Llegó la hora de la verdad. El Mundial de Qatar 2022 nos regala hoy una final bastante “lógica” entre dos de las mejores selecciones de América y Europa. Desde las 12.00 horas, Argentina y Francia buscarán en el Lusail Stadium su tercera estrella. Se jugará en Doha, pero parecerá en Buenos Aires. En el estadio entran unas 90.000 personas. Se estima que hay casi 50.000 argentinos en Qatar pero a esa habrá que sumarle otro importante número de hinchas de otros países como India y Bangladesh que acompañaron a la albiceleste en todo el Mundial debido a su fanatismo por Lionel Messi.

"Forma parte un poco de la cultura nuestra todo lo que se vive en Argentina, todo lo que nos rodea, la emoción que está teniendo la gente. Tenemos la mejor hinchada del mundo y que no sé, por una cosa u otra, necesitan una alegría. Se la estamos dando. Todo esto te llega. ¿Y cómo no te va a emocionar? Al final, el fútbol es un deporte y en Argentina, aunque cuesta entenderlo, puede que sea más que un deporte", explicó ayer Lionel Scaloni, entrenador albiceleste.

"Y la gente es feliz. Que hayan sido felices en este Mundial es algo maravilloso. La emoción más grande es ver a la hinchada, a la gente, a cualquier persona de la calle. Han llegado imágenes increíbles, gente viendo el partido en un televisor que había detrás de una reja. Son cosas que emocionan", agregó.

Se espera para esta jornada un recibimiento típico del fútbol argentino: con bombos, banderas y muchísimo colorido en las cuatro tribunas que tendrá que soportar el puñado de hinchas franceses que vino a Qatar.

Eso lo tiene claro Didier Deschamps, DT de Francia. "Soy consciente de que este equipo tiene un apoyo popular muy importante, se ve en todas las competiciones. Espero un ambiente festivo, el pueblo argentino es apasionado, están a fondo apoyando a su equipo. Pero nuestros adversarios estarán en el campo y no en las gradas. Tendremos suficientes cualidades enfrente para concentrarnos en ellas. Los dos equipos tendrán el mismo objetivo: uno de los dos tendrán la tercera estrella en la camiseta tras el partido. No estoy preocupado, no tengo estrés. Lo importante de un partido así es guardar la serenidad", puntualizó.

El seleccionado que resulte ganador de este duelo podrá bordar encima de su escudo la tercera estrella. Argentina, campeón en 1978 y 1986, quiere volver a la cima luego de 36 años y tras haber quedado en las puertas del título en 1990 y 2014. Será la chance también para que la Copa del Mundo regrese al continente tras dos décadas. Después del Mundial que Brasil ganó en 2002, todos los títulos fueron para los europeos: Italia (2006), España (2010), Alemania (2014) y Francia (2018).Francia, campeón en la anterior edición y en 1998, tiene la posibilidad arriba de la mesa de transformarse en la tercera selección bicampeona del mundo. Antes solamente lo hicieron el Brasil de Pelé en 1958 y 1962 e Italia en 1934 y 1938.

Todos los ojos están puestos en Lionel Messi, que en su quinto y último Mundial va por el título que le falta, y Kylian Mbappé, que está llamado a ser el nuevo rey del fútbol por los próximos años con el retiro cercano del rosarino y mismo Cristiano Ronaldo. El atacante francés, que en dos días cumplirá 24 años, va por su segundo título mundial.Son los dos mejores de este certamen, también los goleadores con cinco gritos cada uno, y todo indica que entre ellos también se definirá el Balón de Oro del Mundial. Scaloni, por lo pronto, no quieren centrarse solo en el crack galo. "Francia no es solo Mbappé. Tiene otros jugadores que lo hacen todavía mejor. Es uno de los grandes jugadores, es joven y seguirá mejorando. No hay duda. Francia tiene variantes en todos los sectores de la cancha, puede jugar la pelota porque tiene jugadores de buen pie y puede jugar al contragolpe. Los partidos se juegan minuto a minuto, pueden ir cambiando y en eso estamos preparados", dijo Scaloni.Por su parte Deschamps no quiere confiarse por el antecedente inmediato del Mundial pasado cuando eliminó a Argentina. "No es el mismo equipo de (triunfo 4-3 en octavos), no puedo compararlo. No estaban los mismos jugadores y fue en octavos. Aquí han jugado con sistemas diferentes y jugadores diferentes. Nuestros observadores han visto todos los partidos, aunque es verdad que podrían hacer algo nuevo mañana. Nosotros también. Hay que estar preparados para todas las situaciones".

Mientras Argentina tiene todo el plantel a disposición, con Ángel Di María recuperado al 100% y con las vueltas de Gonzalo Montiel y Marcos Acuña tras cumplir una fecha de suspensión, Francia vive momentos de incertidumbre.En estas últimas horas el principal motivo que inquieta a Deschamps es el "síndrome viral" que circula en su concentración y que hizo, por ejemplo, que Kingsley Coman, Ibrahima Konaté y Raphaël Varane no entrenaran con normalidad esta semana y que Dayot Upamecano y Adrien Rabiot se perdieran incluso las semifinales con Marruecos. El virus del camello, como se lo conoce, es una enfermedad de las vías respiratorias que provoca síntomas como fiebre, dolores musculares y falta de aire. El MERS, como se denomina el virus, fue detectado primero en estos animales. Ayer los futbolistas entrenaron todos, pero habrá que ver hoy en cancha si llegan disminuidos desde lo físico o si el DT opta por poner de entrada a otro jugador que esté en mejores condiciones.

Argentina: E. Martínez; G. Montiel, C.Romero, N. Otamendi, M. Acuña; R. De Paul, E. Fernández, L. Paredes, A. Mac Allister; L. Messi y J. Álvarez. DT: Lionel Scaloni.
Francia: H. Lloris; J. Koundé, R. Varane o W. Saliba, D. Upamecano, T. Hernandez; A. Tchouaméni, A. Rabiot; A. Griezmann; O. Dembélé, O. Giroud y K. Mbappé. DT: Didier Deschamps.
Árbitro: Szymon Marciniak (Polonia).
Asistentes: Pawel Sokolnicki y Tomasz Listkiewicz (Polonia).
VAR: Tomasz Kwiatkowski (Polonia).
Estadio: Lusail.
Hora: 12.00.