OJO CRÍTICO
Ni un gestito. Ni después de acciones en las que algún jugador quedó revolcándose en el césped por una pequeñita falta que Néstor Pitana no sancionó. Porque sus brazos extendidos invitaron con mucha fuerza a seguir jugando. Así fue. Nada de nada. Los mismos futbolistas que en Uruguay suelen irse arriba de los árbitros para reclamar por un lateral, esta vez mantuvieron una absoluta corrección.
Si esto pudiese medirse en términos boxísticos, los que suelen ser de la categoría mediopesado, ahora fueron de peso ligero. Lo que no está mal, pero sería bueno que lo repitiesen en el medio local.
Ojo, a lo mejor también se precisa que los árbitros se desempeñen como lo hizo Pitana o como actuó Esteban Ostojich en la final de la Copa América entre Argentina y Brasil. Allí el juez uruguayo estuvo rápido, pegadito a las jugadas, haciendo valer las reglas del juego con indicaciones claras y precisas. Marcando la cancha a todos y dejando en claro que él estaba para ser la autoridad máxima del juego.
Si eso se repitiera cada domingo, seguramente más que tener que pedir ayuda al VAR lo que se haría es confiar en los árbitros. Y no sería necesario que venga un juez del exterior para que los futbolistas no atropellen o rodeen a un línea.