COPA DEL MUNDO

Pasó el estreno de Uruguay en la Copa del Mundo. Fue con empate sin goles ante Corea del Sur y como ocurre en cada partido hubo cosas buenas y malas que quedaron como consecuencia del encuentro.

Darwin Núñez: La entrega fuera de su puesto.

Darwin Núñez jugó de delantero, en su posición habitual, pero cuando el partido se lo pidió tuvo que dejar esa versión para ser prácticamente un volante por izquierda. Cumplió y hasta recuperó pelotas ayudando en defensa a Mathías Olivera, el lateral izquierdo.

Diego Godín: Demostró estar a la altura.

Mucho se habló sobre qué versión de Diego Godín se iba a ver por lo poco que jugó previo a la Copa del Mundo. El Faraón estuvo a la altura, jugó un gran partido y hasta estuvo a punto de anotar el gol del triunfo con un cabezazo que pegó en el palo.

Seguridad: El arco de Sergio Rochet no recibió goles.

El nacido en Colonia hizo su debut en una Copa del Mundo y cumplió con una buena actuación. Se mostró seguro, salvo un error sobre el final, y cerró su estreno sin recibir goles lo que también consiguió por el buen nivel que tuvieron los zagueros de la Celeste.

Federico Valverde: La actitud del Halcón y su buena pegada.

Si hubo una característica de Federico Valverde que se destacó en el inicio de una nueva temporada del fútbol europeo fueron sus goles. El hecho de que muchos de ellos hayan llegado con remates desde lejos lo han convertido en una pieza muy importante para Uruguay y también un peligro para los rivales.

Lo cierto es que el Halcón hizo gala de su buena pegada con el disparo sobre el final del encuentro que se estrelló en el vertical derecho del arco coreano. Pero más allá de ese remate, el volante del Real Madrid fue uno de los futbolistas de mayor actitud en cancha. En defensa cooperó con los centrales cuando Corea atacó, mientras que comandó varios de los ataques que nacieron en sus pies. Una prueba clara de ello fue la jugada que se dio sobre el final del encuentro donde se barrió, cortó un ataque rival y celebró casi como si fuera un gol.

Cambios: Demoras en las variantes.

Salvo el ingreso de Edinson Cavani, que se dio en el minuto 64 en lugar de Luis Suárez, el resto de los cambios pareció demorar un poco más de lo que necesitaba el encuentro, sobre todo porque había varios jugadores que se notaban un tanto cansados.

Ausencias: Los que no ingresaron.

Nombres como los de Giorgian de Arrascaeta, Facundo Torres y Agustín Canobbio, teniendo en cuenta lo que fue el trámite del partido, pareció que podrían haber sido adecuados para jugar unos minutos y darle un cambio de rostro al ataque celeste.

Empate: Dejó dos puntos de arranque.

Es cierto que todavía faltan seis puntos por disputarse, pero arrancar dejando dos unidades en el camino no era lo esperado en la planificación de Uruguay. Es cierto que sumó uno, pero Portugal ya se empieza a distanciar tras quedar como líder del grupo.

Efectividad: Faltó y Uruguay lo terminó pagando caro.

La falta de efectividad fue una de las fallas de Uruguay en su estreno mundialista, si se tiene en cuenta que las situaciones de gol que generó con jugadas colectivas no fueron bien concretadas. De hecho, las más claras terminaron siendo un cabezazo de Diego Godín que se originó de un tiro de esquina, y luego un remate desde lejos de Federico Valverde que se estrelló en el vertical derecho del guardameta rival.

Las que tuvo Darwin Núñez no las pudo cerrar de forma precisa. Además, fue un encuentro en el que Luis Suárez, que arrancó de titular, no entró en conexión con la pelota de la forma esperada. Algo similar le ocurrió a Edinson Cavani, que no pudo contar con una chance nítida de gol, aunque claro está, también es parte de un déficit en la creación de juego que Uruguay no pudo tener por las bandas y tampoco por los hombres que jugaron por el centro.