BUNDESLIGA Y PANDEMIA
La liga preparó un detallado plan de seguridad para realizar los partidos a puertas cerradas y quieren hacerlo ya en el mes de mayo
Los clubes y la liga alemana están dispuestos a reanudar el campeonato el segundo fin de semana de mayo, o sea el sábado 9 de mayo, pero dependen de la aprobación del Gobierno de Angela Merkel. Y si bien el ambiente del fútbol desea ese regreso, no todos en el país están tan convencidos sobre la necesidad de volver a jugar tan pronto. El resto del planeta fútbol mira con atención lo que ocurre en Alemania, pues sería el primer país en tomar una medida que algunos actores reclaman: la vuelta a las canchas.
Sí, por supuesto, hay campeonatos que no pararon, pero resultan marginales en la gran industria del fútbol: Bielorrusia, Nicaragua, Tayikistán, Burundi...
La Deutsche Fussball Liga (DFL) presentó el jueves pasado su plan para el regreso de los torneos de primera y segunda división en la Bundesliga, con partidos a puertas cerradas hasta nuevo aviso y estrictos controles sanitarios. Mientras tanto, los equipos están entrenando, pero en grupos pequeños de jugadores y manteniendo estricta distancia entre cada uno.
Este plan será tratado el jueves próximo en una reunión de la canciller Merkel con los primeros ministros de los estados federados. Justamente, la fecha del 9 de mayo para la reanudación fue manejada públicamente por dos gobernantes regionales, Markus Söder (Bavaria) y Armin Laschet (Renania del Norte-Westfalia). Söder declaró, sin esconder su entusiasmo: “¡Un fin de semana con fútbol es mucho más soportable!”.
Ambos políticos representan a regiones que reúnen a la mitad de los clubes de la primera división: Augsburgo, Bayern Munich, Borussia Dortmund, Borussia Mönchengladbach, Leverkusen, Schalke 04, Colonia, Düsseldorf y Paderborn, cuyas comunidades temen los efectos económicos de la paralización del deporte. En ese sentido, medios alemanes comentaron que Söder y Laschet, que figuran entre los posibles aspirantes a suceder algún día a la canciller Merkel, pretenden atribuirse el mérito de lograr la vuelta del fútbol.
Los clubes alertan de que si pierden los 750 millones de euros que les paga la cadena Sky por televisar la Bundesliga, 56.000 puestos de trabajo vinculados al fútbol correrán peligro.
Pese a todo, el propio director ejecutivo de la DFL, Christian Seifert, descartó que se vaya a jugar ya el 9 de mayo y aseguró: “Sería pretencioso de nuestra parte fijar una fecha”.
Los clubes tienen fondos garantizados hasta el 30 de junio, por un acuerdo con las cadenas que tienen los derechos de televisión, aunque los pagos se harán bajo la condición de que se reembolsen en caso de la que temporada no se pueda completar. El monto asciende a los 300 millones de euros.
Mientras tanto, se anunció que los cuatro clubes con mayor poder económico (Bayern Munich, Borussia Dortmund, Leipzig y Bayer Leverkusen) crearon un fondo solidario de siete millones y medio de euros para ayudar a los equipos de la tercera división y a los de la liga femenina que no dependan de alguna institución de primera o segunda división masculina.
“El plan para volver es muy alemán, está previsto todo”, comentó a Ovación el periodista de la revista Kicker, Jörg Wolfrum. Se establece una larga serie de medidas de prevención, como la limitación de personas en los estadios, que no podrá superar las 300, incluyendo planteles y árbitros.
En la zona de la cancha se autorizarían 98 personas, contando jugadores, entrenadores, allegados y árbitros, más 115 en las tribunas (dirigentes, periodistas y camarógrafos). El resto sería personal de seguridad, sobre todo en los alrededores de los estadios. Se tomarán medidas para que los hinchas no se congreguen allí.
Los dirigentes de los clubes y la DFL admitieron que manejan la posibilidad de que se siga jugando a puertas cerradas en todo lo que queda del año.
LAS PRUEBAS. Un punto clave del plan es la realización con regularidad de pruebas de coronavirus para todos los protagonistas de los partidos. “Esto provocó polémicas, porque se dijo que esos test eran más necesarios en otros sectores de la sociedad. Pero estas pruebas fueron compradas por la DFL, que incluso tiene muchas para ofrecer en caso de que las autoridades del país las necesiten”, indicó Wolfrum.
Según fuentes de la DFL, los test del fútbol serían en total 20.000 y equivaldrían a 0,4% de las capacidades existentes en Alemania.
Está previsto realizar hasta 3.000 pruebas de coronavirus por cada una de las nueve jornadas que restan para completar la Bundesliga 2019-2020. La inversión de laDFL en la batería de test ronda los 500.000 euros, informaron medios alemanes.
Los jugadores, en su mayoría, están de acuerdo con volver a jugar. “Por supuesto, cada plantel tiene unos 25 futbolistas y puede que alguno no esté de acuerdo, pero la mayoría quiere el regreso de la competencia, porque es su profesión. En estos momentos no hay ningún jugador de fútbol enfermo de coronavirus en Alemania. Al comienzo de la pandemia hubo unos pocos casos, pero ya se curaron”, explicó el periodista.
Por supuesto, la aparición de un caso positivo en el fútbol, una vez reanudado el torneo, implicará una nueva suspensión. Se informaría a las autoridades sanitarias, que resolverían si los equipos son puestos en cuarentena. De la misma forma, si la pandemia empeora en Alemania o si el país necesita ampliar su capacidad de test, la liga dejaría de hacerlos y se volvería a paralizar, según aseguró Seifert.
Para retomar los entrenamientos conjuntos, previo a la vuelta de la competencia, también habrá un estricto protocolo sanitario. Las prácticas serían a puertas cerradas y antes de cada una se tomará la temperatura a cada jugador, además de responder a un cuestionario sobre posibles síntomas de contagio.
Los médicos de la DFL no imponen en cambio concentraciones herméticas de meses a los jugadores y les permitirán seguir viviendo con sus familias cuando se retome la actividad. También advierten de que los futbolistas no están en los grupos de riesgo del COVID-19 pero advierten que deben protegerse los contratos de todos los miembros de los planteles, incluso de aquellas personas que no quieran volver a trabajar o a jugar mientras no exista una vacuna.
El Ministerio Federal de Trabajo sugirió que los futbolistas usen tapabocas durante los partidos, pero la idea fue rechazada por los médicos de la DFL. “No me puedo imaginar cómo serían los partidos con máscaras”, dijo el doctor Tim Meyer. “La suma de todas las medidas alrededor de la cancha debería garantizar que el contagio en el césped sea lo más improbable posible, porque no hay contactos de alto riesgo", aseguró el profesional.
LOS HINCHAS. Sin embargo, no todos están contentos con el regreso, y más si se cumple a puertas cerradas. La influyente asociación de hinchas Unsere Kurve ('Nuestra curva') dar por terminado el campeonato antes que la opción de reanudarlo sin público. Otro grupo, Fanszenen Deutschlands, considera la reanudación del campeonato “un insulto al resto de la sociedad, especialmente al personal sanitario”.
Pero algunos aficionados quieren estar en las tribunas, aunque sea con su foto. Un grupo de hinchas del Borussia Mönchengladbach lanzó la idea de que los hinchas coloquen su propia efigie en cartón, previo pago de 19 euros, en el lugar en el que habitualmente se ubican en el estadio. El objetivo sería estimular a sus futbolistas al menos con imágenes, ante el silencioso ambiente que encontrarán en estos “partidos fantasma”, como se llama en Alemania a los encuentros que se disputan a puertas cerradas.
Y aunque parezca mentira, la idea fue bien recibida: ya hay más de 6.500 solicitudes, más de las previstas. En Colonia, en tanto, una parte del estadio estará cubierta con pancartas donadas por los hinchas.
“En Alemania estamos todos de acuerdo: queremos volver a jugar”, dijo Karl-Heinz Rummenigge, antiguo crack y ahora presidente del Bayern.