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“Mi cuadro ideal es muy ofensivo. Lo armé basándome en la calidad de los jugadores. Se me generaron dudas y estoy seguro que dejo afuera a jugadores de mucha calidad también. Me decidí por estos, pero estoy seguro que estoy cometiendo alguna injusticia. Con Córboba, el arquero, por ejemplo. O el “Pato” Juan Ferreri en el medio, pero había que elegir 11. Es un equipo muy ofensivo. Me pregunto quién va a marcar, je. Aunque hoy en día hay que saber cumplir con las dos funciones. Si lo miro hoy con ojos de entrenador, trataría de trabajar para que cumplieran las dos funciones. Pero técnicamente es un equipo muy bueno. Tuve la fortuna de jugar con muy buenos futbolistas, de características muy variadas”, expresó Guillermo Almada.

“Siempre fueron los grandes. En mi época de Defensor eran peleas palmo a palmo con los grandes por el campeonato. Los grandes eran muy duros y además, siempre tenían un plus. Capaz que Peñarol nos costaba un poco más, era la época del Quinquenio y el equipo de Gregorio tenía muy buenos jugadores, como Pablo (Bengoechea), Darío Silva, el Marujo Otero y otros”.

“Fue a Rampla, en la reinauguración del estadio Franzini que lo habían arreglado, en 1998. Íbamos perdiendo y empatamos 2 a 2. Yo hice el segundo, el del empate. Fue de media distancia, casi de la mitad de la cancha, en el arco de Julio Herrera y Reissig. Seré era el arquero de Rampla. Hice alguno importante en la definición del campeonato en 1991, pero elijo ese”.

“No haber aceptado una oferta que tuve de Europa, del fútbol español. La deseché por hacerle caso a mi representante de entonces y me arrepiento. Pero no voy a responsabilizar a nadie, la negativa fue mía. La decisión final es del jugador. Tenía 24 o 25 años, ya era un adulto que sabía lo que hacía. Me quedé esperando que viniera otra cosa mejor, pero no vino nada”.

“Sin dudas en Uruguay. He vivido en lugares hermosos. México es precioso, Guayaquil también. Me ha tocado vivir en Cali y en Chile que es un país espectacular, pero sin dudas me quedo con Uruguay. Y no sólo con Montevideo, me tocó vivir en Tacuarembó que me encanta. Y tengo un emprendimiento de campo en Tacuarembó. Añoro estar en Uruguay, se extraña mucho”.

“El de Defensor que fue Campeón Uruguayo en 1991. Fue una etapa muy buena. Ganamos el Uruguayo y la Liguilla. Capaz que no jugábamos muy vistoso, pero teníamos muy claro a lo que jugábamos. Era un equipazo. Estuve muchos años en Defensor y en buenos equipos, pero ese fue el mejor de todos”.