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“Es difícil de hacer un once porque se cometen muchas injusticias, porque hay tres o cuatro jugadores muy buenos por puesto. Es más, podría armar un equipo solamente con los futbolistas que tuve de compañeros, otro con los que tuve de rivales y también otro con los que pude ver. Mi primer equipo lo hago con un mediocampo muy ofensivo. Te cuento que Messi, Maradona y Ronaldo fueron los únicos tres tipos por los que cambiaba mis horarios de mi vida para poder verlos en directo cuando jugaban. Hago otro equipo con Ladislao Mazurkiewicz, Víctor Diogo, el ‘Indio’ Walter Olivera, Juan Rocchia, Oscar Garré; Carlos Ischia, Gerónimo Saccardi, Ruben Paz; Oscar Dertycia, Fernando Morena y Venancio Ramos”.

“No jugué ese partido, pero lo sufrí un montón. Lo más duro fue por el Mundial de Alemania 1974 cuando nos tocó jugar contra Holanda. La verdad, fue una impotencia total jugar contra ese equipo, eran extraordinarios y no tengo dudas que a nivel de Selección fue lo mejor que vi. Mejor que el Brasil de 1970. La verdad que ese partido fue durísimo”.

“El mejor gol que hice diría que el fue el tercero de la noche gloriosa para mí del encuentro clásico que le ganamos a Nacional 5 a 1 y salimos campeones. Después hice un gol importante, quizás no tan lindo como aquel del clásico, pero si de trascendencia para clasificar con Vélez Sarsfield a la final del año 1979. El gol se lo hice a Rosario Central”.

“Me hubiera gustado pegar un madurazo antes en mi carrera deportiva. Empecé a entender el juego medio de grande y quizás es medio normal que pase esto, pero siento que regalé muchas cosas por no entender el juego. Tampoco en esa época había muchos técnicos que te ayudaban a entenderlo al juego, hoy ha cambiado mucho y me hubiese gustado jugar ahora”.

“Seguramente lo haría cerca del mar y especialmente con un clima medio cálido. Es cierto que he conocido muchos lugares lindos en el mundo y ciudades magníficas, pero ahora que hay Internet, o sea que estás conectado con todos los familiares y amigos, me iría a instalar para el lado de La Paloma, seguro que por ahí hay lugares espectaculares”.

“En este caso debo decir que el mejor equipo que integré fue el Ferro Carril Oeste del año 1981. Me pasó que entraba y que sentía que ganábamos siempre, que no había posibilidad de que empatáramos. Era una manera de entender el fútbol. Salimos segundos los dos campeonatos, pero yo realmente me sentí campeón”.