COPA LIBERTADORES
El volante de Nacional ingresó a los 78' y con una gran definición le dio a su equipo la victoria 1-0 sobre Atlético Mineiro.
Iban 78 minutos y Nacionalprecisaba asegurar el cero en el arco. Es esa una filosofía del técnico Álvaro Gutiérrez, pero en este caso era además una necesidad. El tricolor estaba consiguiendo de visitante ante Atlético Mineiro el punto que le daba la clasificación a los octavos de final de la Copa Libertadores y ya no hacía falta atacar, sino defender.
Entonces, el entrenador mandó a la cancha a Felipe Carballo en sustitución de Gonzalo Bergessio. Estaba más que claro cuál era la idea, pues salía el centrodelantero y goleador del equipo para darle paso a un volante de contención a fin de reforzar el gran trabajo que hacía la retaguardia, incluido (y fundamentalmente) el arquero Luis Mejía.
En realidad “Guti” ya había ordenado una variante con sesgo ofensivo al darle cabida a Octavio Rivero por Gustavo Lorenzetti (quien debutó en el torneo continental con la camiseta de Nacional y lo hizo como titular), por lo que ciertamente volvía a una postura más conservadora con el ingreso de Carballo. Lo que no se esperaba el técnico, ni los hinchas, ni Felipe era que esa variante definiría más que la clasificación, el partido. Y todo fue por una combinación entre futbolistas que tenían como prioridad defender.
Matías Zunino le puso un pase sobresaliente a Carballo, quien picó habilitado, recibió y al ver que el arquero quedó a medio camino entre ahogarle o cubrir el arco, definió por sobre su cabeza para ponerla contra el segundo palo. Gol. Golazo del joven volante que definió como lo hacen los cracks brasileños para sellar el triunfo 1-0. Lo disfrutó Nacional, que ahora tiene su propio Felipão.