ARGENTINA
Con un gol de Diego Valoyes, el equipo cordobés venció 1-0 a Godoy Cruz y ahora buscará el título del certamen en la definición ante Boca Juniors. Además se clasificó a la Copa Libertadores.
Talleres sigue haciendo historia de la mano del Cacique Medina y en esta ocasión se metió en la gran final de la Copa Argentina donde podría ganar su primer gran título a nivel local.
El equipo cordobés se impuso por 1-0 ante Godoy Cruz en la semifinal gracias un tanto de Diego Valoyes y así accedió a la definición donde se medirá ante Boca Juniors el próximo miércoles.
El detalle a tener en cuenta es que el elenco tallarín no posee títulos en Primera División y si bien este torneo nuclea a todas las divisionales, será de los más importantes del palmarés del club junto a la Copa Conmebol que consiguió en 1999.
A propósito, el hecho de ingresar a la final de la Copa Argentina ya le aseguró también asegurarse un lugar en la próxima Copa Libertadores, aunque todavía deberá definir en qué fase comenzará.
En el equipo dirigido por el entrenador uruguayo, tuvo actividad su compatriota Michael Santos que se retiró en el tercer minuto de descuento del choque disputado en San Luis.
La perlita del Cacique Medina
Quedaban 15 minutos para el cierre del partido y Talleres ganaba 1-0, pero era obvio que el rival se iba a tirar arriba en busca del empate y por eso el entrenador uruguayo debía reacomodar las piezas.
En la transmisión televisiva se dieron cuenta que Medina hablaba con un asistente y que este rápidamente se fue atrás del arco de su guardameta, Guido Herrera, a darle un mensaje.

A los pocos minutos de esa indicación para el arquero, Herrera se tira el piso y acusa estar sentido. La sanidad ingresa a atenderlo, pero todo pareció una estrategia de Medina.

En el momento en el que Herrera cae al piso, Medina llamó rápidamente a todos sus jugadores y con pizarra en mano les empezó a dar indicaciones de cara al final del encuentro.

El hecho no pasó desapercibido en redes sociales y tampoco en la prensa argentina que comparó, en parte, al recordado "bidón" de Bilardo en el choque entre Argentina y Brasil en el Mundial de Italia 1990.