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“Empiezo con Fernando Álvez porque tuvimos una gran relación y tenía unas condiciones excepcionales. En el fondo de lateral derecho el ‘Chico’ Moreira por su potencia, de zaguero derecho al mejor que tuve de compañero porque era muy completo, el ‘Polilla’ De los Santos” y luego el Hugo De León que era un grande y Washington González porque era incansable, iba sin pausa; al medio Dener, un talentoso que falleció en un accidente Dema (Waldemar Barbosa) un 5 excepcional, Ruben Paz porque el ‘Cabeza’ era un jugador espectacular. Después pondría al ‘Chicharra’ Ramos porque era diferente y Waldemar Victorino porque hizo los goles necesarios y el ‘Cascarilla’ Morales. Tengo a Paulo Isidoro y Serginho también”, contó Rodolfo Rodríguez.

“El partido más difícil fue la final de la Intercontinental contra el Nottingham Forest, porque independientemente de que ellos andaba muy bien, al comenzar el partido parecía que jugaban a otro deporte por la dinámica que impusieron. Tuvimos la suerte de que no se cometieron errores y eso fue fundamental. De haber habido un error la historia hubiese sido otra”.

“La mejor de todas fue muy completa y fue con el Santos en 1984 contra el América de Rio Preto en Vila Belmiro. No me olvido más, era un sábado. Atajé como cuatro veces la pelota, me pateaban de muy cerca y hasta el día de hoy esa acción la siguen recordando. Es más, en el estadio, como con el gol 1.000 de Pelé, hicieron una placa recordando esa jugada”.

“Cometí muchos dentro de la cancha y fuera de ella. La nota me parece que no es tan grande como para que diga todos los que cometí adentro (risas). El error fue haberme ido del Santos. Si bien en Nacional jugué ocho años y era mi país, en Santos estuve cinco años y me trataron como a un hijo, hasta el día de hoy la gente me ofrece su cariño”.

“En dos lugares: Santos y en Sicilia. Santos es una ciudad muy parecida a Montevideo. Tiene una belleza natural excepcional y todo el mundo que va allí se termina enamorando. De Sicilia me encantó la vida, fui varias veces después de haberla conocido. Es otra cosa, otro mundo, al realizar las comparaciones, pero también viviría sin problemas allí”.

“Fue el Nacional de 1980, por supuesto. Empezamos con poco crédito, hasta quizás nosotros tampoco creíamos que se podía llegar al lugar que lo hicimos. Poco a poco fuimos creciendo gracias a la experiencia de Víctor Espárrago, el ‘Cacho’ Blanco, el ‘Cascarilla’ y nos agarró una época buena. Y el Santos de 1984 con jugadores formidables”.