, va a intensificar las gestiones en las próximas semanas. Quizás, el sueño de jugar en Europa, está cada vez más cerca.

Foto: @TolucaFC.

Curiosamente Papo Araújo es hincha de Betis. Hasta tiene una camiseta firmada por Joaquín, un histórico de esa institución española.

“Siempre me llamó la atención por lo potente y por la fuerza de brazos que tiene para cubrir la pelota, para encarar. Cuando te encara a velocidad él enseguida te pone el cuerpo adelante y es muy fuerte. Es lo que hace que los duelos los gane más allá de su explosión y de su potencia. Ya de chico nos dábamos cuenta en los reducidos que en los mano a mano era muy picante”, puntualiza Riolfo con Ovación.

A tener en cuenta: Araújo contra Brasil dio una asistencia, hizo seis recuperaciones, fue el jugador que más faltas recibió (5), fue el futbolista que más duelos ganó (14), fue el primero en entradas completadas (4) y el que más gambetas realizó (3).

Jorge Nin era el presidente de Wanderers cuando Araújo estaba en formativas, pero ya tenía proyección de un futbolista de Primera. “María González era una dirigente de la institución en ese entonces, que luego falleció en el 2019. Ella vislumbró muchas carencias en juveniles, en ese momento el club estaba mal económicamente y ella fue personalmente a su casa. Tenía una vocación por el servicio muy significativa”, recuerda.

“Ellos vivían en el Marconi. La casa era extremadamente precaria, y ahí Wanderers apoyó con chapas y pequeñas mejoras, con un viático especial, con un surtido de alimentos. Pero insisto, la persona clave fue María. Esa vocación por ayudar fue la que los apoyó, tanto a Maxi como a César”, añadió el expresidente bohemio.

Francisco Flores

Conocer el pasado ayuda en gran medida a comprender el presente. Conocer a las personas ayuda a empatizar con ellas y con sus historias de vida. Sin dudas, todas las historias son valiosas, aunque algunas tienen ribetes que las hacen especiales.

Nin profundizó sobre el acompañamiento que hizo Wanderers en aquellos años donde los Araújo ya mostraban cosas interesantes.

“María iba a la casa y hablaba con la madre. Las balaceras y los líos en el barrio eran cosas que se vivían todos los días. Como futbolista ya de juveniles te hablaban que Maxi era un tremendo jugador. En cierto momento, cuando ya jugaba en Tercera y ya estaba más cercano a Primera para tener una mayor exigencia, se le alquiló una casa para sacarlo del contexto en el que había nacido y crecido. Se fueron al Cerrito de la Victoria”, cerró.

María González dejó un grato recuerdo en todos los Bohemios y Lourdes Zerbino, su hija, que hoy colabora con el club en marketing, fútbol femenino y redes sociales, recordó que ella acompañaba a su madre a la casa de los Araújo y que compartían tiempo juntos con ellos. Ella destaca la tranquilidad y timidez de “Papo” y lo agradecido que siempre fue con Wanderers y su entorno.

Para Riolfo esa es una de sus principales virtudes.

-Maxi se acuerda de todos los detalles. Cada vez que nos vemos recuerda cuando yo lo pasaba a buscar por Propios y San Martín para ir a la práctica todos los días. Es un loco que se hace querer, que tiene una calidad humana, que es agradecido, que tiene memoria, sabe de dónde viene y siempre recuerda a su familia, a su hermano y a Wanderers.

Foto: Estefanía Leal.

Papo, que jugó los cuatro partidos de las Eliminatorias, se dio el gusto de regalarle una casa a su familia junto con César (tienen otros cuatro hermanos) y la primera camiseta celeste con la que debutó en la selección se la obsequió a su madre, que fue quien los crió junto a su abuela.

-Es una emoción y una alegría tremenda por cómo jugó mi hermano ayer, y más aún por la victoria. Nos están pasando cosas lindas a los dos, estoy seguro que ya me va a tocar estar ahí. Hay que estar preparado. Es un orgullo tremendo verlo jugar contra los grandes jugadores del mundo y que rinda.

Ese mismo que saca el pecho por el rendimiento de su hermano contra Brasil es el que anotó en aquella final del 2012 en el Charrúa. Quizás en un futuro puedan reencontrarse en la Celeste, pero ya se sacaron el gusto de poder entrenar juntos en la selección, como antes lo hicieron en el Marconi FC.

Foto: @Uruguay.

Maximiliano Araújo vive en México junto a su pareja Leiza Gómez. La particularidad es que ella también es futbolista y juega en el Puebla, el anterior club del polifuncional uruguayo, donde se destacó entre 2020, 2021 y 2022. Gómez es defensa y en Uruguay defendió a Liverpool. Actualmente, Papo Araújo tiene un costo de mercado de ocho millones y medio de euros, según la página especializada Transfermkt. Es representado por la empresa GBG, que también trabaja con su hermano César.