ELIMINATORIAS
La estrella del AC Milan retornará al combinado de su país con el número 11 en la espalda y será la gran atracción de la jornada europea.
A sus 39 años, el inoxidable Zlatan Ibrahimovic hará el jueves su regreso a un equipo de Suecia bien diferente al que dejó en 2016, en una vuelta atrás de su jubilación internacional muy esperada, a tres meses de la Eurocopa.
El delantero del AC Milan, que se había retirado del plano internacional tras la Eurocopa-2016, vestirá este jueves por primera vez desde hace casi cinco años la camiseta sueca, con un nuevo número, el 11. Enfrente: Georgia (16:45 de Uruguay), dirigida por el exinternational francés Willy Sagnol, para un partido de Eliminatorias del Mundial-2022.
Personalidad única y ego sobredimensionado, Ibrahimovic asegura hoy que hará "lo que deba hacer para ayudar al equipo de la mejor manera posible".
"Solo soy una pieza más del rompecabezas, entre muchas otras", aseguró el lunes en su primera rueda de prensa en la selección, "pero si me preguntan, ¡soy el mejor del mundo!", bromeó.
"Es un muy buen futbolista, el mejor que hemos tenido en Suecia", reconoció antes el seleccionador Janne Andersson, que llegó al frente del equipo un día después de la primera retirada internacional de Ibrahimovic.
A sus mandos, las estrellas han dejado lugar al colectivo. "Ibra" entra por tanto "en una jerarquía mucho más horizontal, donde no puede esperar tomar protagonismo de la misma manera (que en 2016)", afirma a la AFP Noa Bachner, periodista deportivo del tabloide Expressen.
Hace pocos meses, Zlatan Ibrahimovic, 116 partidos internacionales y 62 goles en selección, había confiado a la prensa que "extrañaba" llevar la camiseta amarilla de Suecia. Después se había reunido con el seleccionador, con el que tuvo relaciones tensas en el pasado.
Si, según los especialistas, la llegada de Ibrahimovic no va a cambiar probablemente el equipo nacional, su presencia puede darle "otra dimensión", estima Olof Lundh, periodista de fútbol de la cadena sueca TV4.
El jugador del Milan, en plena forma esta temporada pese a varias lesiones cuando se acerca a sus 40 años, mostró "que es todavía un muy buen finalizador y es algo que todo equipo podría tener", explica el experto.
¿El riesgo? Que el juego gire demasiado en torno a la estrella. Antes de su marcha "era la selección de Zlatan (...), ahora los jugadores corren el riesgo de querer encontrar a Zlatan, concentrando el juego alrededor de él", avanza Olof Lundh.
El regreso al equipo nacional de su máximo goleador ha dividido a menudo a la nación escandinava, entre los incondicionales que desean volverlo a ver y los que arguyen que no tiene lugar en un equipo que ha logrado clasificarse sin él en las competiciones internacionales.
"El regreso de Dios", como el propio jugador ha lanzado, ha hecho que llegue un viento de optimismo a las filas del equipo.
"Llega con una experiencia increíble y ha crecido enormemente. Tiene una mentalidad fuerte de ganador que seguro que nos transmitirá", reaccionó en la prensa sueca el capitán Andreas Granqvist, el mismo que aseguraba "punto final a los egos, punto final a los clanes", cuando no estaba Ibrahimovic en el Mundial-2018.
Una labor de equilibrista espera ahora al seleccionador: "administrar las expectativas de Zlatan respecto a sus compañeros y su mentalidad de ganador a cualquier precio, sin perjudicar a otros o a la armonía del grupo", explica Noa Bachner.
Sin su gigante de 1,95 metros, Suecia se clasificó directamente para la Eurocopa, donde se enfrentará en fase de grupos en la primera ronda a España, Polonia y Eslovaquia.
Pero el equipo nacional sale de una dolorosa campaña en Liga de Naciones: 1 victoria, 5 derrotas, y un descenso.
Aunque la lista para la Eurocopa se conocerá en mayo, la presencia de Ibrahimovic es muy probable, salvo lesión. Mientras tanto, al "dios" Zlatan se le espera para el partido de clasificación al Mundial de Catar-2022 contra Kosovo el 28 de marzo, y frente a Estonia en amistoso el 31.