ESPAÑA
Germán Olmedo llegó hace ocho meses a Cataluña con un propósito: especializarse en la paella. Sin embargo, el destino le preparó una sorpresa que no estaba en sus planes: cocinar para el Barcelona.
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Se llama Germán Olmedo y es chef uruguayo. Se enamoró de la cocina por su madre y añora sus milanesas, las cuales califica como “insuperables”. Tiene 36 años y, tras 12 cocinando en Suecia, hace ocho meses desembarcó en Cataluña con un propósito: especializarse en la paella. Sin embargo, el destino le preparó una sorpresa que no estaba en sus planes: cocinar para el plantel del Fútbol Club Barcelona.
“Venía un poco con la idea de cambiar, llevaba muchos años viviendo en Suecia, y el objetivo era poder dedicarme a la cocina catalana que está muy en auge. Tenía ganas de venir a vivir acá desde hace mucho tiempo y dedicarme principalmente a los arroces”, contó a Ovación.
“Este es mi segundo viaje del arroz. El primero lo tuve con el sushi, donde trabajé en Punta del Este e incluso varios sushiman se formaron conmigo. Ahora la idea en Barcelona es dedicarme a la paella, precisamente al método de cocción que se llama socarrat. Es cuando hacés la paella con un cristalizado debajo, donde las proteínas y las grasas del caldo justamente se cristalizan”, sumó.
Germán consiguió rápidamente su objetivo. Obtuvo trabajo en un restaurante y comenzó a especializarse en lo que tanto anhelaba; pero días atrás le llegó una propuesta que no estaba en sus planes. “Por intermedio de este trabajo me contactaron del catering que tiene el FC Barcelona para realizar un servicio de arroces en el partido ante Benfica por la Champions League (el pasado martes). Necesitaban alguien especializado en arroces”.
“Sigo en el restaurante. El FC Barcelona es como un segundo trabajo. Ya me dijeron que me voy a quedar para hacer todas las extras de Champions”, indicó.
El uruguayo tuvo su estreno esta semana trabajando en el Camp Nou. Cocinó para los jugadores, dirigentes, organizadores y los palquistas. Como si fuera poco, el Camp Nou entero lo “ovacionó” en su debut. “Me tocó cocinar todo el partido escuchando los cánticos de la hinchada. En un momento determinado Ronald Araújo anotó un gol (que luego le anularon por posición adelantada) y todo el estadio arrancó a gritar: ‘¡u-ru-guayo, u-ru-guayo!’ Mis compañeros de cocina me decían que me estaban gritando a mí”, reconoció entre risas.
Para entrar a trabajar en el conjunto Culé, Germán tuvo que firmar un contrato de confidencialidad. “Ahí se especifica que no podés tomarte fotos con los jugadores ni con los familiares de ellos. Sin embargo el contrato no dice nada de las instalaciones. Entonces en los momentos que tuve libre pude sacarme fotos en el Camp Nou”, contó.
Sobre el encuentro con los protagonistas, detalló: “Ellos vienen, comen, nosotros estamos calladitos. La mayoría vinieron escuchando su propia música. Es un momento donde están todos muy concentrados. Es un momento de silencio. Algunos hablan entre ellos, pero hasta ahí”.
El catering del Barça lo integran 14 cocineros: 12 catalanes, un rumano y Germán. Por eso, el chef uruguayo está haciendo principal hincapié en aprender a hablar catalán. “Estoy a full con los cursos. Es fundamental para crecer en la profesión. Ya domino cinco idiomas: español, inglés, sueco, francés, italiano y ahora voy por el sexto con el catalán”.
Carrera y futuro
Germán estudió en el Gato Dumas en el año 2004. Después en 2008 viajó a Estocolmo, Suecia, donde se transformó en el primer uruguayo que cocinó en los Premio Nobel. Lo hizo durante tres ediciones: 2008, 2009 y 2010. En 2010 trabajó para la boda de la princesa sueca Victoria y Daniel Westling. En 2015 se dedicó a cocinar para los refugiados durante la crisis migratoria de Grecia y en 2016 participó en el Festival de Cannes.
“Venir de tener tantos sucesos en otras partes del mundo y hacer borrón y cuenta nueva en otro lugar como Cataluña, es meritorio. Uruguay ya no exporta cerebros, también buenas manos”, remarcó.
“Lo que vine a buscar a Barcelona, más que cocinar en el club, es introducirme en las Estrellas Michelin. Es lo último que me falta en la carrera. Aquí es la región mundial que tiene más estrellas por kilómetro cuadrado. Es una oportunidad muy grande de entrar a esa élite de cocineros”, puntualizó.
¿Qué son las Estrellas Michelin? “Son tres puntuaciones: una estrella, dos o tres. La estrella marca un nivel de excelencia y recomendación para ir a comer. Miran desde la comida hasta la vajilla, el tipo de servilleta y los baños. Hay restaurantes que se matan y van a pérdida con tal de conseguir la estrella. Uruguay no cuenta con estrellas. En Brasil hay, en Argentina ahora hay uno ahora que también tiene, pero en Uruguay no. Por eso lamentablemente hay que salir del país para poder llegar a ese tipo de restaurantes”, explicó.