Atlético de Madrid 3-1 Girona: el Colchonero, con Giménez en el banco, se lo dio vuelta al equipo de Stuani

El defensor de la selección uruguaya no tuvo minutos, mientras que el Matador del Tala ingresó a disputar los últimos siete del partidos que se jugó en el estadio del elenco madrileño.

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Antoine Griezmann celebra su gol ante Girona.
Antoine Griezmann celebra su gol ante Girona.
Foto: AFP.

EFE
Atlético de Madrid consiguió una gran victoria por LaLiga de España: superó 3-1, desde atrás, al Girona en el Estadio Cívitas Metropolitano. El zaguero uruguayo José María Giménez quedó relegado en el banco de suplentes, mientras que en el elenco catalán Cristhian Stuani entró a jugar los últimos siete minutos.

Antes del minuto 3 y medio, el Girona y Savinho, un futbolista vertiginoso, imparable, ganaban en el Metropolitano con toda la naturalidad del mundo, con la misma que asume su tercera posición, con la misma que ha asombrado a toda Europa, en esa pugna que aún sostiene por entrar en una histórica Champions League, impensable hace unos meses.

La carrera del extremo brasileño fue portentosa, bendecido por los pasos en falso de De Paul y Molina. Abierto el terreno a su paso, fue inalcanzable para cualquiera que salió a su encuentro, en una carrera diagonal que destrozó la estructura defensiva del Atlético, conectó con Yangel Herrera, a su vez con Yan Couto y finalmente con Dovbyk. Un golazo.

El tiempo, aún más otro contragolpe amenazante de Savinho, desperezó al Atlético, que no había dado una hasta entonces. Expuesto y manejado por el Girona más allá del primer cuarto de hora, sin ni siquiera un mínimo 'mordisco' en el otro área, instante a instante, pasito a pasito, empezó a reencontrarse. Sobre todo, Griezmann. Un hombre fundamental.

En cuanto se desplegó mejor, en cuanto se aplicó en la presión, en cuanto le puso más intensidad, retorció el encuentro, aplacó al Girona -su salida rapidísima liderada por Savinho, que aún puso en jaque más veces a la defensa rojiblanca- y se encontró de repente con el 1-1, en un saque de falta de Griezmann que remató Hermoso y golpeó en la mano desplegada de Miguel Gutiérrez, que lo asumió con rostro de frustración. Penal.

La pena máxima la transformó Griezmann, pegada al poste izquierdo de Gazzaniga, quien se estiró para ese lado. Nivelado el marcador, reequilibrado el propio Atlético, lesionado Saúl Ñíguez, en el campo Morata, el 2-1 fue por obra del delantero español. Fue por un balón al que no reparó nadie, evitó su salida por la línea de fondo y puso un centro perfecto al cabezazo magistral de Correa.

Es el Atlético, incomprensible al principio, ganador al intermedio, concluyente instantes después, como lo suele ser tantas y tantas veces Griezmann, su mejor jugador. Ni siquiera en tiempos menos productivos (un gol en sus últimos doce encuentros antes de este sábado, eso sí fue contra el Inter para iniciar la remontada) admite duda su ascendencia.

Dentro del área, en un rebote, con un balón suelto, conectó un derechazo contra el arquero que batió a Gazzaniga sin ninguna opción para el portero, como tampoco la había tenido su equipo desde mucho tiempo atrás, casi desde el gol o desde aquel contragolpe que sirvió al Atlético para darse cuenta de que ya estaba jugando un partido que después fue todo suyo.

Cierto que después, ya con 3-1, Dovbyk falló una ocasión que debía haber sido gol o gol. O que Yangel Herrera probó a Oblak desde la lejanía, nada del otro mundo, sencillo para la estirada del guardameta esloveno. A la vez, Nahuel Molina perdonó el 4-1 en el otro área, al culminó con potencia y desatino otra presión ingonernable sobre el Girona, aún en la tercera plaza que pretende el Atlético. Cuatro puntos de diferencia, 21 puntos en juego.

De esta forma, Atlético de Madrid logró un triunfo importante en la antesala a la vuelta de los cuartos de final de la Champions League ante Borussia Dortmund este martes en el Signal Iduna Park, desde la hora 16:00 (ESPN 2 y Star+).

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