Bruno Montelongo y su maldita rodilla

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Montelongo
Juan Manuel Ramos

HISTORIAS

Se recupera de su tercera rotura de ligamentos cruzados, pero no piensa entregarse porque "todavía tengo algo bueno para entregarle al fútbol".

Bruno Montelongo se recupera tras la rotura de ligamentos cruzados que sufrió en diciembre defendiendo a Rampla Juniors. Está contento porque todo marcha bien y porque a diferencia de las dos anteriores oportunidades en que se rompió los cruzados, no ha tenido dolor alguno. Ni siquiera cuando bajó por primera vez la pierna. ¡Es que es la tercera vez que sufre la misma lesión! Y siempre en la misma rodilla.

“La primera me pasó en River Plateen 2008, la segunda en Italia, en Bologna en 2011, y ahora esta última en diciembre. La primera vez, Pedro Larroque, que era el médico de River, me llevó a ver al doctor Suero. Me dijeron que íbamos a tratar de ver si podía jugar sin los cruzados. Hay jugadores que aguantan. Pero un mes después, cuando intenté jugar, a los 5 minutos se me fue la rodilla. No aguantó. Y me operaron. La cirugía me duró tres años hasta que me volvió a pasar en Italia. Pero en ese lapso no tuve ningún problema. Nunca me dolió ni nada. Y la segunda cirugía me duró diez años”, contó Montelongo, quien fue intervenido el 3 del presente mes.

No hay explicación para lo que le ha pasado, lo más parecido es que tras un estudio especial de las dos piernas se encontró que la izquierda es un poco más chueca que la otra y esa podría ser la causa. Pero eso no convenció al futbolista. “Con tanta separación entre una rotura y la otra, me parece raro que sea eso. Me hubiera roto todo el tiempo si fuera esa la razón. Que me haya pasado tres veces no es habitual, pero creo que fue más casualidad que otra cosa”.

En la última rotura de cruzados, Montelongo se dio cuenta enseguida que le había vuelto a suceder. “No podía creerlo. Yo estaba cargado del sóleo y del abductor y pensé que capaz que ese día jugaba pocos minutos si llegaba a sentir un pinchazo. Pero nunca imaginé que iba a jugar sólo 10 minutos por romperme otra vez los cruzados. En el momento me di cuenta, automáticamente. Se me vino el mundo abajo porque sabía que era mínimo seis meses de recuperación. Y eso que no sabía todo lo que me iba a costar conseguir que me operaran. La incertidumbre de no saber cuándo me iba a poder operar fue lo peor”.

Es que la lesión fue el 9 de diciembre en el partido frente a Racing, pero recién se pudo operar el 1° de marzo y después de varias gestiones que él mismo realizó con la mutualista. “Esta vez no tuve ningún dolor, algo que es normal en un postoperatorio. Al principio pensé que era por los efectos de la anestesia o los calmantes, pero cero dolor. Ni siquiera cuando bajé por primera vez la pierna de la cama, que es algo muy doloroso. Y esta vez nada”.

Ya ha comenzado a recuperarse enFisiomed, la clínica de rehabilitación de Daniel Calimares, Gonzalo Castro y el doctor Arsuaga. Las dos rehabilitaciones anteriores las había hecho con el desaparecido Walter Ferreira y Calimares era su mano derecha.

Montelongo
Montelongo con sus tres hijos Matías, Agustín y Federico. Los dos mayores van a la escuela de fútbol del  "Chifle"  Barrios. 

Montelongo terminaba contrato con Rampla en diciembre del 2020, pero el club tiene que hacerse cargo de su sueldo hasta que le den el alta deportiva. Es más, cuando llegue el momento de hacer reducidos y de trabajar en cancha lo hará con el conjunto picapiedra. Por ahora no está cobrando, pero el club no está cumpliendo con ningún futbolista. Y se harán los reclamos correspondientes. Estará listo para volver a jugar en septiembre, o a mas tardar en octubre.

Con Zlatan

Montelongo se crió en River Plate y tras jugar dos años en el primer equipo darsenero se fue al Milan de Italia. Es más, tras su debut en River, lo citaron a la selección Sub 20, con la que jugó el Mundial de Canadá en 2007 donde fue compañero de Suárez y de Cavani.

“Llegar al Milan fue un paso gigante en mi carrera, pasé a tener de compañeros a los que jugaba en el play station. Me recibieron muy bien, a pesar de ser superestrellas. Una vez que estás ahí te das cuenta que es un grupo normal. Que son sólo personas, que no son superhombres. El número uno era Ronaldinho, pero no me impresionó porque ya sabía lo que era. Simplemente, lo confirmé. El que más me sorprendió fue Ibrahimovic. Era un jugador impresionante, totalmente fuera de lo común por su técnica y su fuerza. Y por el miedo que le tenían los defensores rivales. Defensas de primer nivel mundial, le tenían miedo. Él giraba y los defensores reculaban”, contó sobre Zlatan.

“Sé que muchos dicen que es un tipo difícil, conmigo fue un fenómeno. Se portó re bien. Llegamos juntos al Milan, él como la superestrella. Estábamos en el mismo hotel y comíamos juntos. Tuvimos una muy buena relación, a pesar de que nuestro diálogo no podía ser muy fluido. Nos cumunicábamos apenas en inglés. Porque yo no hablaba nada de italiano. Pero tuvimos muy buena onda, la que se fue afianzando a lo largo del año”.

Jugó solo un partido en el equipo milanés. Era casi imposible para un chiquilín que llegaba sin pergaminos lograr un lugar en ese equipo de grandes figuras. “Era muy difícil para mi entrar en ese once, de la mitad de la cancha hacia adelante era casi imposible. Me ponían de lateral derecho y aunque lo podía hacer tenía que adaptarme porque nunca había jugado ahí en River. Me costó y además al ver que no jugaba y que no tenía los minutos o las oportunidades que quería, cayó un poco mi nivel. Hoy lo reconozco. De ahí fui al Bologna y apenas llegué me rompí los ligamentos por segunda vez”.

Peñarol

Al regresar del Bologna, aún recuperándose de su segunda lesión de rodilla, recaló en Peñarol. Corría el 2011, Diego Aguirre era el técnico y lo quería a toda costa. “Luego Aguirre se fue a Catar y vino Gregorio. Terminé la recuperación y jugué un torneo Preparación que se jugó en el interior y que ganó justamente River Plate. Todos jugaban con sus equipos de Primera y Peñarol con la reserva que yo integraba porque necesitaba hacer fútbol. No nos fue mal, al ser un equipo de Tercera, llegamos a la final. Después me costó. Tuve problemas musculares, algo que es común al salir de una lesión de rodilla”.

Jugó tres o cuatro partidos y regresó a River Plate, dirigido entonces por Guillermo Almada. Luego volvió a hacer las valijas para regresar a Europa, esta vez a España. Llegó al Extremadura con el objetivo de que el equipo mantuviera la categoría, aunque estaba a diez puntos de poder salvarse. “Se cambió todo el equipo para la segunda parte del año y conseguimos el objetivo. Y me tocó hacer el gol de la salvación. Me fue bien en ese sentido”.

Montelongo

Pero todo eso es pasado y aunque aún le quedan meses de recuperación por delante, se ilusiona con volver a jugar. “Me operé y estoy bien. Me gustaría tener otra vuelta a River, el equipo que me vio crecer. No he hablado con nadie, es sólo una sensación. Si bien tuve una carrera complicada en cuanto a lesiones, estoy bien físicamente y siento que tengo algo más para darle al fútbol. Todavía tengo algo bueno para entregarle al fútbol”.

JR

Carrasco lo quería mucho,pero era siempre su primer cambio

Juan Ramón Carrasco lo dirigió en sus comienzos en River Plate y luego en Fénix. Fue importante en la carrera de Montelongo, aunque en el recuerdo popular está que era siempre el primer cambio de JR. “Me sacaba siempre, pero sólo una vez lo hizo antes del entretiempo. Me sacaba en partidos que sinceramente, no era para sacarme a mi”, relató.
“Tengo tremenda relación con Juan, sobre todo en lo extradeportivo. Nos hablamos dos por tres, ahora cuando me lesioné me llamó. Me dijo que había puesto el partido sólo porque jugaba yo y que después que salí ya perdió interés en el juego. Tenemos una relación espectacular”, añadió.
Lo insólito es que Carrasco siempre lo sacaba a pesar de que era uno de sus jugadores preferidos. “Sé que soy un jugador que a Juan le gusta mucho. Y siempre me quiso hacer completo, extremadamente completo. Y quizás yo no le podía dar el 100% lo que me pedía. De la mitad de la cancha hacia adelante yo le servía mucho para su juego, pero de la mitad para atrás, no le podía dar todo lo que me pedía. Al menos en aquel momento, hoy capaz que con otra madurez la realidad podría ser otra. Yo le daba un gol y tres jugadas de gol, pero atrás no le hacía lo que él me pedía. Entonces se calentaba por esa parte y me sacaba. Me pasó en aquel partido 6 a 3 con Nacional. Hice el primer gol y la jugada del segundo y terminé saliendo por un error en un gol de Nacional. Creo que no llegué al segundo palo”, contó quien sin embargo nunca habló con Carrasco para darle o pedirle explicaciones.
“Nunca le cuestioné por qué me sacaba siempre a mí aunque estuviera jugando bien. Siempre lo respeté porque yo sabía que soy un jugador que quiere mucho”.

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