El fútbol muchas veces se comporta como un subibaja. Un día estás en la cresta de la ola, salís campeón siendo protagonista, y tal vez en la misma fecha, pero del año siguiente, te toca jugar un partido sin público, lejos de la tensión y el seguimiento de las cámaras.
Aún así, en Nacional eso no parece ser un problema. Al menos con los juveniles de hoy, los que mostraron tener el fuego sagrado para llegar a Primera, pero la elección del técnico apenas les dio para dejar algunos pequeños chispazos de talento desparramados a lo largo de contados minutos.
Uno de los casos que mayor ruido hizo fue el de Rodrigo Chagas, un mediocampista polifuncional que en el campeonato Sub 20 con la selección uruguaya demostró tener capacidad para jugar de lateral o bien dar una mano como puntero, y que al volver a Nacional quedó en un segundo plano.
Su escasa participación llevó a que ganara protagonismo bajando a Tercera y lo mismo pasó con el otro campeón del mundo, Facundo Machado; Facundo De León y Luciano Inverso.
Todos ellos comenzaron ayer los entrenamientos en el Complejo Celeste con la idea de prepararse para los Juegos Panamericanos.
En ese sentido, aprovecharon el pasaje por la categoría que dirige Álvaro Recoba para “ganar confianza” y marcar la “diferencia”, dice a Ovación Nelson Abeijón, su ayudante. “Hay que entender que son gurises. No es que ya están consagrados y bajan a Tercera. Para ellos es una alegría bárbara y muchas veces han hecho la diferencia”.
¿Cómo les repercute en lo emocional? Así lo contesta: “Están en Primera porque se lo merecen, pero cuando no tienen la oportunidad de jugar lo bueno es que puedan bajar. La tienen muy clara y en lo anímico no les pega para nada mal. Al revés: bajan con mucha alegría y con muchas ganas”.