"Disfruten a Bielsa. No dejen de disfrutar que es algo mágico”. Las palabras corresponden a un periodista argentino que estaba ubicado en la bancada de prensa, después de ver lo que fue el primer tiempo deUruguay, plantándose de igual a igual (y más) a la campeona del mundo en su casa y con un Lionel Messi encendido.

El convencimiento y la agresividad en la marca que se le vio a Uruguay en la Bombonera contra Argentina fue la única forma de poder hacerle frente a la albiceleste, que intentaba jugar a un toque y que en ocasiones esa forma de jugar encontraba los espacios que desde lo táctico no aparecían, porque la Celeste estaba bien parada.

La inclusión de Mathías Olivera en la zona defensiva, por primera vez ubicado como central por la izquierda con Matías Viña de lateral fue la manera que encontró Bielsa para tener dos jugadores con pierna zurda, para intentar frenar las arremetidas de Messi. El 10, que en la previa fue ovacionado por haber ganado su octava Bota de Oro, se las ingenió para sacarse de arriba a sus marcadores, y cuando lo hizo, apareció una falta de un uruguayo.

Un pase largo de Ronald Araujo dejó mano a mano a Darwin Núñez, que le ganó bien a los defensores y definió cruzado, apenas afuera del arco del Dibu Martínez. Uruguay fue por más y encontró otra triangulación entre Viña, Maxi Araújo y De la Cruz, que el jugador de River Plate definió afuera en inmejorable oportunidad para anotar.

En ese momento, el comentarista Gonzalo Delgado (Del Sol), ubicado al lado del pupitre de Ovación, comentaba -con razón- “esos goles no se pueden errar en un partido así porque después te pasan factura”. Pero gracias al juego colectivo Uruguay llegó al gol a los 41, en una pelota que peleó Viña y que encontró de manera notable a Ronald Araujo entrando por el segundo palo para anotar el tanto.

Foto: Nicolás Pereyra.

Sergio Rochet estuvo seguro en una de las últimas jugadas del primer tiempo, cuando Messi buscó el primer palo de tiro libre y la pelota fue interceptada por Nicolás Tagliafico a un metro de la línea.

El “ole - ole” de los 2.000 fanáticos uruguayos en La Boca generó incredulidad en los hinchas de Argentina y en ese instante Wilmar Roldán, el árbitro del partido, pitó el final. “Che, en serio, no se olviden: disfruten de Bielsa”, repitió una vez más el periodista argentino.

Suena extraño decirlo, pero Uruguay no sufrió en el complemento. Manejó los tiempos, controló la pelota con criterio, no se impacientó y fueron pasando los minutos. Ni siquiera el Fideo Di María -que entró muy bien- pudo romper la férrea defensa uruguaya que prácticamente no pasó zozobras. El punto más claro que marca esta afirmación es que Sergio Rochet apenas tuvo que intervenir en una situación clara, en un córner y un cabezazo de Lautaro Martínez en el primer palo.

Por el contrario, Uruguay fue encontrando espacios y Darwin Núñez tuvo el premio al sacrificio y a su partidazo al esperar el momento justo para aprovechar un pase de otro planeta de Nicolás De la Cruz (tremenda recuperación de Bentancur a Messi) y después para dejar recostado contra un lado a Martínez y definir cruzado para la algarabía celeste.

Triunfo histórico de Uruguay. Porque ganó por primera vez en la Bombonera, porque venció al actual campeón del mundo, pero, principalmente, porque lo hizo sin sufrir y sin tirarse atrás en ningún momento. Lo hizo jugando al fútbol. Hablar de una figura sería injusto, porque la estrella fue el equipo, pero también sería injusto no señalar el partidazo que jugó Manuel Ugarte.

Ojalá que estas líneas le hagan justicia a lo que fue el partido de Uruguay y que ustedes, lectores, hayan podido disfrutar del partido como lo hicieron los uruguayos en La Boca. Y sí, el periodista argentino -Nicolás- tenía razón: disfrutemos de Bielsa.