Clásico: el buen presente de Repetto contra el don de ganarle a Nacional de Ramos

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Leonardo Ramos y Pablo Repetto.

DUELO DE TÉCNICOS

El director técnico de Peñarol es un especialista en vencer a los tricolores: suma tres triunfos en seis partidos clásicos y con Danubio ganó siete de los 10 encuentros que dirigió.

Pablo Repetto fue de menos a más desde que llegó a la conducción técnica de Nacionala mediados de diciembre de 2021. Lo que a fines de febrero y comienzos de marzo de 2022 era un mar de incertidumbre, porque los resultados en el amanecer del Apertura no lo acompañaban y el clásico había terminado con triunfo de Peñarol por 1-0, hoy se traduce en un esquema definido, que casi no varía de un fin de semana a otro y tiene al equipo peleando los primeros puestos de las dos tablas principales (Clausura y Anual).

Ese vaivén tricolor se encontró con dos sacudones a los que supo surtir. Uno fue en mayo, cuando quedó afuera de la Copa Libertadores y el otro en agosto, al perder con Atlético Goianense una semana después del regreso de Luis Suárez.

Repetto se rehizo y buscó rápidamente que sus jugadores se abocaran al Torneo Intermedio, que los tenía primeros. Los futbolistas le cumplieron sosteniendo su idea de juego: salida prolija desde abajo con los centrales, opción de pase marcada con dos mediocampistas en el centro y dos puntas bien abiertos para hacer la diferencia por banda con la ayuda de los laterales. Así, con tres número 9 (Suárez, Juan Ignacio Ramírez y Emmanuel Gigliotti) que le respondieron con goles, más un mediapunta (Franco Fagúndez) que también desniveló, logró reconstruir a Nacional, que hasta el momento lleva un 61% de victorias bajo su conducción.

El buen andar del equipo no se traduce aún como tarea cumplida. El DT tiene el objetivo de ganar el Campeonato Uruguayo y una de las primeras paradas serias será el clásico contra Peñarol en el Gran Parque Central el domingo.

El partido puede marcar un quiebre o bien distanciarlo en la tabla. Si termina en empate, entonces Repetto se habrá ido, una vez más, sin conocer la victoria clásica. De los tres enfrentamientos que tuvo hasta ahora, perdió dos (1-0 por el Apertura en el Estadio Campeón del Siglo y 1-0 en un amistoso en el Campus de Maldonado) y empató uno, que quedó inconcluso por la lluvia que se desató cuando iban 80 minutos de juego. Contando el resto de los equipos (Fénix, Cerro, Defensor y Liga de Quito) su balance histórico es de dos victorias, tres empates y cinco caídas contra los aurinegros.

Pablo Repetto en el choque entre Peñarol y Nacional. Foto: Juan Manuel Ramos.
Pablo Repetto en el choque entre Peñarol y Nacional. Foto: Juan Manuel Ramos.

El punto alto de Repetto y el debe personal

*Pablo Repetto se enfrentó 10 veces a Peñarol como director técnico. Lo hizo en Fénix, Cerro, Defensor, Liga de Quito y Nacional. Obtuvo dos triunfos, tres empates y cinco derrotas. Aún no ha ganado clásicos. Este será su cuarto tras el 0-0  en el Centenario, que se suspendió por un diluvio al minuto 80, el 1-0 en el Campus de Maldonado cuatro días más tarde y el 1-0 en el Estadio Campeón del Siglo a fines de febrero. 

*Bajo las órdenes del entrenador Nacional suma en 2022 25 victorias, seis empates y 12 caídas en 37 encuentros oficiales. En ese plazo consiguió 61 goles (1,66 por partido) y concedió apenas 12.

*La apuesta táctica, formada desde un 4-2-3-1, parte con una salida prolija desde la zaga y se concentra en el juego por bandas, con delanteros que rotan y laterales que apoyan en el desborde.

Leonardo Ramos en el partido ante Danubio. Foto: Estefanía Leal.
Leonardo Ramos en el partido ante Danubio. Foto: Estefanía Leal.

Cuando Leonardo Ramos tiene enfrente a Nacional se transforma en otro director técnico. Hasta su personalidad cambia. Se pone más efusivo, se impacienta, da órdenes sin pausas y protesta si no está de acuerdo con las decisiones del árbitro.

También se agiganta y muestra que confianza le sobra. Pasa de ser un entrenador con casi un 55% de saldo positivo en toda su carrera, que en el medio sufrió un descenso, a ser aquel que calza perfecto en un cuadro grande. Porque, si de enfrentamientos contra Nacional se trata, los números lo avalan de principio a fin.

Ramos, con Peñarol, jugó seis veces contra Nacional: le ganó tres clásicos, empató dos y perdió solo uno, que fue amistoso, por lo que se fue sin perder en el 83,3% de los casos. De estos registros también se desprende que es el mejor de los últimos siete técnicos que pasaron por la institución y dirigieron clásicos.

Su especialidad se extiende también a Danubio, equipo al que dirigió 10 veces frente a los tricolores. En la mayoría de esos cruces (70%) se llevó una victoria mientras que en los tres restantes perdió.

Con Progreso no corrió con la misma suerte y cayó 6-1 tras haber ascendido a la Primera División en 2012. Esa fue la primera vez que visitió el Gran Parque Central al mando de un plantel.

De todas maneras, Peñarol sabe que entre sus filas hay un técnico con recorrido positivo, que tiene la espalda necesaria para ajustar piezas al momento justo y borrar, al término de 90 minutos, varias de las falencias que presenta hoy el equipo, como, por ejemplo, la falta de gol de sus centrodelanteros.

Leonardo Ramos en Peñarol. Foto: Leonardo Mainé.
Leonardo Ramos asumió en Peñarol tras la salida de Mauricio Larriera. Foto: Leonardo Mainé.

Ramos tendrá, eso sí, una prueba de fuego en el Gran Parque Central el próximo domingo. En caso de perder, Nacional le sacará siete puntos de ventaja en el Clausura y 17 en la Tabla Anual. Pero si gana, las aguas se calman y el aurinegro vuelve a colarse en la pelea.

Aunque en lo previo el empate no luzca como un resultado adverso para la visita, dado el presente de ambos clubes, para el DT lo es y no se traduce como una opción conformista. “Para Peñarol un empate y una derrota son puntos que dejás en el camino”, aseguró tras el empate 1-1 con Danubio.

El debe ofensivo y la carta de garantía clásica de Ramos

*Leonardo Ramos puede sacar pecho porque Nacional es el club al que más venció como DT. Con Peñarol ganó tres, empató dos y perdió uno, con Danubio ganó siete de 10 y con Progreso perdió el único que dirigió.

*Modificó la idea de Mauricio Larriera y adoptó en sus primeros cuatro partidos la intención de jugar en largo y por arriba. Varió el esquema de 4-4-2 a 4-2-3-1 en la última fecha contra Danubio.

*Lucas Viatri, Ruben Bentancourt y Hernán Rivero no han podido convertir en el Clausura. Ramos, si quiere tener más opciones de ganar, debe solucionar ese déficit ofensivo cuanto antes.

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