Redacción El País
Desde que se confirmó la lista oficial de 23 convocados para la selección de Uruguay del medio local (o incluso unos días antes, cuando trascendió la noticia), todos los focos apuntaron para Mercedes (Soriano), pueblo de un goleador que la dejó tan chiquita en el fútbol del interior que un tiempo después se puso la camiseta de la Celeste: Walter Domínguez.

El futbolista de 24 años que semanas atrás conquistó la Copa Nacional de Selecciones OFI con la selección de Soriano capital, anotando un gol en la final asistiendo otro, es protagonista de un hecho histórico al ser citado para defender a la selección uruguaya jugando todavía en una liga amateur de la Organización del Fútbol del Interior, para el club Juventud de Soriano.

"El jugador del pueblo", como fue apodado en los últimos días, es furor en cada rincón del Uruguay, donde la gente esperó expectante su estreno con la Celeste. Principalmente en su ciudad natal, Mercedes, donde en comercios y escuelas los vecinos alzaron carteles en su apoyo.

Foto: AFP

Finalmente, Diego "Ruso" Pérez no lo alineó en el 11 titular de Uruguay para enfrentar a Cosa Rica en el Estadio Nacional de San José. Se fue el primer tiempo, comenzó el segundo y la oportunidad para Domínguez no llegaba, mientras pasaban los minutos y solamente quedaba una última ventana de cambios.

Hasta que sobre el minuto 78, la transmisión dejó ver dos camisetas celestes al lado del cuarto árbitro esperando para entrar al partido. Una de ellas con el número 20 en la espalda, el que le fue asignado al delantero mercedario. Un poco pasadas las 00:40 horas de la madrugada, seguramente hubo algo parecido a un grito de gol en Mercedes, aunque el partido haya terminado 0-0.

Foto: AUF

La pelota demoró en salir y no fue hasta el minuto 80 que Domínguez pudo ingresar por Bruno Damiani, para ocupar la posición de centrodelantero, delante de un enganche (Emiliano Gómez) y dos extremos (Nahuel Acosta y Leandro Suhr).

Barba candado, zapatos negros y mirada incrédula ante un estadio con más de 30.000 personas en sus tribunas, entró trotando directo a ocupar su lugar en la cancha, como buscando refugio ante tantas emociones en su zona de confort, cerca del área rival.

Sin embargo, aislado durante varios minutos por el repliegue uruguayo ante la presión y el dominio de Costa Rica, decidió ir en busca de la pelota en lugar de esperar que ella lo encuentre a él, y bajó a pivotear con Emiliano Gómez en tres cuartos de cancha para la que fue su primera participación directa en el juego.

Pero la pelota sí lo encontraría un par de minutos después, en una jugada que estuvo cerca de ser el broche de oro de una noche soñada. El propio Gómez lo vio picar a espaldas de los zagueros ticos y le envió un pase al vacío, pero el arquero Patrick Sequeira anticipó la jugada y llegó a cerrar un segundo antes de que Domínguez pudiera definir.

Costa Rica siguió atacando y prácticamente durante los cuatro minutos de descuento el equipo celeste se limitó a reventar la pelota para alejarla del arco de Randall Rodríguez, y Domínguez no apareció hasta la última pelota para capturar un rebote cerca del área uruguaya y recibir la falta, que sirvió para desactivar la presión del local y que Uruguay pudiera salir del ahogo. Enseguida, el árbitro pitó el final de un empate sin goles.

Antes de llegar al profesionalismo (si esto ya no cuenta como tal), el goleador del interior ya debutó en un amistoso internacional con la camiseta de la selección uruguaya. Una que atesorará por su incalculable valor de un sueño cumplido, y que, al igual que la mayoría de sus compañeros, ni siquiera amagó con intercambiarla.