Estaba a punto de irse a las Cataratas con su familia. Hasta su retiro como jugador, a fines de 2023, era difícil hacer coincidir las vacaciones... pero el teléfono volvió a sonar con un nuevo desafío para Álvaro Navarro en Defensor Sporting; el club que lo vio nacer, bajar, subir y también salir campeón uruguayo.

Cuando colgó los botines le ofrecieron dirigir en formativas pero el Chino tenía bien claro que quería ser entrenador de Primera División y se estuvo preparando para ello. “Desde 2019 venimos analizando los partidos de Defensor y nos juntamos para ver qué vio cada uno”, contó Navarro, en referencia al profe Alberto Mena, que será su ayudante de campo y es el artífice de esta nueva etapa del ídolo.

“Cuando volví de México me agarró el profe y me puso a hacer el curso. Hasta el día de hoy le paso diciendo que estoy recontra agradecido. Me abrió la cabeza y empecé a ver cosas que antes jugaba y no las veía. Creo que desde hace dos o tres años me venía sintiendo más entrenador pero sin interferir con los que estaban”, reconoció el Chino, que destacó el buen trabajo de Marcelo Méndez y Martín Varini en sus etapas en Defensor. “Este momento no es para cambiar y hacer cosas raras sino de seguir más o menos por la misma línea y de a poquito ir cambiando cosas que uno vea que son necesarias”, afirmó quien podría tener un gran desafío.  

Foto: Francisco Flores | Archivo El País

Lautaro Navarro, de 16 años, es uno de los goleadores de las formativas violetas y tiene un buen presente en las juveniles de la selección uruguaya y, con el paso del tiempo, podría llegar a estar bajo las órdenes de su padre.

“Primero que nada tiene que hacer los méritos para llegar a Primera. No es que uno quiere quemar etapas solo porque seamos padre e hijo. Tal vez es más difícil para Lautaro que yo sea su técnico que para mí. Se irá viendo con el tiempo pero si cabe la posibilidad que suba por las condiciones y porque nos está faltando gente, va a subir sin dudas”, manifestó el nuevo entrenador de Defensor Sporting.

Navarro fue recibido de muy buena manera. “Cuando llegas a Pichincha, parás el auto y vienen tres, cuatro compañeros del plantel y te abrazan, ahí te dejan sin palabras. Parece que llegué a un club del que nunca me fui y eso me juega a favor porque conozco a la mayoría desde hace mucho tiempo y la verdad que los quiero un montón”, dijo el Chino, que definió esta nueva etapa de su vida como “un sueño hecho realidad”.

Foto: Leonardo Mainé | Archivo El País