Por Sofía Berardi
Sebastián Boselli (19) es un nombre que empezó a sonar más fuerte tras el Sudamericano Sub 20, en el que el lateral de Defensor Sporting fue un estandarte de la defensa celeste, cambiando de puesto como si hubiese sido zaguero toda su vida. Sin embargo, ya había demostrado de lo que es capaz en el violeta y nunca le pesó la edad. Hoy en día es titular en el equipo que dirige Marcelo Méndez, que este miércoles (19 horas) se mide ante Danubio por Copa Sudamericana.

“Es una satisfacción, un premio al esfuerzo, que lleva a un orgullo muy grande, que te da ganas de seguir e ir por los otros objetivos”, dice Boselli cuando le preguntan qué cree sobre el gran momento futbolístico en el que se encuentra.

Tras coronarse subcampeón con la selección uruguaya en Colombia, Sebastián asegura que maduró mucho como jugador y como persona, en parte consecuencia de los futbolistas con los que compartía. “Agarré mucha experiencia de partidos importantes y de mayor intensidad”, explica.

Foto: Conmebol.

El primero al que nombra es al zaguero del Valencia, Facundo González. “Con él aprendí muchas cosas del fútbol europeo. La salida por abajo, el ser más tiempista”, asevera. Con González no se conocían, pero enseguida hubo química. “Pegamos onda enseguida. Tiene grandes valores, me transmitieron mucho. Generamos amistad, un día nos tocó jugar juntos y nos dimos cuenta de que teníamos cualidades muy distintas que se complementaban. Cada uno se concentraba en las suyas y dejar al otro en las debilidades”, sostuvo el lateral derecho violeta.

Para Boselli no fue difícil compaginar ser lateral derecho en Defensor y defensa en Uruguay Sub 20. En este momento se siente cómodo en ambas posiciones. “Puedo dar una mano en las dos, obvio que una es más defensiva y en la otra ayudo más al ataque. De juvenil y toda mi vida fui lateral, ahora en la selección tuve la chance de jugar de zaguero”, explica.

Cuando se calza la camiseta violeta el entrenador Marcelo Méndez le pide “seguridad, que ordene la línea de fondo, más que nada que defienda el arco”.

El equipo del Parque Rodó logró empatar en casa ante Peñarol en la hora gracias a un penal que ejecutó Navarro, sin embargo, Boselli no se quedó conforme. “Fue un lindo partido, yo me quedé con un gusto amargo porque pudimos haberlo ganado. Pero después de ese encuentro creo que el equipo encontró una forma y creo que puede ser un piso para seguir subiendo”, aseguró.

Pero ahora la cabeza está en el partido con Danubio en el Gran Parque Central. “Jugar Sudamericana es un sueño siempre y ahora que llegó voy a dejar todo por tener un partido más. Contra Danubio en un clásico, sabemos lo que significa y vamos a darlo todo por esos tres puntos”, afirmó en la previa. Tras realizar el proceso juvenil en el Tuerto, Sebastián asegura que a Defensor “lo diferencia todo”, pero destaca “el trato”. “Cada persona que viene se va con una imagen de los valores del club que lo hacen distinto . Es mi casa. Acá nací y vengo todos los días, toda la gente me quiere y me apoya, yo siento lo mismo por ellos”.

Sebastián creció en una familia de deportistas, su padre jugador de padel, su madre nadadora y dos de sus hermanos futbolistas. Con estos dos y con el mayor, que no juega, también habla de fútbol. “Me han transmitido muchas experiencias que ellos han vivido y no tuve que cometer los mismos errores que ellos, eso me ayudó mucho a mí”, explica Sebastián, que afirma tener una familia muy unida.

Siempre se dicen lo bueno y lo malo, Juan Martín (28), que tuvo un paso por Peñarol, juega en La Luz, mientras que Juan Manuel (23), con quien se videollama seguido, es jugador del Gil Vicente de la Primeira Liga de Portugal.

Consultado sobre cómo maneja ser un Boselli y formar parte de la agencia de su padre, dijo: “Presión nunca sentí, siempre hubo comentarios negativos, pero no le dimos importancia, ni yo ni mis hermanos. Cada uno se enfocó en lo suyo, en el esfuerzo y trabajo que tenía atrás”.