TRICOLORES

El lunes se cumplirán dos meses de la última vez que Brian Ocampo estuvo en el campo de juego. El 4 de mayo, en el estadio de Estudiantes de La Plata con motivo del choque por Copa Libertadores (derrota 1-0), el delantero fue titular en Nacional y salió a los 42 minutos con un desgarro en el bíceps femoral. Normalmente la recuperación demanda 21 días, pero aquí el problema fue mayor.

Como informó Ovación en su momento, la rotura fibrilar que sufrió el delantero de 23 años se produjo en una zona que puso en riesgo incluso tendones. De allí que la recuperación se tuviera que hacer con mucho cuidado y, sobre todo, requiriendo mucha quietud de parte del jugador. Una vez sanado el desgarro entonces sí Ocampo pudo comenzar a hacer ejercicios especiales. Tuvo que hacer trabajos diferenciados durante un largo tiempo, lo cual demandó un esfuerzo importante del jugador, quien tenía que estar muy temprano en Los Céspedes (7.45 de la mañana) para ejercitarse antes que lo hicieran sus compañeros, quienes hacían labores muy distintas.

Fueron muchos días en los que se fue avanzando muy lento, de a poco, porque las cargas de trabajo eran livianas y fueron aumentando paulatinamente. Pero todo ello tuvo un segundo efecto en el físico de Ocampo.

Fue mucha la masa muscular que perdió el atacante durante todo este tiempo. Las evaluaciones que se le hicieron mostraron una pérdida importante y para el esfuerzo que demanda jugar a nivel profesional se debe recuperar casi al 100%. En ese camino está, trabajando cada vez con cargas mayores, pero todavía le falta. Ahora el objetivo es que pueda jugar ante Plaza Colonia cuando vuelva el fútbol, pero no estará ante Unión el martes por la Copa Sudamericana, por más que es posible que viaje junto al grupo el lunes al mediodía.