ENTREVISTA
Retirado del fútbol profesional, el delantero sigue en movimiento jugando en Wanderers de Artigas en OFI, pero empieza visualizar su futuro como director técnico.
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Faltan pocos días para que Carlos Bueno festeje su cumpleaños número 42 y lo hará en su “pago”, el departamento de Artigas. Tras retirarse del fútbol en 2020, luego de un breve pasaje por Cerro Largo, el futbolista colgó los botines o más o menos, porque volvió a jugar en la Organización de Fútbol del Interior (OFI) para Wanderers de Artigas.
Entre el fútbol profesional y OFI hay un abismo, especialmente desde el punto de vista del compromiso y el sacrificio que los futbolistas imprimen en cada partido, reveló el delantero a Ovación.
“Uno está acostumbrado de una manera, cuando llegás al interior, en especial bien al norte como estoy yo, hay mucha pasión por el fútbol, pero no esas sinceras ganas de entrenar y respetar. Cambia mucho, porque como profesional no estás acostumbrado en nada a lo que es, ni el ritmo, los jugadores, que se enojan todos y es muy difícil”, señaló.
“La decisión de jugar en OFI vino de la mano de la intención de disfrutar del pueblo, mis hijos, amigos y empecé a hacerlo en Wanderers de Artigas. Lo estoy haciendo con mucha calma”, indicó Bueno.
Además, el futbolista está aprovechando el momento para estudiar el curso de entrenador y ya está cursando la licencia PRO, que lo habilitará para dirigir equipos de Primera División.
“He aprendido muchísimo, porque más allá que tengo muchos vestuarios, la experiencia de estudiar ha sido lo más importante. Sigo aprendiendo porque aún no lo finalicé”, detalló.
El delantero consideró que si bien el conocimiento de jugador aporta a su saber, ahora se da cuenta que si bien el conocimiento de quien juega es importante, hay que tener más formación.
“La idea es recibirme y trabajar en donde me toque para ir creciendo como entrenador. No sé si será en Uruguay o en el exterior, aún no me lo planteé. Lo sabré el día que tenga la oportunidad”, aseguró.
Sobre su futuro en Wanderers de Artigas, no lo tiene muy claro porque aún no firmó y no sabe si seguirá jugando o probará suerte dirigiendo algún cuadro local para ganar experiencia.
Experiencia.
Carlos Bueno pasó por 16 equipos del fútbol profesional y vivió en ocho países distintos. Entre los más destacados figuran Peñarol, París Saint-Germain, Boca Juniors, San Lorenzo, Universidad de Chile, Querétaro y Real Sociedad.
De todos se llevó algo y cada lugar en el que vivió le gustó y aprendió cosas. Sin embargo, algunos equipos fueron especiales.
“En México me sentí muy cómodo en todo sentido; en España también; y, obviamente, Peñarol, es mi casa”, sostuvo.
Respecto a las ciudades en las que vivió destacó la suerte que tuvo de vivir en lugares muy lindos y cómodos.
“Buenos Aires, Santiago de Chile, Querétaro y, por supuesto, San Sebastián que es un espectáculo”, detalló el ex delantero de Real Sociedad.
El fútbol le dejó muchos amigos. Prefirió no nombrarlos, pero aseguró: “Lo lindo del fútbol es eso, tener gloria, campeonatos y haber levantado muchos trofeos, pero lo que queda son las amistades. Algunas son conocidas y otras no, pero lo lindo es saber que podés levantar un teléfono y hablás con cualquier excompañero y tenés las puertas abiertas de los lugares donde están trabajando y eso es lo más gratificante hoy en día”, señaló.
Y agregó: “La semana que viene, el 10 de mayo es mi cumpleaños y la situación es que voy a tener millones de mensajes, incluso de personas que no veo hace muchos años, pero el cariño y el aprecio estará siempre y eso es lo más lindo”.
Referencias.
Rememorando su carrera deportiva, el artiguense reconoció que no tiene un técnico al que planea seguir en el futuro por estilo de juego.
“En el vestuario el técnico es el capitán del barco, el que manda”, indicó.
Sin embargo, reconoció que algunos de esos profesionales lo marcaron desde lo humano, más que lo futbolístico: “Tuve grandes personas como entrenadores como fue Martín Lasarte, algo que siempre digo, o Julio Ribas, a quien estoy muy agradecido porque me hizo debutar, me hizo crecer mucho y me hizo hombre”, reveló.
Bueno fue un gran goleador, pero asegura que para él cada tanto significó lo mismo. Pese a ello, algunos fueron más importantes que otros con el pasar de los años.
“Para mí cada gol era más lindo que el otro. Sin embargo, tengo una anécdota: cuando debuté en la Real Sociedad se me dio una jugada para rematar y no lo hice. Martín Lasarte, que era el técnico, me rezongó y me dijo por qué no pateaba. En la siguiente le pegué y fue gol. Ganamos 1 a 0 y a la larga salimos campeones por tres puntos. En ese momento un compañero me dijo, ese gol que hiciste nos dio un campeonato y eso me quedó. Por ahí no hay un gol más lindo que el otro sino la importancia que le damos a la larga”, concluyó.
Las historias que le regaló el fútbol
Para Charly el fútbol le enseñó mucho, más allá de las habilidades deportivas, le sirvió para aprender de cada técnico y compañero a muchos niveles. Hoy, con la cabeza puesta en el retiro y el futuro, reconoció a algunas figuras destacadas que pasaron por su vida como los uruguayos Martín Lasarte, Julio Ribas, Diego Alonso o el francés Antoine Griezmann.
Lo que Diego Alonso le dejó
La amistad con Antoine Griezmann
Los recuerdos con la celeste
"Tuve la suerte y el sueño que tiene todo jugador de fútbol de haber estado en la selección de mi país y lo disfruté al máximo”, dijo el delantero sobre la Celeste.
“Estuve con Jorge Fossati, Juan Ramón Carrasco y Óscar Washington Tabárez. Fueron épocas muy diferentes en la selección”, destacó Bueno.
"Si bien las generaciones cambiaron, el fútbol sigue siendo el mismo y las cosas no cambiaron tanto”, señaló el futbolista que jugó Copa América.
"Todos los técnicos me dejaron mucho. Cuando uno va creciendo se da cuenta de todo lo que vivió y aprendió”, concluyó.