Alejandro Balbi se tomó unos días para descansar en familia, pero en realidad está lejos de tener vacaciones.
En lugar de desconectarse de uno de sus dos mundos laborales -como son la abogacía y el fútbol- sigue prendido a todo lo que rodea a la órbita de Nacional en el mercado de pases y está al pendiente de cada mensaje del presidente del club,José Fuentes.
Desde su rol de vicemandatario, Balbi mantiene un papel activo, que pocas veces pasa desapercibido. Su rol mediático rompe con cualquier tesitura a tal punto de que por momentos genera más repercusión que la que tiene -de por sí- el propio mandatario.
Es cierto, no es ese típico dirigente al que se le enmenda negociar con jugadores, pero sí es aquel que presta el oído para escuchar una opinión o para darla cuando es necesario. Ya sea por razones económicas o de infraestructura, demuestra que está enterado de todas las novedades que profundizan la sangría deportiva que hoy separa a Nacional de los más grandes de América. Es fundamentalmente por eso que, cree, el 2023 está lejos de ser una luz de esperanza en el plano internacional. “¿De qué vale hacer las cosas bien cuando Gremio se lleva a uno de los mejores jugadores, como lo es (Felipe) Carballo, y está a punto de llevar a (Luis) Suárez. Yo estoy buscando centrales y River Plate busca a (Nicolás) Otamendi, que acaba de salir campeón mundial con Argentina. ¿Qué es hacer las cosas bien, tener billetera o ser inconsciente?”, se comenzó preguntando.
En diálogo con Ovación, Balbi dejó en claro que pese a valorar como “buenas” las contrataciones de principios de 2022, tampoco notó que hayan sido “estelares” como para marcar la diferencia en Sudamérica. Y ahora, como el camino no parece ser muy distinto para el próximo año, la apuesta pasa por apoyar al nuevo entrenador Ricardo Zielinski, quien fue capaz de pasar primero en la fase de grupos de la última Libertadores con Estudiantes y luego perdió en cuartos de final. “Las diferencias con Brasil y Argentina son enormes en el poderío económico y en cuanto a la fortaleza de las ligas. Pasa más que nada por un tema de jugadores que por otra cosa. Año a año te das cuenta que llegás hasta cierto punto y te falta algo. Estamos apostando a que alguien que viene desde afuera y tiene experiencia internacional nos pueda dar un plus para poder llegar más adelante y seguir soñando. Lo importante es seguir soñando. El día que dejes de soñar, tenés que dejar esto, no te queda otra”, apuntó.
Y también dijo: “Sin perder decisión, tenés que manejarte con cosas posibles. Afuera de la cancha podés tener a gente a la que le ha ido bastante bien en los torneos internacionales y que sabe plantarse. Capaz que puede suplir lo que no podés gastar en jugadores para el potencial deportivo, porque no los podés traer”.
Adentro de la cancha, uno de los nombres que la directiva intentó retener tras la partida de Carballo fue el de Leonardo Coelho. La negociación con el San Luis de México prosperó pero no con el futbolista, por lo que ahora Nacional irá en busca de dos zagueros, entre los que aparece Renzo Orihuela.
Pese a que Coelho era un jugador de su agrado, Balbi sostuvo que “ningún jugador está por encima del club”. Y así lo contó a Ovación: “Creo que por Coelho, que es un tipo campeón pero que jugó un solo año, estábamos haciendo un esfuerzo que ya valia más que la pena. Ya era un jugador al que era excesivo lo que se le estaba ofreciendo. Lo comparo con Bergessio, porque fue cuatro años goleador de Nacional, campeón, capitán, goleador e ídolo, y se fue porque quería un plazo de contrato mayor. Si se fue Bergessio, ¿por qué Coelho no? Coelho no le llega a los tobillos y Nacional no se va a apartar de ninguna coyuntura que ya tiene preestablecida”.
2023. La negativa al clásico con Peñarol en el GPC
“Es una locura. Ya sabemos lo que pasó en el último: Nacional gastó una fortuna. Después me pedís jugadores para ganar una copa y yo, alegremente por jugar en el Parque Central, que me parece bárbaro, me pierdo medio millón de dólares”, dijo.
Y agregó: "Se supone que es el partido con el que cualquier equipo del mundo tiene que hacer más plata, porque es el clásico de todas las horas, y yo pierdo medio millón de dólares. Mirá que dirigente bárbaro que soy".