CONFLICTO
Los derechos de televisión han sido la causa de la grieta que existe en el fútbol uruguayo. Para la empresa es vital mantenerlos porque es su principal fuente de ingresos.
Dirigentes hablando por las pantallas de televisión en las previas de los partidos profesionales del fin de semana; nota ingresada a la AUF con exigencias y respuesta del Comité Ejecutivo. El pasado fin de semana comenzó una nueva ofensiva de las instituciones que pregonan la instauración de la Liga Uruguaya de Fútbol Profesional (Lufpro), lo cual vuelve a poner sobre la mesa un tema que divide al fútbol uruguayo.
¿Qué hay detrás de toda la movida? ¿Qué buscan las instituciones con la creación de la Liga Profesional? ¿Por qué luego de más de un siglo en que la AUF organiza las competencias podría pasar a un ámbito más privado? ¿Por qué la AUF no reconoce a Lufpro?
Lucha de poderes
Lo principal que debe quedar claro respecto a este tema es que se trata de una lucha de poderes. Por un lado está el Ejecutivo de la AUF, respaldado por el movimiento que han generado los actuales y exfutbolistas de la selección uruguaya de la última década; por el otro, Tenfield. Desde hace un buen tiempo a esta parte hay un enfrentamiento claro entre ambos sectores, que por primera vez se hizo carne en agosto de 2016, cuando los clubes tuvieron que decidir entre Puma (marca conseguida por Tenfield) y Nike (patrocinada por los futbolistas) para vestir a la selección. Entonces la asamblea eligió la segunda propuesta, lo cual llevó a que la marca alemana tuviera que igualar la oferta (a través de Tenfield) para seguir equipando a la Celeste. Esto supuso un incremento importante en el monto de auspicio y en la cantidad de prendas y materiales entregados a la AUF. Allí comenzó la grieta.
Esto llevó a que el cambio de estatuto en la AUF largamente reclamado por FIFA para adecuarse a sus normas se dilatara. Los clubes no se ponían de acuerdo, asamblea tras asamblea tiraban hacia adelante la aprobación y finalmente llegó la intervención por parte del máximo organismo del fútbol mundial en agosto de 2018. Se instaló una comisión interventora que, entre otras cosas, hizo que el estatuto nuevo se aprobara. Y allí se agigantó la grieta, hasta el día de hoy insalvable.
Nació el Congreso.
Con la aprobación del nuevo estatuto FIFA la asamblea de clubes dejó de controlar a la AUF y se creó un Congreso que incluyó a varios estamentos del fútbol, no solo a los clubes profesionales. Por ejemplo, bajo el paraguas de la AUF entró OFI, el fútbol femenino, el futsal, el fútbol playa y los grupos de interés, como los futbolistas, entrenadores y árbitros.
¿Cuál fue la consecuencia de ello? Que los clubes perdieran fuerza en la AUF. Antes las decisiones importantes se tomaban con 19 votos: 16 de los clubes de Primera, 2 de los de Segunda y 1 del fútbol amateur. A partir de la creación del congreso (las instituciones no tenían más remedio que aprobarlo porque de lo contrario la AUF sería suspendida por FIFA) los votos pasaron a ser 76 divididos de la siguiente manera: 32 de Primera División (doble voto por club), 14 de Segunda, 11 de los futbolistas, 9 de OFI, 6 de Primera Amateur y 1 cada cual de entrenadores, árbitros, futsal y femenino. Indirectamente perdió poder Tenfield dentro de la AUF, porque los votos de los clubes afines a la empresa de televisión (esa a la que las instituciones van a golpearle la puerta cuando precisan dinero extra) quedaron licuados entre 76. La cuenta es la siguiente: de tener los clubes el 100% del control de los destinos de la AUF, pasó a tener un 68%, es decir poco más de dos tercios. Y a esto hay que añadirle que no todos los clubes son afines a Tenfield.
Se crea Lufpro.
Las instituciones debían encontrar una forma de recuperar el poder perdido, entonces nació la idea de crear la Liga Uruguaya de Fútbol Profesional, como sucede en los países más desarrollados: España (LaLiga), Inglaterra (Premier League), Italia (Serie A), Francia (Ligue 1) y hasta Argentina (LPF), aunque el ejemplo de esta última quizás no sea el mejor a seguir. Con el nacimiento de la Lufpro en marzo de 2021 las instituciones intentan organizar, gestionar y negociar su propio producto.
Esto les permitiría, entre otras cosas, recuperar el poder para vender los derechos de televisión y patrocinios. Indirectamente recupera poder Tenfield y de allí que la empresa apoye la iniciativa. Esto no asegura que Tenfield siga siendo el socio estratégico, pero sí aumenta sus posibilidades claramente. Lufpro asevera que si asume las negociaciones de los derechos de TV en lugar de la AUF nada le cambiaría a ésta, pues hoy es un intermediario que negocia en nombre de las instituciones, ya que no obtiene ningún beneficio por los acuerdos dado que los ingresos van a los clubes.
La AUF, por tanto, quedaría por fuera de la negociación y básicamente dirigiría el fútbol del interior, el amateur, el femenino, el futsal y el fútbol playa, además de su producto estrella, por supuesto: la selección. Sin embargo, sí sufriría un golpe duro su gran apuesta actual: AUF TV. Lufpro inició gestiones para obtener su Personería Jurídica y tiene como objetivo comenzar a funcionar en 2023, argumento que esgrime para que la AUF no comience con la negociación de los derechos televisivos a partir de 2026.
AUF no la reconoce.
Esta semana el Comité Ejecutivo de la AUF sacó un comunicado en el cual informó de la intimación que le hizo Lufpro a no iniciar tales gestiones por los derechos de TV, recordó que no reconoce a este órgano y rechazó “por improcedentes todos los términos de la nota recibida”. ¿Por qué no se reconoce a esta liga profesional? El motivo es que no se lograron mayorías especiales, aunque aquí aparece otro gris, porque ambas partes reconocen que no hay en los estatutos previsto cuál debe ser el quórum para que se apruebe la creación de una liga profesional, pero desde la AUF consideran que deben guiarse por el sentido común. La votación para la creación de la Lufpro fue por mayoría simple compuesta por un 55% de votos a favor y 45% en contra o abstenciones. Es por ello que la AUF considera que no se puede obligar a prácticamente la mitad de las instituciones a integrar un órgano del que se negaron a ser parte. Cuando se habla de mayorías especiales en la AUF la referencia es al 75%, cifra de la cual incluso se estuvo muy lejos en la votación original. De cualquier manera, este es en todo caso el argumento oficial que usa el gobierno del fútbol, porque el real es que no se le quiere allanar el camino a un organismo que ya tendría acordada la venta de los derechos de su producto a Tenfield.
La gran batalla
Desde la AUF ya se han dado señales de que se apuesta a abrir otros caminos para negociar los derechos y no terminar en Tenfield. Primero lo hizo al venderle el fútbol femenino a Directv, empresa con la cual un par de semanas más tarde también acordó por los tres amistosos de la selección ante México, Estados Unidos y Panamá.
Ante estos dos antecedentes hubo reacción desde Tenfield, que fue reactivar el dormido reclamo del reconocimiento de la Lufpro. Para eso, hace un par de semanas se produjo una reunión en un hotel de la rambla de Montevideo convocada directamente por Francisco Paco Casal. Hasta allí fueron los clubes afines a la empresa y escucharon durante casi una hora un monólogo del empresario contando los pasos a seguir. Allí se decidió que el pasado fin de semana por las pantallas de Tenfield desfilaran los delegados de varias instituciones hablando de la necesidad de la creación de la Liga Profesional.
Algo que sin embargo llamó la atención a los dirigentes de la AUF y que en realidad no hizo más que fortalecer su postura fue que no vieron ninguna figura política del fútbol fuertemente representativa (alguien de Nacional, Peñarol o incluso José Luis Palma, presidente de Liverpool) en pantalla reclamando por la Lufpro.
¿Cuánto vale el fútbol uruguayo?
La pregunta que muchos aficionados se hacen es: ¿es tan buen negocio el fútbol uruguayo? ¿Tanto dinero hace Tenfield con él como para dar una batalla tan feroz? La respuesta es sí. Según estudios realizados a pedido del Ejecutivo de la AUF, el Campeonato Uruguayo tiene un valor por un piso de entre 30 y 35 millones de dólares anuales. Esta consideración se hace de acuerdo a lo que pagan los abonados para ver los encuentros. Por ejemplo, los datos que manejan en el Ejecutivo es que un partido entre dos equipos que en teoría tienen poca convocatoria mide más que los informativos locales.
¿Y cuánto paga Tenfield? El contrato actual es por unos 11 millones de dólares anuales aproximadamente y de acuerdo a algunas conversaciones preliminares estaría dispuesta a mejorar esa cifra para llegar al entorno de los 15 millones. Es decir, se habla de más o menos la mitad del supuesto valor de mercado. Ahora bien, surge otra pregunta: ¿hay otras firmas tan interesadas en invertir en el fútbol uruguayo como Tenfield, que lo ha hecho durante las últimas dos décadas? En el pasado no hubo, pero parece que para después de 2025 sí. Pero además el fútbol es hoy por hoy el producto que a la empresa le da las mayores ganancias y es por eso que da tanta pelea, pues su supervivencia parece depender de ello.
Los clubes, a su vez, pretenden la creación de la Liga Profesional a partir de 2023 para poder negociar su producto a futuro. Necesitan dinero ahora y vender a cuenta de un contrato a largo plazo, que ha sido la constante. Tenfield ha tenido durante tanto tiempo los derechos porque faltando tres o cuatro años para que culmine un contrato las instituciones ya negocian uno nuevo a futuro concediéndole más años a la empresa a cambio de dinero a cuenta y esto es lo que la actual AUF pretende evitar para salir del círculo vicioso.
En algún momento de los próximos meses se deberá comenzar a negociar el contrato que regirá a partir de 2026. Lo hará la AUF o eventualmente la Lufpro si se le da luz verde y para que esto último ocurra será vital la postura que tengan los grandes. Peñarol en su momento votó a favor, mientras que Nacional no lo acompañó.
AUF vs. Lufpro: esa es la batalla que se está dando hoy, con AUFTV y Tenfield como armas de poder por detrás. La Asociación está convencida de que, como el fútbol es el producto estrella de todos los cables y que además el streaming (transmisión por internet) cada vez está más estandarizado, las potenciales ganancias a través de su plataforma significarán al menos el doble de ingresos para los clubes. La cuestión es que éstos precisan el dinero ya y la AUF no se los puede dar, algo que sí puede hacer Tenfield.