CHAMPIONS LEAGUE
En el primer partido continental de la era pos Messi, el conjunto catalán fue goleado en casa. Ronald Araujo disputó los 90 minutos e hizo lo que pudo.
Está claro que Barcelona ya no es el mismo sin Lionel Messi. Ni cerca parece estar de ser un aspirante al título en la Champions League. Al menos esa fue la imagen que dejó en su debut, que se saldó con derrota 0-3 ante Bayern Munich, uno que sí se pone el traje de candidato.
Un gol de Thomas Müller y dos de Robert Lewandowski definieron el pleito que, en virtud del empate 0-0 entre Dynamo de Kiev y Benfica (Darwin Núñez jugó los últimos 31 minutos), dejó al conjunto culé en el último lugar del Grupo E.
Ronald Araujo disputó los 90 minutos en la defensa de Barcelona, haciendo dupla central con Gerard Piqué. Hizo un correcto partido, demostrando velocidad para hacer un par de cierres que evitaron más peligro y tal vez goles, pero al igual que el resto del equipo sufrió ante un equipo alemán sólido y con jerarquía.
Sobre el final del partido se vio un gesto del uruguayo abriendo las manos y con la mirada perdida como buscando una explicación por la facilidad con que los delanteros del Bayern lo encaraban. Incluso hizo un aporte ofensivo con un cabezazo que se le fue afuera.
El resultado no fue nada parecido al humillante 8-2 sufrido ante el conjunto bávaro en la Champions de 2020, pero quedó claro que Barcelona no es ni será el mismo. Sin Messi, es un equipo terrenal y de eso dieron fe los casi 40.000 espectadores que llegaron al Camp Nou, del que se fueron sin ver ni un tiro al arco de su equipo (hubo cinco, de los cuales tres fueron desviados y dos bloquedos) y con la certeza de que los días más esplendorosos del club se terminaron el día que Messi enfiló hacia París.