Un mago. Un ilusionista. Un diferente. Todo eso era Fabián O'Neilladentro de una cancha de fútbol. Pero todo lo que tenía de espontáneo con la pelota lo tenía, también, cuando se sacaba la camiseta y enfilaba hacia los micrófonos.
Fallecido este domingo a sus 49 años, el exfutbolista de Nacional dejó una decena de historias curiosas sobre el tintero que tienen repercusión hasta el día de hoy. Una de ellas fue la recordada salida que tuvo en televisión al referirse a Diego Forlán.
Consultado en el programa Sin Límite de VTV por su excompañero de selección, que recientemente se había separado de Zaira Nara, O'Neill repartió elogios y lo terminó defendiendo pese a que, aclaró, eran de dos "bandas diferentes".
"Yo lo defiendo a Diego, lo voy a defender toda la vida. No soy amigo y nunca fui; compartimos cosas, jugamos juntos al fútbol. Yo soy amigo del negro (Richard) Chengue (Morales), de Darío Rodríguez, de (Mario) Regueiro, el negro O.J. (Morales). Al lado de nosotros, (Forlán) no toma, no fuma, no hace nada, entonces no podemos estar al lado de él. Nosotros somos de la otra banda, pero él siempre respetó la nuestra y nosotros la de ellos", explicó.
"Es un fenómeno de persona, porque nosotros cuando precisábamos sacar un coso, que no sabíamos prender la computadora... bah, sabíamos, pero el negro (Gustavo) Méndez, el Chengue, mamados los dos, ¿qué íbamos a prender? No sabíamos prender nada, entonces le dábamos a Forlán", continuó.
Y remató: "Él es más inteligente, el tuvo más estudios, nosotros lo único que hicimos fue tomar vino, andar en la vuelta y jugar fútbol".
Esa fue una de las tantas veces en las que su nombre estuvo en agenda no precisamente por un hecho deportivo. Pero hubo otras en las que sí resono por cuestiones meramente futbolísticas.
Una de esas ocasiones sucedió en 1995 cuando el futbolista, conocido como Mago, se deshizo de Nicolás Rotundo dos veces apostando al mismo recurso. La anécdota quedó registrada en el libro Hasta la última gota, de los periodistas Federico Castillo y Horacio Varoli, que en un pasaje recuerda cómo O'Neill, jugando para Nacional, le anticipó a Nelson Abeijón que le haría dos caños al volante de Peñarol. "Pero Fabián, ¿por qué no hacés un gol que es mejor?", le preguntó su compañero. "Abejita, yo le encajo dos caños y vamos a jugar con uno más", respondió el talentoso futbolista, que provocó la expulsión del volante aurinegro.
Similar a esa fue la jugada que pintó todo su talento en Italia. Nada más ni nada menos que frente al aguerrido mediocampista Gennaro Gattuso. Le hizo uno, dos y más tarde llegó el tercer caño. “La próxima te mato”, le dijo el italiano tras la acción.
Otra de los episodios que empañan a la perfección la carrera del uruguayo se le atribuye a Zinedine Zidane. El exfutbolista francés -hoy entrenador- supo ser compañero de O'Neill en Juventus y quedó asombrado con su habilidad. Así lo hizo saber en declaraciones que dio años después de retirarse: "O'Neill es el mejor jugador con el que jugué en mi vida".
La compra de 1.000 vacas
El libro que retrata la vida del mediapunta afuera de la cancha recuerda que, ya retirado, a los 30 años, se le dio por comprar vacas. Al repique de "plata y miedo nunca tuve", se arrimó a una subasta de ganado borracho y no paró de levantar el brazo. Así fue que mientras un monitor pasaban los rebaños lo advirtieron de que había comprado 1.104 vacas.
Su vida terminó de la peor manera. Perdió los más de US$ 13 millones que había generado y falleció debido a una cirrosis crónica.