Alejandro Balbi ya tuvo todos los roles. Hizo la escalera de delegado-dirigente-vicepresidente, fue representante en el Comité Ejecutivo de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), integró comisiones, llegó a la Conmebol, a la FIFA, y ahora se encamina a cerrar sus últimos días como presidente de Nacional.
Con una elección por delante, el abogado se juega todas sus fichas al candidato José Decurnex, quien “por suerte vuelve”, en medio de chicanas por el Campeonato Uruguayo que logró Peñarol y un distanciamiento político marcado con el presidente Ignacio Ruglio.
Saca pecho de despedir su gestión invicto en clásicos, asegura que no le cambió "en nada" su imagen como penalista en el rubro privado y, en entrevista con Ovación, entre otras cosas, responde a la crítica sobre su ausencia en el partido frente a Libertad de Paraguay y revela que firmó documentos avalando deudas con su nombre para respaldar al club.
-Estuviste en el vestuario después del triunfo de Nacional a Boston River. ¿Qué le transmitiste al plantel?
-Habitualmente no bajo al vestuario, pero quería estar en el último pospartido del Uruguayo, en el cual no conseguimos el objetivo. Escuché la exposición de (Diego) Polenta frente a todo el plantel y cuerpo técnico y fue muy movilizadora, porque, por más que no justifique haber perdido el campeonato, el tema de Juan Izquierdo estuvo arriba de la mesa. No volaba una mosca. Cuando terminó, les dije que el fútbol daba revancha y que el fin de semana teníamos una linda oportunidad de lograr un título, como la Copa Uruguay, que, por más que no tenga la historia y el peso del Uruguayo, no deja de ser oficial y a partir del año que viene guarda un lugar en la Libertadores para el campeón.
-¿El resultado de esa final puede inclinar la balanza sobre el futuro de Lasarte?
-Los resultados deportivos siempre influyen. Vos, en general, sacás a un técnico por resultados deportivos y no por motivos personales. Siempre te condicionan los resultados deportivos, pero los balances se hacen a fin de año y pasaremos raya después del fin de semana.
-La lista de Vairo-Perchman ha manejado algunas encuestas que le dan por encima del oficialismo. ¿Te ponen nervioso esos sondeos?
-No, no. Yo me pongo nervioso por otras cosas; no por las encuestas. Aparte, no sé qué grado de verosimilitud tienen porque hay encuestas de Twitter y en la interna cada lista te dice que le da bien. Las que van a hablar, el 7 de diciembre en el interior y el 14 en Montevideo, son las urnas. Nosotros pensamos que, a pesar de que no se logró un año deportivo bueno -porque cuando Nacional no gana indudablemente es así-, el club está haciendo otras muchas cosas buenas en las que debería seguir, haciendo retoques.
-¿Cómo creés que puede repercutir en la elección que Peñarol haya sido campeón sin jugar finales?
-Yo creo que los resultados deportivos influyen, pero a la gente pensante no le deberían de influir. Uno tiene que ver el bosque; no el árbol. A todos los hinchas nos pasa que el humor nos cambia si Nacional gana o pierde. Pero cuando vas a votar, votás a un presidente; no a un vice o a un secretario general. El 95% de las decisiones de un club grande, como Nacional, las toma el presidente. Por eso es fundamental que los hinchas analicen si quieren a José, que, por suerte vuelve; en lugar de una persona como Ricardo Vairo, al que estimo mucho, pero no conoce el club en lo más mínimo y va muy poco al fútbol. O Javier Gomensoro, que lo veo útil dentro del club, pero que no da la talla al lado de José.
-Desde la oposición han manifestado que el propio Decurnex te ayudó a manejar varias cuestiones del club mientras estabas abocado a otros asuntos de tu profesión. ¿Es así?
-No. Te explico: yo asumí la presidencia a mitad del año pasado y José, como hacía un año y medio que estaba afuera de Nacional y había vuelto a su actividad privada, se integró a la directiva un poco antes de fin de año. Le pedí especialmente que se reintegrara. Siempre fue muy respetuoso conmigo y obviamente que colaboró en muchas cosas. Te pongo un ejemplo que puede ser polémico: a fin de año, Nacional terminó tercero, con el Chino Recoba dirigiendo, y cuando nos juntamos varios dirigentes para hablar sobre el futuro deportivo, más allá de que tenía contrato, José fue uno de los que me dijo que él no estaba de acuerdo en que siguiera, que lo veía muy “verde”, y me propuso el nombre de (Jorge) Bava. Yo, como presidente, tomé la responsabilidad de aguantarlo porque cumplió con el objetivo que le había pedido, que era que nos metiera en zona previa de Libertadores, porque a la fase de grupos ya estaban clasificados Peñarol y Liverpool. Ahí tenés una diferencia que me planteó y yo decidí. Yo no hacía lo que José quería.
-Perchman, en su momento, fue halagado por José Fuentes en una nota cuando dijo que conocía “muy bien” el negocio y era un hombre de consulta. ¿Qué pensás sobre él?
-La relación que tenía con José la desconozco. Al ser un club tan presidencialista, había muchas cosas que no me consultaba, como el día que me llamó y me dijo: “Alejandro, ¿qué te parece si me tomo un avión y me voy a verlo a Luis (Suárez)?”. Estaba toda aquella movida popular por traerlo y le dije: “Me parece una idea brillante”. Él me contestó: “Menos mal, porque me voy mañana”. Eso es el presidente de Nacional. Por eso me causa preocupación cuando escucho a la lista 8 (Vairo-Perchman) o a la 1971 (Gomensoro-Ache) decir que hay decisiones que las va a tomar el vicepresidente o que este se va a ocupar exclusivamente de un tema. No es así. Es imposible. El capitán del barco es uno solo. No hay dos, más allá de que entiendo que el votante también debe analizar los equipos de trabajo. Perchman capaz que puede conocer un poco más el club que Vairo, pero desde otro rol.
-¿Y no es una ventaja eso?
-Yo no lo vería como una ventaja. Si él se hubiera retirado de su actividad hace años o si hubiera vendido su empresa… Pero me pongo a pensar: a Petit, el jugador con más proyección que tenemos, lo representa la empresa de Flavio. Entonces, cuando venga una oferta, ¿cómo va a hacer? Esto es como si mi estudio mañana quisiera hacerle un juicio a Nacional. Son intereses encontrados. En la asamblea de 2023, hubo un socio que lo nombró negativamente por el pase de (Alfonso) Trezza. ¿Por qué? Porque estaba defendiendo sus intereses, que en ese momento eran legítimos. Como persona, no tengo nada para decir porque no soy ni amigo ni enemigo.
-Hablando de enemigos, generó ruido la asamblea del viernes, en especial por lo que pasó con Javier Moreira. ¿Creés que un relator partidario puede tener influencia en una elección?
-Para mí, dejó de ser relator partidario porque se presentó con una agrupación. Si vos te presentás con una agrupación, claramente querés intervenir en la parte política. Si esta persona se hubiera querido quedar en su rol de periodista partidario, tenía todo su derecho. Pero impulsó a uno de los candidatos. De hecho, se comió un revolcón en la asamblea con Decurnex, que fue ovacionado y él abucheado. Sus críticas al oficialismo, por más que vienen de antes, tengo claro por qué fueron.
-¿Por qué fueron?
-Porque se le cortó el apoyo económico que se le daba, por razones estrictamente financieras, y al otro día empezó a pegar. Hoy tiene una actividad política y allá él. Lástima que no tuvo las agallas de haberse presentado como decía. Siempre es mucho más fácil hablar; lo difícil es venir a sentarse.
-Gomensoro dijo que junto con Ache, a quien impulsaste para que fuera candidato, son “Nacional”. ¿Por qué ese ofrecimiento?
-Porque José todavía no se había definido y yo estaba en una indefinición. Fuimos a comer varias veces con Eduardo, que también estaba con proyectos personales y me dijo: “Para ser presidente, no”. De Javier, que después habló con él, también puedo decir que es Nacional. Conoce el club, nos tenemos mucho aprecio y, para mí, es muy distinta su lista (1971) -la cual claramente derrocha la sangre tricolor- a la otra, que tiene más outsiders y me preocupa. Ya probamos con outsiders (en referencia al expresidente José Luis Rodríguez) hace nueve años y todos sabemos cómo nos fue.
-Real Madrid exige a su presidente avalar con su patrimonio personal el 15% del presupuesto del club. ¿Ves viable algo así en Uruguay?
-No está en el estatuto ni en ningún reglamento nuestro, pero te puedo asegurar que José Decurnex tiene firmados documentos avalando deudas de Nacional. Pablo Durán, como secretario, y yo, como presidente, también. La única diferencia es que no está escrito, pero en los hechos los tres firmamos con nuestro puño y letra.
-¿Y eso no es peligroso en cuanto a la confiabilidad?
-Sí, claro que es peligroso. Porque si mañana gana la presidencia de Nacional un cabeza de termo, te puede decir “no pago nada; que paguen Balbi o Decurnex”. Yo creo que en Nacional no se hace eso porque, históricamente, siempre se ha sido respetuoso de los dirigentes que firman solidariamente.
-¿Te reprochás hoy no haber ido a Paraguay al partido con Libertad?
-No, para nada. No pude ir por un tema de salud y, aunque hubiera estado, el resultado no hubiese cambiado.
-¿No lo subestimaron?
-No, yo creo que no. Se había hablado antes de ese partido. Después, lógicamente, es fútbol y no se trasladó a la cancha lo que se había planificado, lamentablemente. De todas maneras, aunque no sirva de consuelo y así lo hubiésemos ganado, tampoco hubiéramos ido al Mundial de Clubes porque salió campeón Botafogo.
-Es el momento de mayor distanciamiento político con Ignacio Ruglio. ¿Creés que a él le paga Tenfield?
-No, no. Esa es una exacerbación muy grave. No tengo la más mínima evidencia. Lo que sí digo es que es el hincha número uno de Tenfield. Y no está mal, porque es su convicción. De ahí a que le pague… No tengo ninguna prueba ni evidencia.
-Rodrigo Pérez se acordó de vos y de Decurnex en la foto de campeón y escribió: “Ya que no me conocían, un gusto”. ¿Qué pensás?
-Que está bien, que estaba viviendo un momento de alegría. ¿La verdad? Si me lo cruzo por la calle tampoco lo conozco. Pero no me parece que la función de un presidente de Nacional sea debatir con un jugador de Peñarol. También en la elección pasada Peñarol había salido campeón y me acuerdo que los jugadores en el vestuario me dedicaron el triunfo.
-¿Por qué creés que hacen eso?
-Porque creo que soy importante, y soy malo para ellos. Porque saben que defiendo los intereses de Nacional como pocos.
"Yo soy contrario a ese tipo de cosas. Pero no por el Día de los Desaparecidos, que fue una tragedia que vivió el Uruguay, sino porque muchas colectividades y agrupaciones sociales piden que los saludemos en nuestras redes sociales. Nadie imagina la cantidad de cartas que llegan dirigidas al presidente y que yo leo por día. Si vos abrís ese grifo, no terminás nunca. Si, por ejemplo, tenés dos países que están en guerra, no podés saludar a uno y al otro porque esto es un club social y deportivo. No creo que cambie un saludo, por más de que estemos todos de acuerdo".
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