ESPAÑA

Atlético de Madrid, que venció a Celta de Vigo 2-0 con dos goles de Renan Lodi, tuvo enJosé María Giménez un protagonista de enorme trascendencia en el juego. Josema, que fue una muralla en el juego aéreo e interceptó cada balón que los gallegos quisieron mandar al punto penal, jugó en modo capitán, aunque la cinta la lució en el brazo el arquero Jan Oblak.

La preponderancia del zaguero uruguayo quedó expuesta en las constantes indicaciones que entregó a la retaguardia para mover la línea y hasta en el momento de la celebración del primer gol, cuando se pegó al mozambiqueño Reinildo para señalarle los desplazamientos que debían realizar.

Sosteniendo su participación en los 90 minutos de juego alejó las dudas de lo que podía pasar con su físico, dado que ante Osasuna por precaución había disputado nada más que 45 minutos.

Y se mantuvo en cancha pese a que a los 14 minutos del partido por un fuerte pisotón a Iago Aspas recibió la tarjeta amarilla.

Luis Suárez, en tanto, recién ingresó al Wanda Metropolitano cuando el reloj marca los 71 minutos de juego. Lucho entró a la cancha por el portugués Joao Félix y los hinchas del Aleti le demostraron la devoción que sienten por él.

Es que el grito de ¡U-ru-gua-yo, U-ru-gua-yo! atronó con mucha fuerza.

Ausente en la contienda de octavos de final de Champions League ante el Manchester United, porque el Diego Simeone optó por dejarlo en el banco de suplentes, Suárez al menos recuperó actividad.

En esta ocasión el Pistolero tuvo algo más de 19 minutos de acciones porque hubo cinco de descuento. Vale indicar que le costó recibir juego y ni siquiera remató un tiro libre cerca de la media luna porque optó por dejarlo para Antoine Griezmann.